Políticas

7/6/2023

¿Colonia no? el gobierno compró un avión militar yanqui por presión del imperialismo

Taiana cerró un acuerdo para adquirir un avión militar fabricado por una importante empresa estadounidense.

Taiana junto a militares.

El Ministerio de Defensa anunció la compra del avión norteamericano Hércules C-130, que irá a robustecer el arsenal de la I Brigada Aérea de El Palomar. El anuncio lo realizó Jorge Taiana, quien está a cargo de esa cartera, en el marco de un acto en el que estuvo acompañado por Marc Stanley, el embajador de Estados Unidos en la Argentina.

La adquisición tiene una importancia relevante si se tiene en cuenta el cuadro más general de la situación política nacional. Estados Unidos viene presionando hace tiempo para que Argentina adquiera sus pertrechos militares. Busca alejar a China, que también quiere introducir los suyos y reforzar mediante esa vía su influencia en la región.

El Hércules es un avión de transporte medio-pesado fabricado por Lockheed Martin, el mayor contratista de defensa del mundo. Fue conseguido por el gobierno argentino bajo una modalidad llamada leasing (alquiler con opción de compra). Esta compra es un fruto de la presión que el imperialismo ejerció sobre el gobierno argentino, lo que dejó en offside al presidente Alberto Fernández, que, semanas atrás, cuando el Financial Times le preguntó qué elegiría entre aviones militares norteamericanos y chinos, contestó que Argentina no necesitaba aviones porque no hay hipótesis de conflictos bélicos en la región.

El Frente de Todos ha estado negociando la entrega de pertrechos militares con varios países. El jefe de la Fuerza Aérea Argentina, brigadier general Xavier Isaac, mantuvo una reunión hace poco con una delegación del gobierno indio del ultraderechista Narendra Modi, que pretende que las FF.AA. argentinas adquieran su caza supersónico Tejas Mk-1A.

En abril, una comitiva de Estados Unidos liderada por el congresista republicano John Corny visitó el Ministerio de Defensa de Taiana. De ese cónclave participó el embajador Stanley. El hermetismo que envolvió al encuentro no puede ocultar que los norteamericanos reforzaron allí la presión para que Argentina compre su material bélico (cuatrimotores de patrulla marina, helicópteros de asalto, equipamiento terrestre, etc) y no el de China u otros países europeos.

Por otro lado, también se ha barajado la posibilidad de que los yanquis le vendan al gobierno argentino un caza F-16 de segunda mano, que perteneció al Ejército de Dinamarca. Los daneses han expresado su voluntad de ceder esos aviones al gobierno ucraniano de Volodimir Zelenski, lo que, de concretarse, sería un refuerzo del bando comandado por la Otan, el cual es apoyado por los Fernández y Massa, en la guerra que mantiene en Europa contra la Rusia de Putin.

El agudizamiento de las disputas políticas, comerciales y bélicas entre Estados Unidos y China se expresa también en el intento de ambas potencias de tener una mayor influencia en el Estado argentino a través de una injerencia más pronunciada en su Ejército. La lucha por la hegemonía en el país no se restringe a la tentativa por parte de norteamericanos y chinos de usufructuar para sí los negocios de la hidrovía del Paraná y del litio, o de poner en pie de una base naval en Tierra del Fuego.

En este contexto es que tendrá lugar el viaje del ministro de Economía, Sergio Massa -que viene de realizar un tour por China junto a Máximo Kirchner del que regresó con más deuda usuraria-, a Estados Unidos para negociar un nuevo desembolso del FMI que le permita al gobierno nacional afrontar los pagos de deuda externa e intervenir el mercado paralelo de dólares.

Argentina es un botín en disputa en el marco de los choques entre Estados Unidos y China. Solo un gobierno de trabajadores puede emancipar al país de la tutela imperialista y de toda relación de tipo colonial.