El gobierno lanzó una nueva resolución para restringir las operaciones con dólares financieros. Busca cortar el chorro de la corrida, dificultando que se tomen créditos en pesos para comprar dólar MEP y el dólar CCL; ello no podrá realizarse si se tienen pases o una caución deudora, tanto en pesos como el dólares. El oficialismo mete otro manotazo de ahogado para intentar contener la devaluación, mientras sigue con la misma política económica del gobierno, digitada por el FMI, que genera las condiciones para la corrida cambiaria.

Una caución es una operación financiera que permite a un inversor adquirir un préstamo en el mercado con garantías puestas en valores negociables, a tasas menores que las de referencia y a plazos considerablemente menores que los de un plazo fijo. Ese dinero en general se destina a la compra de dólar MEP o CCL, vía mediante la cual se giran los billetes a una cuenta bancaria fuera de la Argentina, generando una diferencia positiva.

Este tipo de restricciones, de efectividad al menos incierta, se realiza mientras siguen con la misma política de emisión monetaria en que incurre el BCRA para pagar intereses cada vez más caros por las Leliq y el sobrendeudamiento del Tesoro, cuya su dudosa capacidad de pago acelera que los capitalistas quieran resguardarse de una devaluación desarmando sus tenencias en bonos.

Sin ir más lejos, en las últimas jornadas, el gobierno frenó la corrida a costa del aumento de tasas hasta el 140% anual efectivo anual, la venta de 116 millones de dólares y una devaluación del 8% del dólar oficial, para retener más dólares en el mercado oficial de cambios. Al mismo tiempo los acreedores se deshacen de sus bonos en pesos para dolarizar sus carteras. En la última licitación del Tesoro, solo el 50,2% del financiamiento obtenido provino del sector privado (el cual tenía la tenencia de casi el 90% de los vencimientos), mientras que el 49,8% restante lo proporcionó el sector público. Es el gobierno entonces el que financia la fuga de capitales que hoy tienen en jaque a las reservas del Central.

Varios analistas han advertido que estas nuevas restricciones puede hacer volar el precio del dólar blue. De esta forma, el gobierno busca restringir la demanda de divisas pero a costa echarle más leña al fuego inflacionario. Es decir, son los trabajadores los que van terminar pagando el endurecimiento del cepo.

Por otro lado, el resultado de la medida podría reducirse a que se reactiven otros mecanismos financieros para acceder a divisas, que suelen ser más caros que el valor del Contado Con Liquidación (CCL). La resolución oficial indica que las ALYCs (sociedad que actúa como intermediaria entre los inversores o las empresas y los mercados) no pueden comprar MEP o CCL, tendrán que ir a OTC o SENEBI. En criollo, esto significa que deberán comprar dólares a precio de “pantalla” (pactado entre compradores y vendedores de una transacción), independientemente del que marca el mercado.

Otra de las medidas impulsada por Massa para nutrir las arcas del Central es la activación del swap con China, lo que promueve un mayor endeudamiento a tasas usurarias, principal motivo de la sangría de reservas. En esa misma línea, Massa y Scioli viajaron a Brasil y anunciarían un intercambio similar para el comercio bilateral con el país carioca. Estas medidas solo patean el pago de las importaciones para más adelante tomando deuda ahora en moneda internacional, en el caso de una devaluación se agravará la carga de la deuda y la necesidad de divisas.

Así, el final del gobierno del Frente de Todos tiene al final del gobierno de Cambiemos como spoiler: inflación, super endeudamiento, caída de depósitos en dólares, corrida cambiaria, reforzamiento del cepo y un pedido de auxilio al FMI y a los organismos de crédito internacional. Queda claro que estamos frente a un círculo vicioso. La única manera de destrabarlo es echando a los políticos capitalistas que han gobernado durante las últimas décadas y nos han llevado a esta debacle.

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