Políticas
1/7/2025
Cruje la economía de Milei
Editorial de Gabriel Solano en 14 Toneladas T2E22.

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Las bases de sustentación del gobierno son bastante endebles.
Siempre se dice que la suerte de un gobierno depende fundamentalmente de la marcha del proceso económico. Y en Argentina tenemos claro que esto es así; diferentes gobiernos, incluso habiendo ganado elecciones intermedias, fueron derrotados justamente porque el proceso económico resultó en crisis, pobreza, y, en determinado momento, en catástrofe. Entonces, es importante analizar cómo es el proceso económico bajo el gobierno de Milei.
Como ustedes saben nosotros con Javier Milei no tenemos nada que ver, somos fuertemente opositores. Y no queremos que se tome nuestro enunciado de que esto va mal como una especie de enunciado basado en prejuicios, vamos a ver una serie de números que son importantes para que tengamos una visión de conjunto acerca de dónde está parado el proceso económico de Javier Milei.
En los últimos días hubo mucho debate al respecto. No somos los únicos que estamos tocando este tema. Y... ¿por qué hay mucha gente que está discutiendo este tema? Porque hubo determinadas señales de alerta, que no vienen del mundo de la izquierda, del mundo del socialismo y ni siquiera del mundo de los trabajadores y del sindicalismo, sino que vienen de las propias entrañas del capital, que han marcado claramente que el proceso de Milei está realmente en crisis y han prendido como mínimo las luces amarillas y en algunos casos un poquito más que las amarillas.
Por ejemplo, estos días circuló mucho un informe de la banca Morgan. La banca Morgan no forma parte en general del relato de Milei sobre los econochantas. No. Es vista como una organización económica internacional muy fuerte; es un gran banco internacional, del cual en su momento Caputo fue empleado. ¿Qué dice la banca Morgan? En un informe especial sobre Argentina -titulado “Argentina, tomando un respiro”- dice que hay que dar un paso atrás y esperar. ¿Un paso atrás con respecto a qué? La banca Morgan, en diferentes informes previos, venía llamando a ingresar a la Argentina para hacer lo que se conoce como carry trade: traer dólares, cambiarlos por pesos, y aprovechar la tasa de interés alta que Argentina tiene -la más alta del mundo-, que permite obtener un beneficio enorme con la mantención del tipo de cambio estable. Diferentes informes de la banca Morgan venían propiciando al capital financiero internacional: "Venís a Argentina, hace ese carry trade para obtener un beneficio extraordinario". Acá lo hemos señalado en su momento y hemos citado esos informes. ¿Qué dice la banca Morgan ahora? "No, basta de traer plata a la Argentina, hay que tomarse un respiro". Pero más que tomarse un respiro, hay que dar un paso atrás. Y un paso atrás puede ser interpretado como salir; de hecho recuerden que, bajo el gobierno de Macri en su momento, cuando hubo una orden de salida por parte de diferentes fondos de inversión internacionales como Pimco y Templeton, se armó una gran corrida. Y acá tenemos a la banca Morgan diciendo esto.
Luego tenemos otro informe, que circuló mucho estos días, que es de la Morgan Stanley Capital Internacional, la MSCI. Se llaman Morgan las dos pero son organizaciones y empresas distintas: no es lo mismo la banca Morgan que MSCI. MSCI es la firma que hace en general calificaciones de riesgo internacional de los países. El gobierno presionó bajo diferentes formas para que se suba la calificación de la economía argentina, que estaba en la más baja (se llama la economía independiente), y se la pase a una calificación de países de frontera y emergentes. Bueno, esta consultora hizo una investigación y resolvió no modificar la calificación de Argentina, dejándola al mismo nivel que Palestina, el Líbano, Zimbabue y Ucrania; es decir, países o que están en guerra, o que tienen un atraso histórico que uno supone, y es cierto, peor al de Argentina. Pero, sin embargo, no hay una modificación de la calificación.
