Políticas

25/8/2023

editorial

Los derechos se defienden luchando

Collage Prensa Obrera

Este viernes 25 el sindicato de trabajadores del neumático (Sutna) realizará una asamblea general para considerar la propuesta salarial de las patronales (Fate, Bridgestone y Pirelli) en la discusión paritaria. Nuevamente los trabajadores con su plan de lucha doblegaron la pretensión de un acuerdo por debajo de la estampida inflacionaria, arrancaron una propuesta que permite seguir ganándole al aumento de los precios.

Sindicatos combativos docentes de todo el país se reunieron en AGD  propusieron impulsar una jornada nacional con paro y movilizaciones para el 6 de septiembre. Allí estuvieron el sindicato de Formosa GDA, Adosac de Santa Cruz, los Sutebas combativos, la flamante Uepc Córdoba Capital, Amsafé Rosario, entre otros.

En el Inti una asamblea de más de 400 trabajadores convocada por la Junta Interna de ATE fijó un pliego de pase a planta y otras reivindicaciones, como comienzo de un plan de lucha ante la nueva situación.

El martes pasado trabajadores del Conicet realizaron una asamblea frente al Polo Científico ante las declaraciones de Milei anunciando que eliminaría el organismo de investigación, pero también señalando que el gobierno ha reducido el presupuesto, que los salarios son “hasta 10 veces inferiores al resto del mundo”, que hay una inestabilidad y precarización laborales.

El movimiento por la ley de danza irrumpió masivamente, como hace años no ocurría, en una movilización de 1.000 personas en el CCK, cantando “Sí a la ley, no a Milei”.

El movimiento de mujeres de CABA realizó una asamblea para organizar un plan de acción frente a las amenazas del “liberfacho” de avanzar sobre derechos y conquistas como el del aborto legal. En la asamblea hubo un importante debate político para marcar una delimitación del gobierno nacional y de los planteos que colocan el voto a Massa como centro para enfrentar el ascenso de Milei. Se resolvió preparar una movilización para el próximo 28 de septiembre lo que implica salir de la pasividad que venía sosteniendo el movimiento.

El movimiento piquetero independiente por su parte volvió a movilizarse en el reclamo de comida para los comedores y un aumento del salario mínimo, mostrando la capacidad de respuesta de uno de los sectores que fueron centro de ataque de todos los partidos del régimen.

Por su parte AGD ha votado la propuesta a todas las organizaciones sindicales docentes y estudiantiles de un Cabildo Abierto en defensa de la Universidad Pública, gratuita y laica y los derechos de la docencia, al tiempo que planteó a ConaduH una jornada nacional de lucha por ese objetivo en septiembre. A su vez en varias universidades y centros de estudios el activismo comenzó a impulsar encuentros y asambleas en defensa de la educación pública y gratuita.

Estas primeras reacciones frente a los planteos reaccionarios del candidato triunfante en las elecciones son una expresión de que evidentemente el resultado de las Paso del domingo 13 conmovió al país entero. El triunfo de Javier Milei puso de manifiesto el derrumbe de las fuerzas políticas que venían liderando el proceso político iniciado hace 40 años con el retorno a la democracia y es una manifestación del fracaso de las mismas. Es decir que el resultado electoral ratificó la caracterización de que la crisis que atraviesa la Argentina no es la crisis de un gobierno, o de una fuerza política, sino del conjunto del régimen.

Frente a la derrota electoral, al día siguiente, el gobierno del Frente de Todos -del kirchnerismo y Massa-, con la devaluación del 20% acordada con el FMI –y mantenida en secreto- dio un paso adelante en la profundización de la crisis económica y sobre todo en la repercusión de ella sobre el electorado que le dio la espalda en agosto. Esto revela el alcance de la crisis económica, con un parate ante la falta de dólares para insumos en las reservas del BCRA, caída del consumo y el peso del endeudamiento. El gobierno acordó con el FMI un desembolso de U$S 7.500 millones que se destinará a devolver los préstamos que se tomaron para pagarle al propio FMI y un resto para poder intervenir en el mercado cambiario, lo que significará un nuevo impulso a la fuga de capitales. El acuerdo viene acompañado con el reclamo de nuevos tarifazos, mayor reducción del gasto público con el acento en la reducción de las erogaciones en salarios de empleados públicos y jubilaciones.

Con esto suena difícil pensar que podrán remontar en octubre la derrota de agosto, por eso varios han salido a decir que Massa parece el jefe de campaña de Milei. El gobierno privilegió su subordinación al capital financiero internacional, aunque esto signifique el peligro –palpable- de perder las elecciones en la primera vuelta, porque ese el mandato de la clase capitalista.

Los episodios de saqueo -que estos días han creado una psicosis- aunque aún no estén claramente caracterizados sobre su organización, origen, procedencia o si son parte de operaciones políticas han dejado en claro un deterioro social en ascenso y el avance de la pobreza y el hambre en capas cada vez más masivas de la población. De conjunto el resultado de las Paso ha acentuado un cuadro de inestabilidad política.

