Políticas

22/12/2021

Congreso de la Nación

Bienes personales, la crisis política y el voto de la izquierda

Diputados aprobó una reforma a Bienes Personales por la cual el piso del impuesto se eleva de dos a seis millones de pesos y el de la “casa habitación” de 18 a 30 millones de pesos. Además se dispuso una cláusula de actualización por el IPC de costo de vida, lo que establece un mínimo resguardo a un impuesto que, mediante la inflación, fue transformado en una herramienta de confiscación de la clase media por parte de un Estado cada vez más hundido por el pago de los servicios de la deuda y los subsidios al capital de todo color y pelaje.

La diputada del Partido Obrero, Romina Del Plá, y todos los diputados del Frente de Izquierda y los Trabajadores, votaron la ley por estos motivos. Se trata del alivio concreto a centenares de miles de contribuyentes de sectores medios y trabajadores que son alcanzados por estos mínimos no imponibles, aunque deberían ser mucho mayores según diversos tributaristas para evitar que un impuesto que en la teoría es progresivo se transforme en regresivo como lo viene siendo. Por las mismas razones, de haber perdido la votación el proyecto oficial hubiésemos votado el de la oposición.

El gobierno, autor del proyecto (ya veremos por qué), agregó un aumento de la tasa al 1,5% a partir de los $100 millones de patrimonio y al 1,75% a partir de $300 millones. Al mismo tiempo después de idas y vueltas varias, se elevó al 2,25% la tasa de los bienes radicados en el exterior, una partecita de las profusas tenencias de los fugadores seriales de capital que tiene este país. Esta elevación mereció tantas variaciones en la previa porque se nota que el lobby es fuerte y tiene muchos lazos con los diputados y funcionarios del peronismo. Ni hablar de la derecha de Juntos por el Cambio y los Milei, que se opuso a cualquier aumento de la tasa porque esencialmente está en contra siquiera de la existencia de un impuesto a la riqueza que tenga alguna progresividad.

No se nos escapa que los aumentos de las tasas fueron dispuestos para que el alivio parcial de la suba de los mínimos no imponibles tuviera un efecto neutro en las cuentas fiscales del año, ya que el ministro Guzmán cuida para presentar ante el FMI su sobreejecución del déficit fiscal previsto -que debió ser de un 4,5% del PBI y se pretende llevar a un 3,5%. Esto después de los ajustes realizados en plena segunda ola cuando no hubo IFE, ni ATP y en tanto se realizó un enorme ajuste de todos los gastos vía inflación, especialmente en los salarios, en la obra pública y otros gastos sociales.

Sorpresivamente se incluyó el ajuste por inflación de los mínimos no imponibles del impuesto al salario que, obviamente, también aprobamos.

La convocatoria de esta sesión especial surgió como una maniobra demagógica de la oposición de Juntos por el Cambio en medio de la discusión del proyecto de Presupuesto 2022, en la que Romina Del Plá y el FIT-U votaron en contra del proyecto fondomonetarista y que, como explicamos en estas mismas páginas, puso de manifiesto la profundidad de la crisis política al interior de todos los bloques patronales.

La política de la oposición derechista consistía en correr por izquierda al gobierno planteando que dejaran de tributar bienes personales un sector de trabajadores y de la clase media. Importa aclarar que el proyecto que los macristas consiguieron que se discutiera ahora ya contaba con media sanción en el Senado, donde fue aprobado por unanimidad y presentado por un senador del bloque oficialista. ¿Qué pasó en el medio? Guzmán, en el altar del FMI, frenó la media sanción para equilibrar las cuentas, ante algunos gastos de la “echada de lastre” de fin de año como el bono a los jubilados o a los estatales.

El peronismo sin control de la Cámara

Luego de la caída del Presupuesto el gobierno contaba con apenas cinco días para preparar la siguiente batalla parlamentaria.

El debut y el corolario de esta nueva composición parlamentaria coloca al gobierno frente a la situación de ya no contar con una mayoría en la cámara no sólo por la cantidad de diputados propios, sino también por la derechización de los bloques intermedios que antes votaban con él. Es el caso del Bloque Federal peronista e incluso de los diputados cordobeses o del petrolero Claudio Vidal (que aunque su bloque votó ahora a favor, antes con el Presupuesto se dividió en un voto en contra y una abstención).

La oposición macrista cuenta además con otros estruendosos aliados como son los liberfachos, que cuentan con nada menos que cuatro diputados en total. Tengamos en cuenta que en la votación de Bienes Personales se ganó por un voto, con tres diputados de Juntos ausentes -una de Lousteau y dos del PRO- que le habrían dado la victoria otra vez a la oposición derechista, esta vez con nuestros votos en la vereda contraria.

En este contexto, la coalición oficial puede inclinarse por gobernar por decreto, o bien por acrecentar la intervención del Congreso y valerse de esta composición para justificar su derechización, o una combinación de ambas, lo más probable. Lo que está claro es que ambos bloques comparten la orientación fundamental del acuerdo con el FMI que rige la totalidad de la política argentina. La forma está por verse.

Con los trabajadores, siempre

La votación del FIT-U, que resultó decisiva, y tiene su fundamento en un principio inviolable: la defensa de los intereses de la clase obrera. Un diputado de la Coalición Cívica nos instó a no confiar en CFK y, en función de eso, rechazar el proyecto oficial, pero nuestra votación no coloca ninguna confianza en el gobierno y es la demostración de que sortearemos todo tipo de presiones a ambos lados de la falsa grieta, defendiendo nuestra independencia política y peleando por lo que sea más beneficioso para las y los trabajadores.

Aún cuando marcamos los límites de un proyecto que sigue dejando el mínimo no imponible más bajo en términos reales que los previos al mandato de CFK y denunciando como lo hizo Romina Del Plá que es un impuesto que no afecta realmente a los capitalistas que suelen colocar su patrimonio en sociedades y cuevas que le permiten eximirse o pagar menos de lo correspondiente.

En nuestra intervención denunciamos al sistema tributario regresivo que tiene nuestro país, donde el IVA implica el 29% de los ingresos del Estado, donde la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias es una fuente importante de financiamiento gravando a trabajadores y jubilados y en donde se vive subsidiando a los capitalistas tanto de manera directa como a través de los gastos tributarios. Le opusimos a este sistema impuestos confiscatorios al gran capital, como el que presentamos el año pasado para las grandes rentas y fortunas, en lugar del cosmético impuesto que se terminó aprobando.

Nuestro mandato es combatir el ajuste, denunciar las maniobras de todos los bloques, ser los representantes de las luchas populares en la cara de los capitalistas y llevar adelante una agitación permanente del programa socialista. Por eso Romina comenzó la sesión con una vibrante intervención destacando la rebelión del Chubutazo contra la megaminería y explicando al detalle el compromiso de cada uno de los bloques del poder, macrista y peronista, en la ley de zonificación que acaba de voltear el pueblo de Chubut en las calles.

La crisis del régimen político que mostró Diputados en estas sesiones y la rebelión en Chubut son un anticipo del 2022 que se avecina.