¿Para qué sirve la calificación? Tiene importancia porque diferentes fondos internacionales, especialmente los fondos de pensión, no pueden comprar ni títulos ni acciones de países con la calificación que tiene Argentina. Tiene que ver con las inversiones que puede haber tanto en bonos como en acciones de activos argentinos, y como el gobierno está esperando que haya una inversión especulativa en bonos, en acciones con esta calificación no va a haber.
Entonces uno tiene que preguntarse: ¿Qué es lo que ven la banca Morgan y Morgan Stanley? ¿Qué ven para decir en un caso que hay que dar un paso atrás y esperar, y en el otro que se mantiene una calificación tan negativa? Lo que ven es lo que está más o menos a la vista cuando uno empieza a hurgar en el proceso económico argentino y ve los números de las cuentas nacionales. Circuló muchísimo también estos días, en los medios de comunicación, información que fue un golpe para el gobierno: la cuenta corriente, que es la diferencia en el movimiento de los dólares que entran y salen de Argentina, tuvo un déficit en el primer trimestre muy superior al que el gobierno se había comprometido a tener con el Fondo Monetario Internacional. Se había comprometido a un déficit de cuenta corriente del 0,4% y se estima ahora que va a estar en torno al 2%; es una diferencia radical y en números concretos, en números absolutos, ya que en el primer trimestre este déficit de cuenta corriente fue de 5.500 millones de dólares, el que si se proyecta en el año y se multiplica por cuatro superaría los 20 mil millones de dólares. Es un número bastante grueso y ha impactado mucho; esto lo ven la banca Morgan y Morgan Stanley, que dicen "cuidado, demos un paso atrás", "esperemos, no cambiemos de calificación" porque este déficit de cuenta corriente no es sostenible en el tiempo. Es importante tenerlo en cuenta.
¿Por qué tenemos este déficit de cuenta corriente? En primer lugar por la diferencia entre las exportaciones y las importaciones (balanza comercial), que cada vez se achica más, y aunque el gobierno sigue teniendo un pequeño superávit comercial, cada vez es menor; se ha reducido ya más de un 80% en lo que va de este año, un 80% comparado con el año anterior. Y cuando uno va a analizar cómo se compone esto se va a dar cuenta que las importaciones, con un tipo de cambio que el gobierno mantiene planchado de manera especulativa y tomando deuda, crecieron al 32% del PBI en mayo siendo el número más alto de los últimos 135 años en la Argentina. Eso es un incremento de las importaciones notable. Algunos dicen lo siguiente: "bueno, no pasa nada, si crecen las importaciones es porque están ingresando desde el extranjero equipos, maquinaria y bienes de capital que permiten un desarrollo del país y si ese desarrollo finalmente se efectiviza generará las condiciones para el repago de esa salida de dólares", "mañana salen dólares pero volverán a ingresar porque vamos a producir mercancías en Argentina que o se exportan e ingresan dólares o se produce en Argentina lo que hoy se está importando, y por lo menos, aunque no provoque dólares nuevos, dejamos de comprar en el extranjero". Pero no es así. Lo sustancial no son bienes de capital. El 75% de incremento en mayo de las importaciones tuvo que ver con bienes de consumo, es decir, productos ya terminados que en muchos casos sustituyen producción local y al sustituir producción local lleva a pérdida de puestos de trabajo y a cierre de empresas. Es decir, no estamos teniendo una capitalización de Argentina, una industrialización del país, una renovación de equipos que ya estaban amortizados sino que estamos teniendo fundamentalmente una lluvia de importaciones de productos terminados, de productos de consumo final.
En mayo, las exportaciones cayeron un 7,4% y las importaciones subieron un 29%. Es decir, que si esto se mantiene mes a mes ya tenemos caída de exportaciones, cosa que no ocurría en el pasado -estamos hablando siempre con respecto el año anterior- y un crecimiento de las importaciones. Por lo tanto se puede esperar que el superávit comercial termine siendo cero en el transcurso de este año. Entonces es muy importante tener en cuenta esta situación del comercio exterior de Argentina, que explica en muy buena medida el déficit de la cuenta corriente.
