Políticas

4/10/2021

La salud y los programas de empleo, entre los recortes previstos en el Presupuesto 2022

Le siguen también la puesta en marcha de sustituir planes por trabajo precarizado y más endeudamiento.

El Presupuesto 2022 presentado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, es un proyecto redactado a puño y letra en las oficinas del FMI. La pretensión del ala kirchnerista de imponer sus enmiendas a la “ley de leyes”, incluso con la cínica demagogia de acusarlo de “ajustador”, no es otra cosa que un intento de dibujar la orientación de un presupuesto directamente elaborado por el Fondo Monetario. De aprobarse, se avecinan recortes en las áreas más sensibles del gasto público como la salud o el trabajo; a la par en que crece el gasto en asistencia social, pero con expectativas de transformar los programas en trabajo estatal ultraprecarizado.

Recortes en salud y en trabajo, reorganización de subsidios a los capitalistas

Uno de los puntos más polémicos es el recorte del presupuesto destinado a salud. El nuevo presupuesto prevé una partida de $634,9 millones, un 12,54% más que los actuales $572,2. Nominalmente es una cifra mayor, claro, pero se trata de una cifra que queda desdibujada incluso ante la meta inflacionaria del 33% fijada por Guzmán. Se consolidaría así una pérdida del 20,96%, cuando incluso la inflación estimada en el presupuesto 2021 fue ampliamente superada por la realidad y cuestiona así lo fidedigno del nuevo cálculo.

Dentro del ajuste sanitario hay un recorte nominal en los fondos destinados a adquirir vacunas, con $122,2 millones frente a un monto de $153,5 millones. Esto va en línea con la orientación del gobierno de hacer de cuenta que la pandemia “ya pasó”. Si ya la adquisición de vacunas estuvo colmada de trabas y retrasos, en buena medida por la tolerancia del gobierno con los laboratorios que incumplieron sistemáticamente los contratos, en otra medida se dio por una decisión de escatimar presupuesto; por lo que esta desinversión no hará más que echar leña al problema.

A su vez, el gobierno decidió machacar el seguro al desocupado en un 30%, o hasta un 72% en el programa Acciones de Empleo. A su turno, parece haber un “recorte” en los subsidios a los capitalistas, dado el descenso de los fondos destinados al Repro II o el Fondo de Desarrollo Productivo (Fondep). No obstante, se trata de un plato cuya rotura pagarán los trabajadores. Su eliminación será amortizada por los capitalistas por la vía de los descuentos salariales, mientras reciben otras compensaciones como lo prueban los proyectos de la Ley de Hidrocarburos o de la Ley de Agroindustria. Las quitas también se darán con las privatizadas de los servicios, que se llevaron en el 2021 uno de cada diez pesos del gasto público. Sin embargo, el gobierno les compensará el retiro de los subsidios a los pulpos energéticos y del transporte con la autorización para emitir nuevos tarifazos, es decir, haciendo una vez más que los trabajadores paguen el coste de preservarles el margen de ganancia.

Todos los caminos conducen al Fondo

Ahora bien, las presiones del kirchnerismo y las acusaciones de un “presupuesto de ajuste”, siguiendo en su intento de absolverse ante las masas de sus responsabilidades como ejecutores del mismo, pujan por un reordenamiento de las partidas; pero siempre dentro de los límites del programa exigido por el FMI. El requerimiento de aumentar los recursos de la considerada “asistencia social” no responde a la urgencia que atraviesa un 40,6% de la población bajo línea de pobreza según el propio Indec, sino a la transformación de los programas sociales en trabajo estatal ultraprecarizado en danza. Por eso es que, sin “denunciar el ajuste”, esta enmienda es también apoyada por la tropa de Massa o el jefe de gabinete Juan Manzur.

Otro dato a tener en cuenta es que quienes se venden como los “campeones del desendeudamiento” consideran en el proyecto a los organismos internacionales de crédito como “indispensables”, excusándose una vez más en la pandemia. Sobre esa base, el gobierno anuncia que en el año entrante no solo seguirá pagando la deuda externa con la profundización del ajuste y del vaciamiento nacional, sino que también acudirá a un nuevo endeudamiento en dólares con los organismos internacionales de crédito. Esto viene a tirar por la borda todo el relato kirchnerista sobre la deuda externa.

La salida está en la vereda izquierda

Este presupuesto viene a confirmar que el mandamás en la economía nacional es el FMI, su programa de ajuste, de reformas precarizadoras y de entrega al imperialismo. Desde el presupuesto 2019 a esta parte, todos los caminos conducen al Fondo; con Macri o con los Fernández. Esto valida una premisa que levantamos desde el Frente de Izquierda – Unidad: todo el régimen político está comprometido con el FMI. La única salida para la población laboriosa y las mayorías populares se encuentra con una ruptura, valga la ironía, de fondo.

En el cuadro político actual se trata de la disyuntiva entre el programa de todas las variantes fondomonetaristas, de su pacto de ajuste y reformas o del FIT-U; que proclama la necesidad de reorganizar el país sobre nuevas bases sociales. Partiendo de la base de romper con el Fondo y con el pago de la deuda externa, decimos claro a la población que de esta crisis de proporciones bíblicas se sale con la dirección política y económica de la Argentina por parte de los trabajadores y la izquierda.

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