La empresa estadounidense, Chevrón, anunció que invertirá US$500 millones en el país para explotar el yacimiento El Trapial, en Neuquén, luego de la reunión que los directivos llevaron adelante con Sergio Massa. Allí, el ministro de Economía confirmó que el país le reconocerá a esta petrolera los beneficios prometidos en 2013 por el gobierno de Cristina Kirchner, e incluso se incluirán en ellos los 5 años de demora que alega la empresa.

El gobierno le concede a la petrolera el derecho a comercializar libremente en el mercado externo el 20% de la producción de hidrocarburos líquidos y gaseosos producidos en el país con una alícuota del 0% de derechos de exportación, y también les reconoce los volúmenes exportados en el pasado en los que tuvo que pagar dichos impuestos. Un cheque en blanco al saqueo de los recursos nacionales por parte de las petroleras extranjeras y en beneficio de sus bolsillos.

Lo que aún no está confirmado es si, como dice el decreto de CFK de 2013, la empresa podrá disponer libremente de las divisas generadas, sin obligación de liquidarlas en el país, lo que atentaría contra los intereses oficiales de garantizar el pago de la deuda y el acopio de divisas. Esto desnuda, a su vez, la impostura de CFK que le endilga al macrismo toda la responsabilidad en la fuga de capitales y de servir a los intereses del imperialismo, pero bajo su gobierno, y con Kicillof como ministro de Economía, firmaron un acuerdo secreto con la petrolera yanqui dándole vía libre para llevarse las ganancias del país, cuando para la población regía un cepo.

El CEO designado entonces por el kirchnerismo para comandar aquella reprivatización de YPF y asociación con multinacionales fue Miguel Galuccio. Ahora él controla Vista, una de las petroleras privadas que más avanza en la formación neuquina para exportar. En uno de sus últimos discursos sostuvo que “YPF tiene que ser manejada profesionalmente por gente que venga de esta industria, no por cualquier profesional, tienen que ser petroleros e ypefianos”.

Para defender estos intereses, agregó: “Necesitamos libre acceso a divisas, no podemos traer equipos de perforación sin eso, además de un flujo de divisas abierto para los inversores”. El lobby petrolero presiona al gobierno y a quienes lo releven por mayores beneficios cambiarios, pero la realidad es que están en jaque las alicaídas reservas del Central. El ex CEO de YPF continúa promoviendo el carácter privatista de la empresa, en beneficio de un régimen de saqueo que al pueblo argentino solo el deja tarifazos energéticos y en las naftas.

De este laberinto solo se puede salir quebrando los estrechos límites que imponen los intereses capitalistas en el sector y derrotando la política fondomonetarista del gobierno. Ello requiere la dirección de la clase obrera.

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