Otro fenómeno que explica el déficit de la cuenta corriente es el turismo, que es deficitario. ¿Por qué? Por el tipo de cambio planchado que Argentina tiene, insisto, de manera especulativa, hay una salida de turismo y una restricción del turismo que ingresa, y eso es un hecho importante. Muchos han hablado, en este sentido, de la cantidad importante de hinchas de River y de Boca que hubo en el Mundial de Clubes. Pero ese desbalance del turismo es muy claro y no se puede remediar, por ejemplo con Vaca Muerta y compañía porque los ingresos que aún tienen por ese lado de dólares son pocos.
Tengamos en cuenta, y esto es muy importante, que este déficit de la cuenta corriente se está dando en un semestre en el cual en Argentina históricamente ingresan más dólares porque se liquida la cosecha gruesa. Y este mes todavía es más valioso tener en cuenta eso -el mes de junio- porque vencía la modificación de las retenciones que había establecido Milei; a partir del 1 de julio vuelven a subir las retenciones y el gobierno había establecido esa diferenciación para obligar a los exportadores a liquidar. Y, sin embargo, vemos acá que tenemos una caída de las exportaciones.
¿Qué ven también la Morgan Stanley y el JP Morgan? Ven que Argentina no puede renovar su deuda. Y ocurrió un hecho que también fue muy comentado en los medios: cuando hubo un vencimiento de deuda en pesos y el gobierno fue a intentar renovarlo, solamente pudo renovar el 59% de los vencimientos; llevado a plata estamos hablando de que se vencían 10 billones de pesos y se renovó un poquito menos de 6 billones. Uno puede preguntarse "che ¿no será que no se habrá renovado porque la tasa de interés que se ofrecía era muy baja?". No, la tasa de interés oscilaba entre el 2,34% y el 2,88% mensual, el índice de inflación estuvo muy por debajo de esto y el gobierno estima que la inflación va a bajar al 1% en los próximos meses; estamos hablando de una tasa que en algunos casos duplica la inflación, y, sin embargo, a pesar de que es una tasa muy alta, no se logró la renovación de la deuda. Ya no es solamente una calificación internacional, no es solamente un consejo del JP Morgan.
Entonces tenemos una situación financiera de crisis porque al gobierno le faltan dólares. No logra acumular, como se había comprometido con el Fondo Monetario Internacional, reservas en el Banco Central. Y el semestre que habitualmente deja muchos más dólares que el segundo semestre, que siempre es deficitario, no ha concluido de esa forma. Entonces se abre un gran debate sobre la sostenibilidad que tiene el tipo de cambio en Argentina y las presiones devaluatorias, ya que se van a incrementar en el próximo período cuando se deje de liquidar ya la cosecha porque se liquidó.
Ahora, ¿Qué pasa con la llamada economía real? Acá hay una relación muy directa, porque la economía está en una etapa, si no podemos decir de recesión, claramente de estancamiento. Repasemos números: en marzo la economía cayó en relación a febrero un 1,8%. Es importante este año seguir la relación de la economía con el mes anterior y no tanto con el 2024, porque en 2024 hubo un verdadero derrumbe de la economía. Entonces importa el mes anterior para ver si la economía crece o no. En marzo cayó contra febrero un 1,8%. Cuando salió este dato, el gobierno dijo lo siguiente: "No me corras con marzo porque marzo es un momento de presiones devaluatorias, hubo que ir al Fondo por toda una campaña que hizo la oposición, no me importa marzo, fue una coyuntura muy específica". ¿Qué pasa en abril? En abril creció un poquito, 1,1% en relación a marzo, pero cuando vamos a mayo vemos que en relación a abril cae el 0,2% -números de Ferreres, que sigue habitualmente la secuencia de la economía. Cuando uno toma el trimestre hay una caída, es decir que tenemos una caída de la economía. Todavía no es un derrumbe, pero tenemos una caída. ¿Qué pasa con el consumo? ¿Qué dice Came -que tiene los comercios medianos y pequeños-? Dice que mayo de 2025 cayó en