Horacio Rodríguez Larreta anunció que será Eugenio Burzaco quien reemplace a Marcelo D’alessandro como ministro de Seguridad de CABA, luego de que este se viera obligado a renunciar tras quedar vinculado a los escándalos de Lago Escondido.

La gestión de D’alessandro vino a dar continuidad a la política represiva del PRO.

Durante su mandato, se produjeron -según los informes de Correpi- 63 casos de gatillo fácil, con el caso emblemático de Lucas González.

Dentro de su prontuario se encuentra su intención de generalizar la videovigilancia en la Ciudad.

Sumado a ello, ha recibido graves denuncias sobre el tratamiento que reciben los detenidos en la Ciudad de Buenos Aires, que están en condiciones infrahumanas y de hacinamiento.

Además, ha tenido declaraciones en favor de la baja de la edad de imputabilidad.

Las denuncias por verse involucrado en conspiraciones con jueces, fiscales, espías y empresarios, lo pintan de cuerpo entero. Por eso, desde la bancada de Gabriel Solano (legislador porteño por el Partido Obrero en el Frente de Izquierda Unidad) hemos insistido realizando interpelaciones, ya que su renuncia implicó que no dé explicaciones al respecto.

La renuncia es una impostura para evitar que la crisis de Lago Escondido escale a niveles mayores. Esto es así al punto tal que el propio Larreta lo confirmó como parte de su equipo en caso de ganar las presidenciales.

Su reemplazante, Eugenio Burzaco, también tiene antecedentes criminales en materia represiva.

Fue Asesor de Seguridad del exgobernador de la provincia de Neuquén, Jorge Sobisch, cuando ocurrió el asesinato del docente Carlos Fuentealba, e integró la Secretaría de Inteligencia durante la presidencia de Fernando de la Rúa.

Carga con la responsabilidad de haber sido el número 2 en el Ministerio de Seguridad durante la presidencia de Macri, más allá de ser un opositor interno de Patricia Bullrich. Durante su mandato se produjeron la desaparición de Santiago Maldonado, el asesinato de Rafael Nahuel, y la criminal represión contra los trabajadores en las jornadas de diciembre de 2017.

También fue jefe de la Policía Metropolitana entre 2009 y 2011, teniendo en su haber la represión asesina del Parque Indoamericano. Es un confeso defensor del uso de la pistolas Taser

Se trata del reemplazo de un represor por otro.