El próximo 22 de mayo sesionará la Conferencia de la Regional Córdoba del Partido Obrero. El objetivo central será tomar las resoluciones que permitan en el curso de una campaña, que Schiaretti y los partidos patronales ya largaron, fortalecer y afianzar en el terreno político y organizativo toda la lucha que las y los trabajadores cordobeses vienen dando. Y lo más importante para ello es separar a la clase trabajadora del dominio y la influencia de los partidos capitalistas. O sea, del PJ, en todas sus variantes, de la oposición nucleada en Juntos por el Cambio o de variantes de todas estas fuerzas derechistas.

Para ello es fundamental partir de la acción que están desarrollando las y los trabajadores como respuesta a la política de las patronales y los gobiernos capitalistas de Fernández y Schiaretti, que están hundiendo a la población en la pobreza, la desocupación y la crisis de la pandemia, que ya cuenta con miles de muertes.

En Córdoba tuvimos un fuerte movimiento de luchas obreras y populares durante el 2020 donde la presión de las bases llegó a imponer huelgas en sindicatos centrales. Entre los trabajadores de UTA y Aoita se estableció la lucha contra el vaciamiento del transporte. En los municipales de capital, de Jesús María y otras localidades, contra recortes salariales y despidos. Igual en varias fábricas contra las suspensiones con descuentos, como fue el caso del Sutna que garantizó el salario total en las fábricas que pararon por la cuarenta, e incluso obtuvo un aumento del salario real. También se destacaron las luchas de salud, que continúa con su plan, de docentes contra despidos, entre otras.

En el movimiento de trabajadores desocupados y en las barriadas obreras crecieron las ocupaciones de tierras y los asentamientos para brindar una salida a la falta de vivienda en la provincia, producto de la especulación inmobiliaria de los grupos capitalistas que concentran la tierra y que cuentan con la complicidad del gobierno. Ante los despidos y la retracción económica se multiplicó la lucha por el trabajo y la alimentación, el Polo Obrero fue la organización que más creció, cuadruplicando su capacidad de movilización en el periodo de un año.

Las luchas populares también tuvieron fuerte presencia, no obstante las restricciones por pandemia que el gobierno de Schiaretti quiso imponer con represión. La Asamblea NiUnaMenos convocó a varias jornadas masivas durante 2020, como fueron el 3J, 28S y 25N, y a fin de año organizó numerosas vigilias por el aborto legal que se terminó conquistando. El 2021 arrancó con masivas marchas contra los femicidios y una gigante convocatoria de la Asamblea NUM al 8 de marzo que congrego más de 50 mil personas.

Los asesinatos de Blas Correas y Joaquín Paredes levantaron respuestas masivas contra el gatillo fácil y la marcha del 24 de marzo convocada por la izquierda concentró unas 20 mil personas, no obstante la negativa a marchar de los organismos ligados al gobierno. También fueron muy importantes las movilizaciones ambientales contra los incendios y las megafactorías de cerdos, como asimismo las convocatorias de las comunidades de Bolivia, Chile y Colombia en Córdoba, ante las rebeliones en estos países.

 

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El Partido Obrero, en el Frente de Izquierda-Unidad, participó activamente en todo este proceso. Fuimos explicando e impulsando la necesidad intervenir con los métodos de acción directa para enfrentar los planes de los gobiernos. El Polo Obrero y su juventud, la Coordinadora Sindical Clasista, Plenario de Trabajadoras, la Unión de Juventudes por el Socialismo, Tribuna Ambiental y demás agrupaciones orientadas por el PO participaron de cuanta movilización, piquete, ocupación o huelga tuviera lugar en la provincia. La lucha política y reivindicativa del Partido Obrero lo colocó en una enorme responsabilidad y en un desafío. Miles de luchadores se alistaron bajo sus banderas para dar la pelea al capitalismo. El pasado 24 de marzo la columna del PO agrupó a cerca de 7.000 luchadores.

A la par de la lucha fuimos desarrollando la agitación política que tuvo como eje denunciar los planes de ajuste y represión de los gobiernos y establecer una salida de las y los trabajadores a la crisis. Esto se desarrolló especialmente con el gran trabajo parlamentario de Soledad Díaz García en la Legislatura durante 2020, y ahora Cintia Frencia en el Concejo de la capital. La defensa de los derechos del pueblo explotado les valió el ensañamiento del gobierno, el cual orquestó toda una persecución penal a Cintia, y encarceló a Sole y otros dirigentes del PO cuando desalojó y reprimió B° Estación Ferreyra.

Apoyados en este accionar, sumando a la lucha política abierta a cientos de luchadores nos proponemos una campaña que desarrolle una salida de las y los trabajadores a la crisis; en una situación cuya perspectiva se puede percibir mirando a una Latinoamérica convulsionada donde las rebeliones populares como en Colombia, Paraguay, Perú y en otros países vuelven a la primera escena.

 

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