Milei definió al Estado capitalista como una organización criminal y lo confirma y profundiza cada día de su gobierno reaccionario y antiobrero. Esto es crudamente cierto en el ministerio estrella de “Capital Humano”, el de la ministra Sandra Pettovello, que vacía de alimentos a los comedores populares que combaten el hambre en el país. Ahora se destapó que el secretario de Educación, Carlos Torrendell, también “se valió de los polémicos convenios con el organismo internacional OEI para contratar a 300 personas y hacer compras directas sin licitación” (LPO, 2/6).

Las maniobras de corruptela, malversación de fondos y cajas negras tienen a la Pettovello en el candelero, y son tapas de diarios desde hace meses. Son los casos del escándalo de los millones de kilos de comida arrebatados a los comedores populares, el de los millones de pesos destinados a pagar sueldos a 150 rugbiers ñoquis que cobraban sin trabajar -mediante la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI)-, o de la llamada “banda del Opus Dei” del renunciado Pablo De la Torre (exsecretario de Niñez y Familia) y su hermano Joaquín, ambos cabecillas de la camarilla que gobierna desde hace décadas la intendencia de San Miguel. A ellos se suman los manejos del secretario de Educación.

En la última reunión de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados a la que asistió Torrendell, con cara de piedra, señaló que el desfinanciamiento de la universidad pública y de otras áreas, y el ataque que implica la eliminación del Fonid para los salarios docentes, entre muchas otras partidas, surge de que estaban desenvolviendo una reasignación de recursos para sostener las necesidades educativas de los que menos tienen.

Esa “reasignación” significa también girar sólo el 3% del presupuesto para los comedores escolares, lo que suma al responsable del área educativa a la política criminal de expandir el hambre sobre las y los alumnos de las escuelas públicas. La hipocresía de Torrendell no reparó, justamente, en justificar sus recortes en que 7 de cada 10 chicos eran pobres o indigentes, y en ellos había que poner la mirada.

La extensión de esta práctica por todos los poros del Ministerio de “Capital Humano” no es ajena a toda la estructura corrupta de la administración mileísta, que utiliza a la “organización criminal” del Estado para financiar la conformación de su aparato partidario. Es que ha trascendido incluso en varios medios periodísticos, en los que se afirma que “atrás del entramado de contratos y ñoquis está Sebastián Pareja, el armador de Karina Milei en la provincia, que construyó la caja de los contratos para hacer política en territorio bonaerense” (ídem).

Por esta vía el falso antiestatista de Milei utiliza al Estado para poner en pie una estructura de punteros que le permitan disputar políticamente su continuidad en el poder frente a los otros partidos patronales, especialmente apurado por las elecciones 2025, al mejor estilo de la casta política que dice criticar. 

Milei ha salido a bancar a Pettovello porque su derrumbe arrastraría a todo su gobierno. Como el ladrón, acusa de robar a sus víctimas: los comedores populares y las organizaciones de los trabajadores desocupados. 

Las maniobras de Pettovello han desnudado una asociación ilícita que tiene a la ministra como su jefa con el propósito explícito de manipular fondos públicos.

¡Pettovello debe renunciar ya!

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