Políticas

12/10/2022

El Elefante Blanco de Avellaneda: reflejo de la especulación inmobiliaria y la estafa

Con el aval del Estado.

Elefante Blanco.

Es postal conocida y reconocida desde hace años la mole de cemento y hormigón, que se visibiliza desde extensos kilómetros de distancia. El mega emprendimiento del Grupo Provincia Estrella del Sur, popularmente conocido como Elefante Blanco, ubicado en Hipólito Irigoyen al 800, frente a la Estación Darío y Maxi, es el monumento a la especulación inmobiliaria y al fraude financiero.

La historia de este megaproyecto bautizado Estrella del Sur, que consiste en tres torres unidas por una cuarta central, arrancó en 2009, cuando, a través de un fideicomiso -cuyo dinero iba a ser administrado por una empresa del Grupo Provincia, Bapro Mandatos-, se pusieron en venta 924 departamentos. Casi todos fueron vendidos en dos meses. En 2010 comenzó su construcción y solo dos años después -con el 40% de las cuatro torres ya terminadas y una morosidad que no llegaba al 5%- la obra quedó paralizada” (Urgente 24, 17/06/2021).

La novedad es la construcción de un edificio de 166 departamentos al lado del abandonado. La edificación de tres cuerpos es parte del Plan Procrear, a cargo del Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat, encabezado por el intendente de Avellaneda en licencia, Jorge Ferraresi (Todos-PJ), quien durante sus más de diez años de mandato local no ha dado solución a la crisis habitacional.

A nivel provincial, existe desde hace ocho años la Ley de Acceso Justo al Hábitat, que habilita a los municipios a declarar el parcelamiento y/o construcción sobre terrenos baldíos o con edificación derruida o paralizada. Estrella del Sur se ubica dentro de “aquellos inmuebles cuya construcciones lleven más de cinco años paralizadas” (extraído del texto ley). En el mismo sentido, con el voto del bloque oficialista (Todos-PJ), en el Concejo Deliberante, se aprobó en junio de 2021 el Registro Público Municipal de Inmuebles Baldíos, con edificación Derruida o Paralizada, que autoriza la expropiación de todo terreno en desuso tras ocho años consecutivos.

La edificación abandonada hace más de ocho años cumpliría con las condiciones para la expropiación municipal. Consultados sobre el tema, desde la Secretaría de Obras Publicas de Avellaneda se informó que “no hay novedades de reactivación por parte del propietario”. El propio intendente en funciones, Alejo Chornobrof, afirmó que “tiene que quedar claro que la ordenanza propone como última instancia la declaración de utilidad pública sujeta a expropiación”. Declaraciones que demuestran que lo aprobado por el HCD son espejitos de colores, y cómo el oficialismo peronista y la “oposición” macrista se siguen lavando las manos, dando las espaldas a las necesidades del pueblo trabajador.

Luego de dos oportunidades fallidas, en 2019, Carlos Alberto Dayan adquirió en subasta el terreno por chauchas y palitos. El nuevo propietario se encuentra inscripto en la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) como un pequeño monotributista. Fraude financiero a la vista.

Maximiliano, uno de los vecinos estafados que hace más de una década compró bajo la modalidad “en pozo” uno de los casi mil departamentos, afirmó “siento que no hay justicia. Hoy estoy pagando un crédito hipotecario cuando el Banco Provincia me prometió mi vivienda en 2012”. Lo devuelto por la justicia, como resarcimiento, le alcanza apenas para cambiar los electrodomésticos hogareños o pintar su casa.

La crisis habitacional a nivel nacional, provincial y municipal se incrementa de forma veloz y feroz. El hacinamiento y las precarias condiciones de las viviendas son moneda corriente, ya no solo en villas y asentamientos. Solo en Villa Inflamable, Avellaneda, sobreviven más de 1.500 familias en condiciones inhabitables.

De esta crisis no saldremos adelante de la mano de los gobiernos responsables. Ni de la gestión “no represiva” de Kicillof (Todos-PJ), que a fines de octubre de 2020 desalojó, junto a su ministro Sergio Berni, con topadoras, gases y balas de goma a les vecines de Guernica. Ni tampoco de la oposición (PRO-UCR), que en los municipios donde gobiernan utilizan los mismos métodos o hasta incluso patotas a sueldo, como lo hace Larreta contra las familias que viven en condiciones de calle en CABA. Se cierra la grieta en beneficio del capital financiero y los pulpos inmobiliarios.

El incremento de la crisis habitacional es también ajuste, en las condiciones básicas de supervivencia del pueblo trabajador, con el fin de seguir pagando al Fondo Monetario Internacional. La salida está en manos de les vecinos y trabajadorxs. Es urgente que se realice un serio plan de viviendas populares y obras públicas bajo control obrero. Expropiación del Elefante Blanco. Abajo el ajuste. No al pago de la deuda.