Según un informe del Indec, más de 1.700 trabajadores estatales no continuaron con sus puestos entre julio y octubre de este año.

La planta estatal está compuesta por 339.949 trabajadores, de los cuales más del 10% se encuentra bajo distintas modalidades de contratación (monotributo, pasantías, locaciones de servicios, etcétera). La precarización laboral dentro del Estado favorece este achicamiento de la planta que está llevando adelante el gobierno.

La mayor cantidad de precarizados se halla en la administración pública en general. Se trata de 33.173 trabajadores. En la administración central, los ministerios de Salud, Economía y Cultura son aquellos en los que más empleo informal hay.

Esto es lo que denuncian los trabajadores del Hospital Posadas, que han realizado un corte en el Acceso Oeste reclamando un incremento salarial y mejores condiciones de trabajo.

En los organismos descentralizados ocurre lo mismo, como en el Conicet, donde el 41% de los trabajadores está en condiciones de precarización.

Estos despidos son un fruto de la política de ajuste al servicio del FMI que está aplicando el gobierno del Frente de Todos. Es una orientación recesiva, porque de conjunto no se crean nuevos puestos de trabajo, y funcional al incremento de la precarización laboral, que beneficia a la clase capitalista mediante una depreciación general de los salarios.

Las burocracias sindicales de ATE y UPCN son cómplices de esta política contra los trabajadores estatales. El colmo es la conducción de ATE Capital, que llegó al punto de plantear que solo llamaría a paro si “condenan a CFK”, o sea, sería un paro en defensa de una de las responsables del empobrecimiento de los trabajadores.

Tenemos que derrotar este ajuste. El camino para triunfar ya lo marcaron los residentes y concurrentes porteños, y los trabajadores del Sutna.