Políticas

25/7/2023

En Rosario, policías y gendarmes persiguen a los consumidores y dejan actuar a los narcos

En 2022, el 55% de las causas judiciales por drogas en Rosario fue por tenencia para consumo.

Movilización antinarco en Rosario. El Estado protege este negocio espurio.

En Rosario, el 55% de las causas iniciadas en 2022 por drogas en la Justicia Federal rosarina fue por tenencia simple y consumo personal. Mientras se persigue al consumidor, el poder político deja intacto el narconegocio, del que se benefician clanes mafiosos asociados a las fuerzas de seguridad, la Justicia y los políticos capitalistas.

El 62% de las causas fueron abiertas por la intervención de fuerzas federales. En 2014, por orden de Cristina Kirchner, entonces presidenta, y de Sergio Berni, entonces ministro de Seguridad, se reforzó ese accionar en Rosario mediante el despliegue de Gendarmería. Por otra parte, el 15% de los expedientes ha surgido de operativos realizados por la policía santafesina.

Lo que ocurre en Rosario es una manifestación de un fenómeno de alcance más general. Según la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), durante 2022 se abrieron 19.154 causas en todo el país por delitos vinculados a las drogas; el 77% de las mismas fue por tenencia para consumo personal.

La cantidad de procesos judiciales abiertos contra consumidores particulares, que no cumplen ningún rol en la organización del narcotráfico tomada de conjunto, contrasta con la de condenas por lavado de dinero proveniente de ese negocio. Esta semana tendrá lugar un juicio contra Delfín Zacarías, capo narco detenido en 2013 por tener una de las mayores cocinas de cocaína en el país. Se trata de la primera condena relacionada, entre otras cosas, al lavado de narcoactivos.

La juventud y los trabajadores son perseguidos y criminalizados por las mismas fuerzas represivas que impulsan el negocio narco. En Rosario, por ejemplo, desde las cárceles, con la complicidad de la policía, los capos criminales organizan asesinatos, balaceras y extorsiones. Los jefes de la policía santafesina vienen acumulando causas penales por sus vínculos con diferentes clanes narco. A esto hay que sumarle los contubernios entre funcionarios del poder político-judicial y las mafias. En este marco, la violencia se ha profundizado; en 2022 se registraron 288 asesinatos en Rosario y su periferia, un número que está por encima de las cifras de 2013.

Como se ve, sin el visto bueno del Estado nunca podrían tener lugar negocios de estas características. Todo esto deja al descubierto la miseria de los políticos capitalistas, que dicen que para ponerle punto final al narcotráfico hay que reforzar la presencia de la policía y la Gendarmería en los barrios –como propone Cristina Kirchner-, o introducir en ellos al Ejército –como plantea Patricia Bullrich.

La persecución policial contra los consumidores es un instrumento más para regimentar a la clase obrera y a su juventud y así reforzar su sometimiento. Massa, Larreta, Bullrich y Milei se postulan para profundizar esta política, proponen bajar la edad de imputabilidad a 14 años. Larreta hizo este planteo desde Rosario. Maximiliano Pullaro, ganador de las elecciones en Santa Fe y amigo del alcalde porteño, fue denunciado por su competidora en la interna de Juntos por el Cambio, Carolina Losada, por proteger a la narcopolicía santafesina desde su lugar como ministro de Seguridad del gobernador Miguel Lifschitz.

Mientras los gobiernos y sus aparatos judiciales persiguen a los consumidores, el gran negocio narco continúa desarrollándose; entre enero y abril de este año, se secuestraron en Rosario unos 470 kilos de cocaína. La mayor parte de la droga incautada, según La Nación (24/7), pertenece a distintos eslabones de Los Monos –banda criminal rosarina-, que tiene ramificaciones en otras regiones del país como la provincia de Buenos Aires o en zonas aledañas a Bolivia y Paraguay, desde donde obtienen marihuana y cocaína.

En la provincia de Axel Kicillof, en marzo de este año, se secuestraron unos 22 kilos de cocaína pertenecientes a un miembro de Los Monos. Según Matías Edery, fiscal de la Unidad de Criminalidad Organizada, el 90% de la droga que se comercializa en Rosario proviene del conurbano bonaerense. En 2020, en la provincia, se iniciaron 68.628 causas vinculadas a las drogas; el 61% fue por narcotráfico (comercialización y venta de estupefacientes), el 24,6% por tenencia para consumo y el resto por tenencia simple.

En La Matanza, los trabajadores de Las Antenas y de Villa Celina se han tenido que movilizar contra el copamiento de las narcomafias. En Villa Celina ha habido una rebelión de los vecinos en reclamo de justicia por Limber Valero, trabajador asesinado por un narco. Marcharon hasta una comisaría para exigir el desmantelamiento de los búnkeres, denunciando la complicidad policial. Los vecinos terminaron por incendiar la casa de los narcos.

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En 2022, entretanto, se registró un récord en cantidad de droga secuestrada; casi 1.600 kilos de cocaína camuflados en bolsones de soja procesada fueron incautados en un galpón en Empalme Graneros. Era un cargamento que iba a partir desde Terminal Puerto Rosario para dirigirse hacia Dubai. De este negocio participó una organización criminal con sede en Colombia.

Los puertos privados de Rosario se han convertido en un colador de droga. Solo el Frente de Izquierda Unidad plantea su estatización bajo control de los trabajadores, una medida clave para atacar los intereses sociales que se esconden detrás del narcotráfico; y la lista que encabeza Gabriel Solano como precandidato a presidente está integrada por fuerzas políticas que pelean en los barrios contra la barbarie narco.

El narcotráfico es un negocio en el que también se ven involucrados grupos capitalistas importantes como los que operan en la banca, los casinos, en el negocio inmobiliario y en el de la soja u otras materias primas. Además, los gobiernos promueven la legalización del dinero proveniente de esta actividad mediante las leyes de blanqueo. El Estado protege este negocio porque es una fuente de beneficios extraordinarios para una clase burguesa en decadencia. El narco mueve unos 9 millones de dólares al mes en la provincia de Santa Fe y genera ganancias por 5 millones cada treinta días, según estimaciones de la Universidad Nacional de Rosario (La Nación, 2/3).

Para echar a los narcos de los barrios y rescatar a los trabajadores y a los pibes de la descomposición social capitalista, démosle fuerza a la izquierda que se planta contra esta lacra. Votemos Solano-Ripoll.

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