Carlos Bianco​ volvió a la carga agitando la reelección de Kicillof para 2023.​ El exjefe de Gabinete calificó de “natural” que el actual gobernador quiera reelegirse y reivindicó la “unidad” del Frente de Todos.

Jugando a dos puntas, el ahora jefe de asesores de Kicillof​ suavizó la participación de su jefe político en la marcha de La Cámpora el pasado 24 de Marzo.​ Es que la campaña reeleccionista tiene agujeros por todas partes. Cristina Kirchner le estaría bajando el pulgar a Sergio Berni mientras busca reemplazante para la titularidad del Ministerio de “Seguridad” entre los pesos pesados del PJ provincial, como el intendente de Ezeiza y exministro de Scioli, el “sheriff” Alejandro Granados, y también Mariano Cascallares, legislador provincial y exintendente de Almirante Brown. Esto en medio de las disputas con los alcaldes por el control de las policías comunales.

Después de que el gobernador participara en la columna de La Cámpora desde el Ministerio de Economía de Martín Guzmán le reprocharon haber negociado la deuda externa de la provincia de Buenos Aires con una quita inferior a la que se “prometía”.​ En verdad hubo una revalorización de títulos defaulteados, con pago de intereses y reconocimiento integral de la deuda fraudulenta dejada por Vidal y antes por Scioli.​ Tuvo que explotar la crisis en el Frente de Todos para que reconocieran la estafa de la negociación “soberana” de deuda de Kicillof.​

Recule ante la “vieja política”

Conocida una encuesta que lo posiciona por debajo de Kicillof, Máximo Kirchner intensificó su recule frente a los caciques del conurbano. ​Este contubernio con los intendentes, el PJ provincial -del que es presidente formal pero no en los hechos- y​ con el proyanqui​ Sergio Massa, es​ el prólogo de nuevas crisis políticas.

Volvió al ruedo la​ versión de una eventual separación de fechas entre la​ elección bonaerense a gobernador y la presidencial​, ​para despegarla del​ fracaso de Alberto Fernández.​​ Según Clarín, esta misma situación podría repetirse en otras 19 provincias​, en lo que es una eventual desintegración del peronismo. Para que prospere esta elección desdoblada el kirchnerismo debería buscar como aliado a los “libertarios” de Espert, si es que éste no consuma una alianza derechista​ con Juntos por el Cambio.​

La base para la alianza entre La Cámpora de Máximo, Cristina y el PJ​ bonaerense​ tiene como actor destacado​ a​ Martín Insaurralde, jefe de Gabinete e interventor de hecho del gabinete de Kicillof. Insaurralde pretende capitanear​ la “liga de intendentes” del PJ que quiere sacar a Kicillof del juego y anular sus pretensiones a la reelección. Por lo pronto, maneja junto a​ Leonardo Nardini (ministro de Infraestructura e intendente de Malvinas Argentinas en uso de licencia) una caja vital para las obras de los jefes comunales. Si Máximo Kirchner abandona la disputa por la gobernación, la fórmula de consenso apoyada por el massimo podría ser Wado de Pedro-Insaurralde o Insaurralde-De Pedro.

Axel Kicillof, por su parte, no tiene las condiciones para pasar a la ofensiva con una agenda propia cuando en la​ Legislatura bonaerense (con Diputados presidida por un ladero de Insaurralde) padece la dependencia respecto de Juntos por el Cambio para aprobar leyes fundamentales.​

Organicemos la respuesta de los trabajadores

Las manipulaciones y enjuagues en el Frente de Todos con vistas al 2023 se estrellan contra​ la crisis social, el hambre y la carestía que pulveriza los salarios y jubilaciones.

Las paritarias​ a la baja,​ firmadas por las burocracias de Suteba y el Frente de Unidad Docente, de ATE, UPCN y Salud Pública, ya quedaron “viejas” con una inflación anual​ proyectada del 60% y un marzo en que estará por encima del 6%. La respuesta al ajuste capitalista y al pacto fondomonetarista coloca a la orden del día la lucha por el trabajo, el salario, la vivienda, la educación y la salud​, y por lo tanto la intervención del movimiento obrero para darle una salida a la crisis.

Esta es la enorme lección del multitudinario acampe piquetero que conmovió al país en la lucha por trabajo genuino y contra la pobreza e indigencia. El plan de lucha de la Unidad Piquetera, con asambleas y movilizaciones masivas, desnuda a las burocracias sindicales de la CGT y las CTAs que le “ponen el hombro” al acuerdo colonial infame.

En el horizonte cercano hay​ elecciones en gremios de mucho peso político y sindical, como en Suteba dirigido por la burocracia celeste de Roberto Baradel. Como su mentor, Hugo Yasky, este se alineó con el pacto con el Fondo Monetario. La elección en Suteba será una gran batalla política​ por la recuperación de las seccionales y para poner en pie una dirección sindical clasista independiente del gobierno, de todos los ajustadores y del FMI.

Organicemos la pelea por reapertura de las paritarias, salario igual a la canasta familiar, basta de precarización laboral, asambleas para organizar la defensa de las reivindicaciones obreras y populares. Preparemos una gran jornada de movilización política del Frente de Izquierda Unidad el 1 de Mayo, para postular una salida de los trabajadores a la crisis.

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