Políticas
25/9/2025
Cristina se candidatea para hacer “pagar un precio salado a los argentinos” para honrar el endeudamiento de Milei
Cristina atacó a Milei por el nuevo endeudamiento pero soslayando su responsabilidad en pasarle la factura a los trabajadores.
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Cristina Kirchner.
La expresidenta y vice, Cristina Fernández de Kirchner, salió al cruce del presidente de la Nación respecto al nuevo endeudamiento que Javier Milei está negociando con los Estados Unidos, concluyendo que “viene salado el precio que pagan los argentinos por tener gobiernos de derecha”, soslayando que su gobierno, y el kirchnerismo, se reivindicó a si mismo como “pagador serial de deuda”, haciéndole pagar a los trabajadores la factura con devaluaciones, cepo, inflación y hambre.
La respuesta de la exmandataria vino por las redes sociales, específicamente por la red social X, donde impugnó la orientación del actual gobierno nacional y responsabilizando a los “gobiernos de derecha” -el de Macri y el actual en su relato- como los responsables de un endeudamiento crónico, como única salida a las crisis políticas y económicas que enfrentan en sus mandatos.
La frase con la cual Cristina eligió cerrar su publicación busca desconocer la responsabilidad propia en el padecimiento de millones de trabajadores, en una política cuya dos alternativas aparentemente “antagónicas” expresan ambas caras de una misma moneda.
El kirchnersimo se caracterizó por garantizar esta dinámica en favor del capital financiero, haciéndole “pagar un precio salado a los argentinos”. Una orientación que comenzó con el canje de deuda de Néstor Kirchner y su ministro Lavagna, rescatando títulos de deuda que cotizaban a valores por el piso, para refrendar los negocios del capital financiero, que hizo negocios millonarios adquiriendo esos mismos títulos a precio vil y litigando contra el Estado.
El gobierno “nacional y popular” fue el que le pagó en efectivo al FMI, desfinanciando los recursos y el ahorro nacional, continuando con una situación insostenible que llevaría al cepo cambiario y a nuevas devaluaciones contra los trabajadores, liquidando el poder adquisitivo de los salarios para satisfacer los reclamos e intereses patronales. Mismo proceso que terminó con las negociaciones con los acreedores del Ciadi y el Club de París, profundizando la sangría de recursos y el sometimiento al capital financiero y el imperialismo.
Cristina fue quien orquestó el armado del Frente de Todos, con Albert Fernández a la cabeza, y un gobierno que vino a refrendar el endeudamiento precedente, incluidos los más de 40.000 millones de dólares entregados por el FMI al gobierno de Mauricio Macri. Solo el gobierno del Frente de Todos pagó más de 7.000 millones de dólares en intereses de deuda, que implicaron el vaciamiento de la salud -en medio de una pandemia-, la educación y la obra pública, junto con la consecuencia en la economía con devaluaciones y una inflación descontrolada.
Con su mensaje, Cristina alerta a los capitalistas de que este gobierno es incapaz de garantizar lo que ellos sí: pagarle serialmente al capital financiero, transfiriéndole la factura a los trabajadores. La expresidenta no plantea ninguna medida alternativa al sometimiento al imperialismo, sino un plan de entrega de los recursos nacionales (minería, petróleo, etc.) para que ingresen los dólares que luego “saldrán por la puerta de atrás” volviendo a las casas matrices del capital extranjero, con fuga de capitales e intereses de deuda.
Si algo nos ha enseñado todo este procedimiento de la “deuda eterna” es que pagamos y pagamos y sin embargo cada vez debemos más: el kirchnerismo no ofrece ninguna novedad, sino seguir pagando, para estar cada vez peor, ajustando a los trabajadores y allanándole el camino a la derecha para que venga a hacer el trabajo sucio.
Hay que romper con esta dinámica de subordinación al imperialismo, rompiendo con el FMI y el capital financiero, y con quienes se subordinan a estos, entre ellos el peronismo. Los trabajadores tenemos que defender nuestra independencia política con el Frente de Izquierda Unidad, planteando el no pago de la deuda y un programa económico y social de los trabajadores.
