Políticas
30/7/2025
La tasa que Caputo le paga a los bancos cuadruplica el techo salarial
Se complica y encarece la renovación de la deuda en pesos que sostiene el carry trade. Efecto bola de nieve y presión devaluatoria.

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Caputo ofreció tasas de hasta el 65,3% anual en la última licitación.
El gobierno, mientras sostiene un cepo a los salarios del 1%, le ofrece a los bancos rendimientos efectivos mensuales del 4,28%. Luis Caputo convalidó tasas de hasta el 65,3% anual en la última licitación de deuda, sin embargo, no logró renovar la totalidad de los vencimientos. Crece la incertidumbre de los acreedores sobre la sostenibilidad de dicha hipoteca, lo cual pone en riesgo la bicicleta financiera de la cual pende todo el esquema económico del oficialismo.
Economía logró adjudicar deuda por $9 billones en la última subasta, en la que vencían $11,8 billones. Es decir, obtuvo un rollover del 76,34% sobre los compromisos, liberando $2,8 billones al mercado que podrían recalentar la cotización del dólar. El resultado es doblemente adverso para el gobierno teniendo en cuenta que ofreció tasas exorbitantes de entre el 51% y 65,3% anual para tentar a los acreedores, pero, aún así, un porcentaje decidió no renovar los vencimientos.
A su vez, el 83% de la deuda colocada fue mediante Lecaps que vencen el próximo mes. Como vemos, aumentan las dudas entre los capitalistas sobre si seguir haciendo carry-trade o desprenderse de sus instrumentos en pesos para refugiarse en el dólar. Por un lado, desconfían de la capacidad que tenga el Tesoro para renovar los vencimientos venideros, que, solo en agosto, ascienden a $38 billones, y acumulan otros $38 billones entre septiembre y octubre. Se trata de un endeudamiento que ha crecido a ritmos vertiginosos, volviéndose verdaderamente insostenible: desde que gobierna Milei, la deuda nominada en moneda local aumentó 100% gracias a la promoción oficial de la bicicleta financiera, que consiste en ofrecer tasas positivas y pisar el tipo de cambio.
Por otra parte, los especuladores ven en la fragilidad de las reservas (las netas se encuentran en rojo por U$S 9.575 millones, según los cálculos de Cifra-CTA) el peligro de que finalice la "paz cambiaria" y, lentamente, van siguiendo el consejo del JP Morgan de desarmar sus posiciones en pesos. Sucede que, entre mayo 2024 y mayo de este año, la cuenta corriente cambiaria del Banco Central acumula un saldo negativo de U$S 12.281 millones, debido al auge importador, al boom del turismo emisivo, a la salida de inversiones extranjeras y al pago de intereses de deuda externa. Sin contar que, en el último mes y medio, la formación de activos externos (fuga de capitales de empresarios argentinos) sumó U$S 5.247 millones.
En función de evitar un salto devaluatorio que perjudique sus objetivos electorales, el gobierno pretende sostener el carry-trade a como dé lugar subiendo desmedidamente las tasas en cada licitación de deuda. Así, acrecienta el peso de los intereses sobre las cuentas nacionales, cuando solo en el primer semestre la capitalización de los mismos trepó a $30,1 billones. Cuando estalle esa bola de nieve, la corrida cambiaria será sin dudas estrepitosa.
Mención aparte merece el contraste de los montos destinados a la usura, frente al ajuste feroz que descarga el gobierno sobre las jubilaciones, la salud, la educación y las necesidades sociales en general. Milei garantiza retornos extraordinarios para la banca y el conjunto de los acreedores, mientras amenaza con vetar una mínima mejora para los jubilados y el colectivo de discapacidad y desfinancia hospitales públicos emblemáticos como el Garrahan.
Ni qué decir que semejante nivel de tasas encarece el crédito privado, reduciendo su demanda y generando crisis en la cadena de pagos de las empresas y mayores dificultades en los hogares a la hora de abonar el resumen de la tarjeta de crédito. Cabe destacar que los efectos recesivos de la política gubernamental recaen fundamentalmente sobre la población trabajadora por medio de despidos y suspensiones con rebaja de salarios.
En este escenario ni siquiera despeja dudas el salvavidas del FMI, que aprobó un desembolso de U$S 2 mil millones para darle aire a la gestión libertaria pese a haber incumplido la meta de acumular reservas que garanticen el pago de los vencimientos de deuda externa. Consciente de que un mal resultado de La Libertad Avanza en los próximos turnos electorales podría dar lugar a divisiones en el seno de la clase capitalista que hoy se alinea detrás de Milei y mayores presiones devaluatorias, el gobierno refuerza su ofensiva antiobrera de ajuste y reforma laboral.
Los trabajadores tenemos todas las de perder con el rumbo del gobierno, que comprende más motosierra y endeudamiento, pérdida de puestos de trabajo y un horizonte devaluatorio que terminará de destruir nuestros ingresos. Es necesario derrotarlo con la huelga general y abrir paso a una salida política independiente que ponga fin a la usura mediante la nacionalización bajo control obrero de la banca y el repudio soberano de la deuda pública fraudulenta.

