Políticas

22/4/2022

Las medidas del gobierno fracasaron y las alimenticias desabastecen las góndolas

Según los datos, en los comercios de todo el país hay 20% menos de entrega de productos en relación a los niveles habituales.

La provisión es de casi un 75%, cuando lo normal sería entre un 90% y 95%.

En un contexto signado por la inflación y el ajuste, donde crece exponencialmente la demanda de la población que busca satisfacer sus necesidades básicas, el sector productor de bienes de la canasta básica (alimentos, bebidas e insumos de limpieza) está jugando al límite con el abastecimiento en las góndolas.

Según los datos, en los comercios de todo el país hay 20% menos de entrega de productos en relación a los niveles habituales. Si se hace eje en Precios Cuidados, los fabricantes sólo proveen 6 de cada 10 productos reclamados por los comercios. La provisión es de casi un 75%, cuando lo normal sería entre un 90% y 95%, y si se toma sólo Precios Cuidados, el abastecimiento es de entre 60% y 65% (Página12 22/4)

El gobierno viene de armar una pantomima para simular un acuerdo con las alimenticias que retrotrajera los precios al 10 de marzo, pusiera un tope a los precios de los alimentos, garantizara el stock mediante la Ley de Abastecimiento y pusiera en marcha un acuerdo de precios para que el programa Precios Cuidados llegue a comercios de proximidad. Pero esto no fue más que un slogan publicitario frente a una inflación que no para de crecer. Los artilugios de las empresas para escaparle, una vez más, a estos controles ya estaban planteados.

Las alimenticias no solo desconocieron el acuerdo y elevaron los precios de los alimentos de manera especulativa, por encima del 3% mensual estipulado (que es más que el 2% que regía hasta entonces), sino que además continuaron retaceando productos en las góndolas, sobre todo los que pertenecen al programa Precios Cuidados.

El programa, además de estar compuesto por productos de muy baja calidad, solo se aplica en las grandes cadenas de supermercados, que abarcan solo el 30% del mercado de consumo, y las patronales aplican “cupos” a los productos, lo que ya restringe la oferta de los mismos.

Ahora, los productores desabastecen a los hipermercados para destinar esa producción a comercios barriales, chinos y de cercanía donde la mayoría de los consumidores hacen las compras y donde no hay control en remarcaciones, comercializando los productos entre un 30% y un 40% más caro.

De esta forma, las alimenticias se benefician con ganancias extraordinarias a costa de una extorsión al consumidor, que solo puede acceder a los productos de primera necesidad por un precio sumamente inflado. Esto se agrava en un escenario como el actual, donde la mayor parte de la población cuenta con salarios que no superan la línea de pobreza y existe un amplio aumento del desempleo.

Fuentes de la Secretaría de Comercio alegaron que una parte de ese faltante se debe a menos provisión de aceite, azúcar y leche por el conflicto bélico. Mientras el gobierno le echa la culpa del aumento del precio y la escasez de alimentos a la guerra Rusia – Ucrania, los productores se llenan los bolsillos mediante la retención de la producción con intereses especulativos y el traslado de los precios internacionales al mercado interno.

La situación económica no promete mejores augurios y el telón de fondo es una orientación económica dirigida por el FMI. El acuerdo con el Fondo promueve la inflación, la devaluación y la tendencia recesiva, mientras las patronales, de la mano del gobierno y de la burocracia sindical hacen lo propio para que la crisis la paguen los trabajadores y los usuarios, con desabastecimiento, tarifazos, aumento de precios y pulverizando los salarios.

Deben dirigir la salida a la crisis quienes viven de su trabajo y defienden sus condiciones de vida. Hay que empezar por abrir los libros de toda la cadena de valor al control obrero, corroborando los costos reales de producción y los márgenes de ganancia y luchar por un salario igual a la canasta básica.