Los empresarios que asistieron a la edición número 59 del Coloquio de Idea, que está realizándose en Mar del Plata, reclaman una reducción del gasto público como una de las supuestas vías de salida a la crisis. Según Ámbito (5/10), este punto es abordado en prácticamente todas las ponencias. Cuando los capitalistas hablan de gasto público se refieren a los salarios estatales, a las jubilaciones, a los presupuestos de salud, educación y vivienda, etcétera. O sea, están planteando ir hacia mayores ataques contra la clase obrera. Lo que ocultan, sin embargo, es que el despilfarro de recursos es un fruto del costo empresario.

El Coloquio, al que se encuentran concurriendo importantes capitalistas que operan en el país (UIA, Came, banqueros, etc), tiene lugar en medio de un desmadre social, político y económico. El aumento tanto de la pobreza como de la indigencia, la crisis oficialista profundizada por el affaire Insaurralde, y la disparada del dólar en medio de un agudizamiento de la inflación y más en general de todas las tendencias al colapso de la economía, son aspectos que caracterizan al panorama político nacional.

En este marco, la clase dominante reclama avanzar en una ofensiva brutal contra los trabajadores (reforma laboral, reforma jubilatoria, devaluación, más tarifazos, entre otras medidas) y que el próximo gobierno cumpla con el programa del FMI. En esto consisten los “planes de estabilización”. Este ajuste también implica redoblar los recortes en el gasto público; el gobierno de Massa y CFK viene aplicando esta política, pero las patronales piden ir más allá.

La quiebra del Estado –y más en general de la economía toda– está íntimamente relacionada al saqueo que está llevando adelante la clase capitalista, actualmente de la mano del gobierno “nacional y popular”. El problema reside en el costo empresario, o sea, en los superbeneficios capitalistas, en la especulación financiera, en el otorgamiento de subsidios millonarios y de exenciones impositivas a las patronales, en la evasión fiscal capitalista, y en el pago de la deuda externa.

Argentina pierde cerca de 1.300 millones de dólares por año como producto del “gasto tributario” (dinero que el Estado deja de recaudar debido a las exenciones impositivas capitalistas) y de la fuga de divisas. El déficit financiero, que surge de lo que el gobierno paga en servicios de deuda pública y de deuda externa, alcanzó en el mes de agosto unos 384 mil millones de pesos; la principal fuente de desfalco de la economía nacional. Entre enero y agosto, ese mismo déficit fue de 4,29 billones de pesos (11.757 millones de dólares); esto, en un cuadro donde las reservas del Banco Central están en terreno negativo. Asimismo, el BCRA viene emitiendo cerca de 2 billones de pesos por mes para pagar intereses de Leliqs.

Con todo, la burguesía se encuentra en crisis, dividida y en deliberación, porque hay sectores empresarios que también van a tener que pagar los platos rotos. Para cumplir con el Fondo, ¿a quiénes les van a recortar las exenciones impositivas y a quiénes no? ¿Cómo van a impactar los tarifazos y naftazos en la industria? ¿Van a liquidar el mercado interno para ir a una economía netamente de exportación? La clase capitalista prepara una ofensiva en regla contra los trabajadores, pero deberá atravesar también fuertes choques internos.

Esto, de alguna forma, se manifestó en Idea en el hecho de que solo Bullrich concurrió al cónclave. Desde el escenario, la candidata del PRO volvió a plantear avanzar en una nueva devaluación del peso y en una reforma laboral reaccionaria.

Massa no irá a Idea. Y Milei organizó una especie de contracumbre, también en Mar del Plata, que contó con la presencia de alrededor de 100 empresarios y representantes de bancos, pymes e industrias; entre ellos importantes capitalistas como Martín Cabrales (Cabrales), Daniel Funes de Rioja (UIA) y Juan Patricio Supervielle (Banco Supervielle).

La burguesía y todos sus candidatos son incapaces de sacar al país de la bancarrota en la que se encuentra. Los trabajadores debemos luchar por aumentar el costo laboral, o sea, por un incremento de salarios y jubilaciones, por blanquear a todos los trabajadores y triplicar los presupuestos de salud y educación.

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