Políticas

18/6/2025

Argentina después del fallo proscriptivo

Editorial de Gabriel Solano en 14 Toneladas T2E20.

Columna del PO hacia Plaza de Mayo

El fallo que se conoció la semana pasada de la Corte Suprema de Justicia, que termina confirmando la pena contra Cristina Fernández de Kirchner y otras personas por seis años de prisión, y establece también su inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos, ha dado mucho lugar a debates políticos ¿Qué significa este fallo? ¿Cómo caraterizarlo? ¿Qué posición deben tomar el movimiento obrero y la izquierda?

Nosotros hemos caracterizado de entrada algo muy concreto: este es un fallo proscriptivo, persecutorio, y, como hemos insistido mucho, no le otorgamos a Cristina Fernández de Kirchner una pátina de honestidad. La Justicia actúa de manera muy desigual, tratando de proscribir en este caso a una dirigente opositora; a la vez no investiga de ningún modo hechos de corrupción tan importantes como los que ocurrieron bajo el gobierno kirchnerista, por ejemplo los que tuvieron lugar bajo el macrismo, los que se cometen bajo este gobierno o los que protagonizaron los empresarios junto con políticos. Nada de eso se investiga. Y esta actitud desigual de la Justicia permite ver con mucha nitidez que estamos ante una persecución política y una proscripción.

¿Por qué la Corte Suprema avanza de este modo? Nosotros vemos que hubo una presión muy fuerte para que la Justicia haya sacado este fallo y esa presión vino especialmente de sectores de la clase capitalista. Este es el punto clave. Piensen ustedes que la Corte recibió hace un año y medio el expediente sobre el Decreto 70 de Javier Milei, firmado en diciembre del año 2023, y aún no se pronunció; el expediente de Cristina Fernández de Kirchner lo tiene desde hace seis meses y ya se pronunció. Es decir que uno ve también en el uso del tiempo esta desigualdad al tratar un decreto gubernamental que favorece a la clase capitalista y lo de CFK.

Es evidente para nosotros que lo que se busca con este fallo es apuntalar a un gobierno y su política. ¿Y por qué apuntalarlo? Porque es un gobierno frágil en muchos planos. Nosotros, cuando analizamos los resultados de las elecciones provinciales, decíamos lo siguiente: el gobierno ha hecho algunas elecciones más o menos buenas; la última fue la elección de la Ciudad de Buenos Aires, en esa salió primero y el gobierno festejó; pero una vez que admitimos ese progreso de gobierno en las elecciones, nosotros pusimos muchos peros. ¿Cuáles eran esos peros? El primero es que son triunfos con resultados módicos: 30% el mejor de todos. El segundo, sobre una participación electoral muy escasa; cuando uno veía qué representaba ese 30% sobre el padrón general de la elección, en este caso de la Ciudad de Buenos Aires, no daba más que 15 o 16%. Tercero, y esto es importante, es que la base económica del gobierno es muy endeble porque obtiene ese porcentaje gracias a un rescate del Fondo Monetario. Luego se pone en evidencia que ese rescate no es suficiente y el gobierno, a través del ministro Caputo, tiene que anunciar que toma más deuda para poder mantener un tipo de cambio planchado, que es lo que le permite tener inflación a la baja. Pero eso tiene consecuencias económicas serias: genera crisis en los puestos de trabajo, produce cierres de empresas, una caída del consumo de los bienes masivos que la población compra en los supermercados, una caída del superávit comercial que tiende a cero. Por ejemplo, el gasto de turismo en el extranjero de argentinos triplica lo que deja como saldo positivo Vaca Muerta. Es decir, estamos ante un sistema muy endeble, y un gobierno de este tipo, que es apoyado por la clase capitalista y por una porción del imperialismo, quiere evitar a toda costa una derrota electoral en octubre porque puede significar que el gobierno se derrumbe como un castillo de naipes. Entonces, para un gobierno que debe ser apuntalado, nada mejor que un fallo proscriptivo y persecutorio para sacar del medio a otros sectores que le pueden, dentro de la propia clase capitalista, hacer sombra, molestarle en una elección. Este es el tema que está de fondo.

