Políticas
12/9/2024
La inflación golpea más duro a los trabajadores por los tarifazos y liberación de precios en servicios
Luz, gas, agua, transporte, telecomunicaciones, salud y educación suben muy por arriba del promedio del IPC.
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Transporte público.
La persistencia de un piso inflacionario alto, luego de dar a conocer el dato del 4,2% de inflación promedio para agosto, se ha combinado con lo que algunos analistas consideran una “percepción real” aún mayor de la suba de los precios por parte de los trabajadores, debida principalmente a la disparada en los precios de la canasta de servicios, junto al desplome del poder adquisitivo de los salarios.
Los números que el gobierno trata de colocar como un “triunfo” escapan a lo que realmente sucede en los hogares de las familias trabajadoras, donde al peso de las subas constantes en bienes vitales como los alimentos se agregan otros gastos ineludibles en servicios (agua, luz, gas, transporte, salud, etc.) que vienen superando ampliamente el promedio del IPC.
Para el caso de agosto tenemos que del desagregado del 4,2% conlleva subas en los bienes del 3,2% contra servicios en más del doble, alcanzando el 6,5%. A esto cabe agregarle que los precios regulados escalaron un 5,9%. Medido de enero a agosto tenemos que mientras el IPC se ubicó en 94,8% los servicios medidos por el Indec subieron un 143,1%.
Esto se debe, principalmente, a las políticas de liberalización económica, tarifazos y carta blanca para las patronales impulsada por el gobierno de Javier Milei, donde se inscriben los aumentos de las tarifas en los servicios básicos (agua, luz y gas), aumentos en el transporte público, desregulación y aumento de los alquileres, desregulación de las prepagas, colegios privados, telecomunicaciones, etc.
Se trata de rubros que inciden con fuerza entre los trabajadores, y particularmente en las grandes ciudades. La electricidad, el gas y los combustibles acumulan subas del 352,8% en lo que va del año; las prepagas 167,5%; telefonía e internet 163,5%; alquiler de vivienda 152,8%, Educación 132% (Clarín, 12/9).
Por otra parte, el Observatorio de Tarifas y Subsidios del instituto IIEP de la UBA y el Conicet estimó el valor de la canasta de servicios públicos (luz, gas, agua y transporte) para el mes de agosto para el Amba en $144.433 mensuales: un 380% superior a su valor en diciembre pasado.
Algunas consultoras como NielsenIQ calculan que un 68% de los ingresos de los sectores medios están dirigidos a cubrir necesidades básicas, como alimentos y bebidas no alcohólicas, ropa y calzado, transporte, vivienda y servicios, salud y educación. Mientras que en los sectores de menores ingresos esa porción del gasto llega a ser del 73%.
Esto se combina con un desplome del poder adquisitivo de los salarios, jubilaciones e ingresos populares, que se refleja en un mercado laboral con mayor precarización –crecen aportantes al monotributo-, el impacto del Impuesto a las Ganancias sobre un millón de trabajadores, jubilación mínima de indigencia, caída del empleo público y privado, etc.
Según dato publicados por Ámbito respecto al mes de agosto el consumo agudiza su caída llegando al 22,6% interanual, 6 puntos más que el desplome medido en julio. Esto también se manifiesta en la caída de las ventas de las grandes cadenas de supermercados y en las ventas mayoristas. Incluso con estudios que dan cuenta de consumos que se postergan hasta la aparición de promociones y/o rebajas, o directamente se anulan.
Para mal de peores se espera que los precios de la canasta de servicios sigan escalando como fruto de la política de tarifazos y liberalización de precios acentuada durante el último periodo, con vía libre de los capitalistas para fijar precios inaccesibles para la población.
La política de ajuste de Milei para “bajar la inflación” está haciendo estragos en la economía de los trabajadores, con un crecimiento exponencial de la pobreza y la indigencia, liquidando los ingresos de los trabajadores.
Hay que enfrentar esta política de hambre con la lucha por una recomposición general de los salarios y las jubilaciones y la intervención de la cadena de precios de los principales bienes y servicios que necesita la población, para satisfacer un verdadero acceso universal a los mismos.