relación a mayo de 2024, pero mayo de 2024 había caído siete puntos en relación a mayo de 2023. Y no solamente hay una caída del consumo, también tenemos una desigualdad en el consumo; esto también es importante porque la caída no es igual para todos. En el decil más alto de la pirámide creció 13 puntos y en el decil más bajo bajó 12 puntos. El de arriba consume más y el de abajo consume menos. Por lo tanto, la caída se concentra en el sector de los trabajadores y los sectores populares. ¿Y esto por qué pasa? Por varios fenómenos. El primero es el salario. La clave está en que el salario no es un motor de la economía, está yendo para atrás. Hasta mayo, la inflación acumulada fue del 11,6% -estamos hablando siempre de 2025. Y las paritarias cerraron así: transporte de pasajeros 3,4%, textiles 5%, sanidad 5,3%, alimentación 5,8%, gastronómicos 6,4%, construcción 7,2%, camioneros -el gran sindicato de Moyano- 7,6%, metalmecánica -el Smata- 7,8%, seguros 8% -el dirigente del seguros sería el nuevo secretario general de la CGT-; calzado y comercio también quedaron por debajo de la inflación. Aceiteros emparda con el 11,6% y se supone que es la mejor paritaria. Entonces tenemos una caída del salario en relación a la inflación si uno toma los números del año 2025; todavía los números de junio no los tenemos. El salario no puede impulsar el consumo porque cae, y el crédito, que había sido otro motor del consumo y por eso siempre se decía "crecen los productos de bienes durables pero caen los del supermercado", empieza a estancarse. Fue algo elemental que en su momento se discutió tantas veces en el socialismo. Hay un texto de Rosa Luxemburgo discutiendo con revisionistas que decían que el crédito podía superar la tendencia a la sobreproducción bajo el capitalismo porque ampliaba la capacidad de consumo. Rosa decía "che pero hay que pagar la cuota", o sea, hay que pagar la tarjeta de crédito y el consumo de este mes compromete el consumo del siguiente. Entonces ahora tenemos que empezar a pagar la cuota de lo que consumimos y ya estamos teniendo una tendencia a que se estanca el crédito, a que crece la morosidad en el pago de las cuotas y al crecimiento de los cheques rechazados en las empresas. Es decir, este problema no abarca solamente a las familias sino también a las empresas.
Por otro lado, también tenemos un crecimiento de la desocupación, algo que ya habíamos visto el lunes pasado: subió al 7,9%, lo que equivale a 1.800.000 personas sin trabajo. Y la desocupación se mide de una manera muy peculiar (si trabajas un día de la semana o una hora en la semana, no sos considerado desocupado). En este marco empiezan a crecer las economías de aplicaciones, que disimulan la desocupación. Cuidado con esto porque mañana todo el mundo va a manejar un Uber digamos... ¿Y a quién llevas? No hay una creación de valor en una economía de aplicación, solamente vos podes llevar a más gente en tanto haya más trabajo y más salario. Si todo el mundo tiene que recurrir a un sobretrabajo en una economía de aplicación, eso va a tender a cero, cosa que ya empieza a pasar también.
Entonces tenemos una caída de consumo, del salario y una economía que tiene en el sistema financiero una crisis y una crisis en el repunte económico (que no es tal porque hay una tendencia a la recesión). ¿Entonces, cuál es la la situación que tenemos que enfrentar los trabajadores?
Bueno, la crisis económica ya tiene algunas manifestaciones en el plano político. En las elecciones que hubo Milei no logró concretar su pronóstico de que iba a arrasar. No pasó en las elecciones de Formosa, no pasó las elecciones de la provincia de Santa Fe. Es decir que es un sistema político que también está, por lo menos, con muchos signos de interrogación, y para los trabajadores el gran desafío es salir a luchar, no creer que este es un sistema fuerte; sus bases no son sólidas, son bastante endebles, y pueden, por lo tanto, mediante una acción histórica, derrotar a este gobierno hambreador.