Este apuntalamiento para el gobierno intenta también poner un régimen de tipo antidemocrático más fuerte contra los trabajadores, porque ya teníamos un gobierno que quería anular por decreto el derecho a huelga, ya teníamos un gobierno que se maneja con un protocolo antipiquetes que de una manera muy evidente busca reprimir la protesta social, ya teníamos un gobierno que influenciaba a la Justicia para perseguir al movimiento piquetero (habrá un juicio oral en breve contra Eduardo Belliboni y otros militantes del Polo Obrero en una causa de persecución que se extiende a otros sectores del movimiento piquetero). Y a eso se le agrega una proscripción de dirigentes de la oposición. Entonces se avanza en un régimen antidemocrático. Si esta es la caracterización, y nosotros estamos convencidos de que es correcta, o sea, que estamos ante el intento de apuntalar a un gobierno y fortalecer las características antidemocráticas del régimen, es evidente que la izquierda tiene el desafío de luchar y movilizarse. Este es el tema clave. Es el desafío que tenemos, si este régimen se afianza es un hecho negativo para los trabajadores porque el gobierno se fortalece para imponer la ofensiva capitalista contra el pueblo. Sin embargo, esto ha dado mucho lugar, y es normal que los haya, a debates dentro de la izquierda, incluso dentro del propio Partido Obrero, porque no es que se está proscribiendo a una fuerza de izquierda anticapitalista o a fuerzas políticas que enfrentan este régimen, se proscribe a una figura como Cristina Fernández de Kirchner, que defiende el régimen capitalista, que ejerció el poder en dos ocasiones como presidenta y en una tercera ocasión como vicepresidenta, y que, ella misma, desde la oposición, defiende planteos que están muy lejos de lo que nosotros podemos reivindicar; de hecho, en la última carta que publicó, defiende la reforma laboral, defiende el ataque de los trabajadores del Estado, sean docentes o trabajadores de la salud.

Entonces, muchos interpretan que como se proscribe a una dirigente capitalista entonces acá no hay una crisis política y por lo tanto los trabajadores no deberían intervenir. Pero ese razonamiento no es correcto. De hecho, cuando uno ve la historia argentina, aunque vale también para la historia internacional, los golpes de Estado -que la izquierda siempre rechazó- no eran contra un gobierno de los trabajadores, eran golpes de Estado contra sectores capitalistas. El último que tuvo Argentina, el más conocido, el golpe de Estado de 24 de marzo de 1976, fue contra Isabel Perón; Isabel Perón gobernaba con la Triple A, pero el golpe de Estado vino a fortalecer un régimen de ofensiva contra los trabajadores. Frondizi había puesto en pie un régimen de persecución contra los trabajadores muy fuerte con el Plan Conintes y sin embargo fue derrocado por un golpe para fortalecer un ataque a los trabajadores. Sería equivocado deducir que, si se proscribe a una dirigente capitalista, para los trabajadores es neutra la naturaleza que asuma ese régimen político; no es así. No puede ser ni para los trabajadores ni tampoco para los partidos de izquierda que se reclaman partidos de los trabajadores y defienden la causa del socialismo. Ahora bien, para un partido como el nuestro, entender esa modificación del régimen político no lo puede llevar a apoyar a la oposición capitalista, sino a enfrentar consecuentemente las tendencias más reaccionarias del régimen de manera independiente. Y es acá donde podemos avanzar en un debate sobre la posición de la izquierda.

A mí me importa mostrar lo siguiente: ¿Qué es lo que hace el peronismo frente a esto? Se adapta; no hubo un 17 de octubre en Argentina. Y de hecho ni Cristina Fernández de Kirchner -en los textos que sacó, en los discursos que pronunció- ni el peronismo llamaron a derrotar este fallo, han limitado toda la polémica en la actualidad a las condiciones de detención que se le van a dar a CFK (prisión domiciliaria sí o no, balcón sí o no, tobillera electrónica sí o no) pero no han planteado una movilización para derrotar el fallo y obligar a la Corte Suprema a retroceder. Y Argentina tiene antecedentes que indican que se puede derrotar un fallo de la Corte y no muy lejanos en el tiempo. Hubo una convocatoria masiva a Plaza de Mayo cuando la Corte falló a favor de genocidas con el 2X1, posiblemente de las más importantes que hemos tenido las últimas décadas, y la Justicia tuvo que retroceder. Acá nadie planteó esa perspectiva, todo el mundo se adaptó; incluso más, si uno ve a Cristina Fernández de Kirchner, el discurso que pronunció el propio día en que se conoció el fallo, en la sede del PJ ella dijo “me van a venir a buscar”, “ahora hay que construir a largo plazo una fuerza política”... ¿Quiénes la tienen que ir a buscar? los que apoyan a Milei; el cálculo de Cristina Fernández de Kirchner es que Milei va a fracasar y los que lo apoyan tienen que buscar al peronismo como lo fueron a buscar en el pasado. La pregunta obvia es la siguiente: si te van a buscar los que hoy están con Milei para que gobiernes vos ¿para defender qué intereses te van a ir a buscar? Para defender los intereses que hoy gobiernan con Milei. Entonces, ese tipo de razonamiento impide cualquier lucha consecuente contra el fallo, porque está buscando que la clase capitalista se desplace, en el marco de una crisis, de la fuerza libertaria o del macrismo al peronismo.

