Políticas
23/5/2025
Los anuncios de Caputo: entre evasores no nos vamos a pedir explicaciones
El ministro de Economía y el titular de Arca son fugadores probados que implementan un régimen prolavado.

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Luis Caputo.
A raíz del anuncio de Milei sobre el nuevo blanqueo de capitales –que facilita el lavado de dinero y la evasión fiscal–, muchos se preguntan si ministros como Luis Caputo, que tiene millonadas depositadas en cuentas bancarias en el exterior, van a ingresar sus dólares al circuito comercial argentino. Como sea, queda claro que el gobierno impulsa esta medida no solo para beneficiar a un grupo reducido de parásitos, especuladores y evasores capitalistas, sino también a sus propios personeros.
Durante una conferencia de prensa, el periodista Jonathan Heguier le preguntó a Caputo si los ministros que poseen dólares en el exterior los traerán al país aprovechando las facilidades que otorga la nueva disposición gubernamental. El “mago de las finanzas” respondió sacando a relucir su autoritarismo, increpándolo y exigiéndole que se rectificara, bajo el argumento de que girar dólares al exterior está permitido.
Según el periodista y politólogo Ari Lijalad, Caputo tiene casi el 100% de su dinero líquido afuera. Su última declaración jurada indica que posee $64.947 en Argentina –ni el bono que cobran los jubilados alcanza ese monto– y $2.468.357.044 en el exterior. Claramente, se trata de cifras dibujadas; además, hay una suma desconocida de dinero que el ministro aún no ha declarado.
La declaración presentada a principios de 2024 reveló que Caputo depositó fondos en la Isla de Man –un protectorado británico que alberga fortunas de capitalistas sin cobrarles impuestos sobre ganancias o patrimonios– y en Estados Unidos. Además, en su momento trascendió que ocultó fondos en Islas Caimán.
En el primer año del gobierno de Milei, el patrimonio de Caputo aumentó un 571% –porcentaje que está por encima de la inflación del período–, opacando los magros incrementos en salarios, jubilaciones y presupuestos de salud y educación. Cabe destacar que el patrimonio del estafador Milei también creció en una proporción similar. Caputo tiene gran parte de su fortuna metida en fondos de inversión y es accionista de empresas como Sacha Rupaska –denunciada por desmontes ilegales en Santiago del Estero.
La familia Caputo, además, es dueña del grupo Mirgor, productor de componentes electrónicos en Tierra del Fuego, provincia convulsionada por la huelga de los trabajadores de la UOM y otros gremios.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, también atacó a Heguier en Neura, el programa que conduce Alejandro Fantino. Llamativo, viniendo de un funcionario que llenó la secretaría que conduce de familiares y ñoquis.
Luego de que se anunciara el blanqueo, se supo que un fiscal abrió una causa para determinar si Juan Pazo, titular del Arca, evitó declarar su participación en una empresa norteamericana. Hasta el máximo jefe del organismo que debería velar por la "transparencia fiscal" se muestra reticente a esclarecer la procedencia de su patrimonio.
También es sabido que Andrés Edgardo Vázquez, puesto por Javier Milei al frente de la Dirección General Impositiva (DGI), compró tres propiedades en Estados Unidos por más de 2 millones de dólares mediante empresas offshore y omitió declararlos ante la Oficina Anticorrupción (OA).
La medida de Milei permite a los Caputo y otros capitalistas blanquear dólares –tanto los guardados "bajo el colchón" como los radicados en el exterior– sin explicar su origen y con exenciones impositivas. Se estima que la suma de billetes no declarados podría ascender hasta los 400.000 millones de dólares. Un retrato de la fuga de capitales que impulsa hace años la clase dominante en Argentina; se trata de un instrumento de saqueo de la riqueza que producen los trabajadores. Los patrones no reinvierten su dinero en la “economía real” porque no es rentable, sobre todo en el contexto de una poderosa crisis mundial.
Milei busca convertir a Argentina en un paraíso fiscal donde capitalistas parásitos, narcotraficantes y tratantes de personas muevan su dinero y hagan negociados turbios con impunidad. Además, con la medida, apunta a recaudar divisas en plena crisis de reservas y a sostener el carry trade confiscatorio, en un intento por asegurar cierta estabilidad de cara a las elecciones de octubre. Las contradicciones, con todo, no tardarán en hacer estallar el esquema económico libertario.
Los trabajadores tenemos que tirar abajo a este gobierno de timberos y hambreadores.
