Políticas
7/7/2022
Desabastecimiento y remarcaciones de precios, otro golpe a los salarios
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Los aumentos en los grandes supermercados alcanzaron picos del 25%.
En medio de la corrida contra el peso, las patronales han avanzado en una fuerte remarcación de los precios. Esto se combina con el retaceo de todo un universo de mercancías, lo que está impactando con fuerza sobre la población trabajadora. Los capitalistas buscan resguardarse de la devaluación y de los coletazos que la crisis se encuentra repartiendo. Los trabajadores debemos intervenir para recomponer los salarios.
Recientemente, se reportó que los aumentos de precios en los grandes supermercados han alcanzado picos del 25%. Los bienes de origen importado, por su parte, están entregándose a cuentagotas. En los comercios más chicos, la escasez de artículos relacionados a rubros como librería o cosmética es muy prominente. Ernesto Acuña, presidente de la Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA), ha señalado que las listas de precios de productos importados sufrieron subas de entre un 20 y un 30%; incluso algunos kiosqueros “advierten que no reciben nada que sea importado: encendedores, pilas, tabacos ni cápsulas para café” (Clarín, 6/7). Las papeleras han llegado a cortar la entrega de papel higiénico, aduciendo una falta de celulosa.
La especulación se suma a una suba ya desenfrenada de los precios. Grandes pulpos capitalistas son los que están detrás de estas remarcaciones. Vicentín está a la cabeza de ese proceso, y le siguen otras empresas como Nestlé, Molinos, Ledesma o Unilever. Los aumentos están impactando en productos de consumo básico como el azúcar, la yerba mate, o las leches. Por ejemplo, los incrementos dispuestos por Algodonera Avellaneda (Vicentín) terminaron por provocar subidas del 30% en toallitas íntimas y del 25% en pañales para bebés.
Las causas del desabastecimiento y de los aumentos de precios son múltiples. Por un lado, los distintos sectores de la burguesía están maniobrando para no perder en medio de la corrida cambiaria en curso y en un escenario signado por la alta volatilidad del dólar, e incluso en aras de obtener algún rédito. El cepo a la divisa norteamericana, por el otro, es recesivo, y a la vez inflacionario, ya que las patronales trasladan a los precios finales los mayores costos de importación.
Todas las previsiones coinciden en que Argentina asiste a una intensificación de la escalada inflacionaria en cuestión. Diversos analistas descuentan que la inflación del mes de junio cerrará en más de un 5%, mientras que otros ya han adelantado que para este mes la misma podría bordear el 9% (Infobae, 5/6), entre otras cosas por el incremento que viene teniendo el precio de los alimentos.
El gobierno, entretanto, refuerza este ataque contra los trabajadores con su política fondomonetarista. La imposición de tarifazos, el aumento de los combustibles y de las prepagas, y la devaluación que poco a poco va aplicando, son algunos de los elementos constitutivos de su orientación antiobrera.
En este marco, los sectores sociales presionan para que sus intereses no se vean afectados. La burguesía está tomando medidas para defenderse de los embates de la crisis que ella misma y su gobierno producen. El capital agrario acopia los granos a la espera de una devaluación, las cámaras empresariales del transporte realizan cortes de ruta para pedir mayores subsidios, la banca y los grandes capitalistas salen a vender sus bonos en pesos para irse al dólar; y la lista sigue.
Esto explica la preocupación del gobierno en evitar que los trabajadores intervengan en defensa de sus condiciones de vida. Las declaraciones de la vicepresidenta Cristina Kirchner a favor de imponer aumentos de paritarias por decreto y con sumas fijas se inscriben en esa línea.
La CGT, mientras tanto, se reunió para ratificar que no hará nada por defender el salario. La posibilidad de ir hacia un paro nacional por esa reivindicación fue enviada por la burocracia sindical a dormir el sueño de los justos. Los gordos de la CGT dejaron en claro que su preocupación central es ver cómo se posicionan ante los realineamientos políticos que como producto de la crisis se desarrollan al interior del peronismo.
La política de la burocracia sindical cegetista está en las antípodas de la orientación que desarrolla el Sutna, que tiene a sus trabajadores protagonizando una dura pelea por aumentos salariales y que con su método de deliberación en asambleas estimula la participación democrática de los obreros en la vida política del sindicato.
Es necesario impulsar la campaña por un paro nacional y un plan de lucha, para recomponer el valor de los salarios y de las jubilaciones.
https://prensaobrera.com/politicas/lo-que-se-viene-luego-de-la-renuncia-de-guzman