Y nosotros, en cambio, planteamos una lucha directa para derrotar este fallo, y derrotar, más en general, la ofensiva capitalista. Es muy importante denunciar también que la CGT no dice nada. Hoy la CGT sacó una solicitada que es una verdadera vergüenza. Uno puede decir bueno, ya no sorprende la CGT, pero nunca hay que perder la capacidad de sorprenderse porque ese texto no llama a ninguna movilización, da solo libertad de acción a los sindicatos para que hagan lo que quieran. Ahora bien, si la caracterización nuestra es correcta, o sea este fallo fortalece al régimen antidemocrático y está en juego el derecho a huelga, a movilizarse, a la protesta social, y sin esos derechos los trabajadores no tienen forma de defender el salario, los puestos de trabajo, el convenio colectivo de trabajo... ¿Cómo se va a defender sin luchar? hay que movilizarse y salir a pelear. Y no se puede alegar, como hace CGT, que en la base de los trabajadores hay una división de opiniones para no hacer nada, porque de lo que se trata es de mostrar lo que está en juego y convocar a luchar. Por ejemplo, cuando la CGT llamó a votar a Massa tampoco entre los trabajadores había unanimidad en votar a Massa e igual anunció el voto. Es decir que ese razonamiento se usa para una decisión y no se utiliza para otra... ¿Se ve la desigualdad en la forma de abordar? Son excusas de una CGT que está negociando con el gobierno una cantidad de privilegios de la propia burocracia sindical que intenta no se vean afectados.

Entonces acá tenemos por delante un gran desafío: derrotar este fallo y a la vez involucrar en una acción de masas contra el gobierno al conjunto de los reclamos populares. Fue este tema el que llevó al Partido Obrero a convocar a movilizar mañana (18/6), obviamente de una manera independiente porque insistimos: no solamente somos opositores a Cristina Fernández cuando fue gobierno, somos opositores al peronismo como oposición al gobierno, denunciamos sistemáticamente su claudicación frente a Milei. Pero nosotros no podemos quedarnos en casa cuando están en juego las libertades democráticas en Argentina y cuando está planteada una movilización, por ejemplo, de la casa de Cristina Fernández de Kirchner a los tribunales de Comodoro Py; nosotros no vamos a la casa Cristina, menos vamos a tomar el té con ella.

Vamos directamente a Comodoro Py a hacer un acto político de Partido Obrero. Ahora está modificándose el criterio de la movilización a Plaza de Mayo. Veremos cómo vamos adaptándonos a las nuevas circunstancias; estamos ante una convocatoria en el Obelisco. Esto es importante para un partido revolucionario, estar en la calle cuando se atacan las libertades democráticas en el país, porque no somos neutros y podemos luchar consecuentemente porque no tenemos ninguna atadura ni con el gobierno, ni con la clase capitalista, ni con la oposición burguesa capitula frente al gobierno. Esto es lo que está en juego.

Entonces es importante salir a la calle, mostrar la pelea que tenemos por delante y las consignas con las cuales vamos a movilizarnos: ¡Fuera Milei! porque es un régimen que se quiere fortalecer a costa de las libertades democráticas para atacar a los trabajadores. Y a ese régimen nosotros lo queremos derrotar porque si Milei prospera en sus objetivos la clase trabajadora va a retroceder.

Y planteamos derrotar este fallo, como no lo plantea nadie, mediante la movilización popular.

Contra el fallo proscriptivo y con el lema "Fuera Milei", el PO realizó un acto en el Obelisco y marcha a Plaza de Mayo
En el marco de las movilización contra el fallo persecutorio a CFK. -
prensaobrera.com
Una Corte socia del ataque a las libertades democráticas
La Justicia avala el cambio del régimen político hacia un virtual estado de sitio. -
prensaobrera.com