Políticas

30/4/2024

Grabois a contramano: pone paños fríos

El líder de Patria Grande llamó a Javier Milei a abrir un diálogo con la oposición y también se pronunció a favor del sostenimiento de la “gobernabilidad” libertaria.

El dirigente social escribió un artículo para elDiarioAR, que es todo un pronunciamiento político.

Juan Grabois escribió un artículo, que fue publicado en elDiarioAR (24/4), en el cual llama a Javier Milei a abrir un diálogo con la oposición y también se pronuncia a favor del sostenimiento de la “gobernabilidad” libertaria. “Cuente conmigo para eso”, le dijo al presidente, y se encargó de dejar claro que quiere que le vaya bien. ¿Qué implica para el pueblo, al cual Grabois dice defender en un texto que es todo un pronunciamiento político, que el gobierno pueda llevar adelante sus propósitos?

El líder de Patria Grande redactó la nota un día después de la histórica marcha federal educativa, que produjo un sacudón en la situación política nacional, y significó un golpe para el gobierno, que intentó desactivar el proceso de organización docente-estudiantil con artimañas y amenazas represivas.

En ninguno de los ocho mil espacios del artículo Grabois hace un planteo alternativo al de Milei. Ni siquiera critica su programa, que implica rescatar a una burguesía decadente y en crisis sobre la base de liquidar los derechos laborales y la educación pública, de despedir trabajadores a mansalva, de profundizar el sometimiento de Argentina al capital financiero internacional, etc. Asimismo, no levanta ningún reclamo de los trabajadores y de los estudiantes. Grabois solo se limita a criticar los modos del presidente, o sea, el personalismo y el autoritarismo.

De todas formas, todo lo que pueda decir Grabois sobre el programa de Milei tendrá una dosis fuerte de demagogia. Grabois puede criticar la flexibilización laboral que promueve el gobierno libertario, pero defiende la existencia de la denominada “economía popular” (el negreo al mango) y se hace eco de la propaganda de los capitalistas sobre la “industria del juicio”. Puede criticar el impuesto a las ganancias sobre el salario, pero defiende a los gobiernos peronistas que lo mantuvieron. Puede decir que Milei es un cipayo, pero propone una renegociación de la deuda con el FMI y los acreedores en general, o se reúne con Marc Stanley.

En este marco, Grabois le pide al gobierno que “abra la cabeza y el corazón a las necesidades sociales que se manifiestan permanentemente en todo el país” y que se siente a discutir con la oposición. “El diálogo sincero no es debilidad, es fortaleza”, señala en su texto. ¿A los trabajadores que sufren los agravios del gobierno les conviene que Milei se fortalezca? Un fortalecimiento del gobierno llevaría a que reúna mayores condiciones para imponer el plan de guerra capitalista.

Incluso, le aconseja a Milei recostarse en el “pueblo” y en las instituciones (Congreso) para estar a salvo de una eventual traición de personajes como Caputo, Bullrich y Villarruel, que según el “dirigente social” podrían darle al presidente una “puñalada por la espalda”. Si estallara una crisis en el gobierno que lleve a su fragmentación, Grabois se colocaría en el campo del cipayo, autoritario y prodictadura Milei contra la cipaya, autoritaria y prodictadura Villarruel.

Al igual que Cristina Kirchner, que este sábado protagonizó un acto en el que le reclamó al gobierno nacional que ejecute un programa de estabilización como lo fueron el Plan Austral de Alfonsín o la convertibilidad de Menem y Cavallo, quiere que al presidente le vaya bien.

Reclamar, como hacen Grabois, CFK y todos los políticos capitalistas, que a Milei le vaya bien, es reaccionario. Si a Milei le va bien, o sea, si puede llevar a cabo su plan económico y político, los trabajadores van a ser arrastrados a una mayor pobreza y además Argentina no saldrá de la decadencia en la que la han sumido los capitalistas y sus gobiernos sino que irá hacia una mayor.

Grabois reproduce a su modo la estrategia política del peronismo, a saber, dejar que Milei haga el trabajo sucio (que implemente la agenda patronal) para eventualmente volver al poder en 2027 y ejercerlo en función de sostener el dominio político y económico de la burguesía pero con el retroceso antiobrero impuesto. Mientras tanto, el PJ-kirchnerismo ayuda al gobierno desorganizando a los trabajadores (la CGT y las CTAs se niegan a convocar un plan de lucha) y aplica el ajuste allí donde gobierna (provincias, municipios).

La clave para una fuerza popular es organizar a los trabajadores para derrotar los planes del gobierno y conquistar todas sus reivindicaciones y no pedirle al verdugo que sea compasivo con sus víctimas. Grabois dice que no quiere que se repita un 2001, o sea, rechaza que haya una rebelión popular. Con su lógica, De la Rúa y Cavallo tuvieron que haber dialogado con la oposición y abierto sus cabezas y sus corazones a las necesidades sociales del momento.

Pero en el modo de producción vigente, los intereses de clase priman sobre la cuestión moral. Así como De la Rúa fue por el megacanje, el blindaje y el corralito para satisfacer las necesidades de la gran burguesía y del imperialismo, y defendió su programa con los métodos del terrorismo de Estado en diciembre de 2001, Milei ahora quiere hacer pasar la Ley Bases con un reforzamiento mayor de la represión estatal y del autoritarismo.

Evitar esto último requiere que la clase obrera intervenga de manera directa y con sus propios planteos en el escenario nacional. El conflicto no se va a dirimir en el Congreso ni llamando a Milei a adoptar cierto tipo de preceptos morales. Desde el Partido Obrero llamamos a los trabajadores y a la juventud a seguir organizándose y a preparar las condiciones para ir hacia una huelga general hasta derrotar a Milei. La próxima parada será el 1 de mayo, día internacional de la clase trabajadora, y tenemos el desafío de movilizar de forma independiente levantando nuestros reclamos y denunciando al gobierno capitalista de Milei.