Después de las Paso Milei se reunió con el FMI, rodeado de tres personajes de la década menemista: Roque Fernández (exministro de Economía de Carlos Menem), Carlos Rodríguez (exviceministro de Fernández y de Menem) y Darío Epstein (exfuncionario de Fernández, Rodríguez y Menem). Allí no vaciló en anunciar que estaba dispuesto a un ajuste aun mayor que el que reclama el organismo. A su vez ratificó su decisión de avanzar en la reforma laboral –esencialmente terminar con indemnizaciones, ultraactividad, etc.- para mejorar la productividad a costa de los trabajadores. Su planteo de dolarización no escapa a una devaluación, ni a sus consecuencias sobre el costo de vida. Y también ratificó los planteos reaccionarios sobre el Conicet, la educación, la salud, las jubilaciones, los planes sociales y la política antiderechos, sobre todo en el terreno de la mujer.

Es decir, no se bajó un ápice del programa que presentó ante la Justicia y que agitó en la campaña como una forma de salir del derrumbe al que llevaron peronistas, radicales y macristas, y el repudio y bronca contra esta situación. Los reparos o preocupaciones de la burguesía y el imperialismo con respecto a Milei se concentran en su capacidad de imponer el ajuste requerido sin un acuerdo con los gobernadores, los intendentes, la burocracia sindical y sin una mayoría parlamentaria.

Las características que adoptaría un eventual gobierno de Milei agitan aún más las aguas, porque es evidente que el candidato busca escapar al “status quo” del régimen actual, que es lo que lo ha hecho atractivo a punto de convertirlo en el candidato más votado; por eso su preocupación mayor es imponerse con claridad en octubre, o sea, ganar en primera vuelta.

Sobre el fascismo y los plebiscitos

Hay una alerta muy extendida de que la llegada de Milei al gobierno implique la consumación del fascismo en la Argentina, obviamente se deriva de los planteos y los personajes de Milei y su candidata a vice, Victoria Villarruel, una defensora de genocidas. Pero es conveniente precisar la caracterización de qué régimen sobrevendría con un gobierno de Milei.

El fascismo es un sistema de Estado –burgués- particular, basado no solo en liquidar las libertades democráticas, en destruir a la vanguardia, sino fundamentalmente en forzar una fragmentación de toda la clase obrera, por eso el objetivo es destruir sus organizaciones, e incluso sus puntos de apoyo. Trotsky señalaba que el fascismo requiere una combinación de factores, no solo una crisis como la que vivimos, también una agudización de la lucha de clases y que resultado de ella los trabajadores sufran una derrota de carácter histórico y por lo tanto la contrarrevolución. El fascismo se basa por un lado en la disgregación de la clase obrera y por el otro en la movilización fundamentalmente de la pequeño burguesía –“decepcionada” por la clase obrera- y elementos más marginales de los trabajadores.

El fascismo no puede surgir del resultado de una elección, incluso aunque el que la gane sea un fascista, pasó con Bolsonaro en Brasil, de alguna manera es el caso de Trump en Estados Unidos. Milei no pudo avanzar en la organización de la pequeño burguesía incluso cuando se lo propuso, por ejemplo contra la lucha piquetera: el movimiento antipiquetero no pasó de ser un tuit. Los trabajadores que desarrollan sus luchas, y además imponiendo sus reivindicaciones como el caso del Sutna; el clasismo que obtiene triunfos como el de la docencia cordobesa; los piqueteros que siguen ganando las calles; la rebelión jujeña, todas son expresiones de la vitalidad de la clase obrera a pesar de la desarticulación a la que la somete la burocracia sindical. La votación a Milei en Jujuy convivió con piquetes, huelgas salariales y un estado de organización y movilización contra la represión de Morales. Que el resultado electoral de conjunto –Massa, Bullrich, Milei- indique una derechización del escenario político es más la expresión del fracaso y la política de los gobiernos nac&pop, y su pretendido halo progre, que del ascenso del fascismo.

¿Por qué importa precisar una caracterización? Porque con la excusa del fascismo, los partidos de la burguesía buscan imponerles a los trabajadores una tregua en sus reclamos y sus luchas en función de “combatir el mal mayor”. La persecución contra el activismo, la criminalización de la protesta social, la represión abierta contra las luchas está a la orden del día bajo el gobierno actual y durante todo el período constitucional; la lista de luchadores muertos, heridos o judicializados es interminable en estos 40 años, y ha ido en ascenso.

En concreto la lucha contra el fascista Milei no puede estar ajena a sostener la lucha por las reivindicaciones y derechos contra el gobierno actual. Si en función de combatir al fascismo se deja pasar la política de ajuste, represión, judicialización de la lucha popular, hambre y entrega del gobierno del Frente de Todos, con Massa a la cabeza, se alimentan las condiciones que permitan el advenimiento de un régimen fascista.

Milei ha amenazado con sortear las limitaciones de su construcción apelando a plebiscitos incluso no vinculantes –para serlo deberían ser convocados por el Congreso- que impliquen una presión sobre el resto de las fuerzas políticas, cuando estas no estén de acuerdo en acompañar. El riesgo de este planteo es que además de politizar abiertamente la situación, generando polémicas, debates, campañas, etc., una derrota del gobierno en alguna de las convocatorias produciría un cuadro de inestabilidad que puede terminar con el propio gobierno.

La lucha es ahora contra el ajuste en curso y los planteos reaccionarios de Milei

Los trabajadores tenemos que enfrentar las consecuencias de una devaluación que ha dado un empuje a los precios, mientras salarios y jubilaciones son consumidos por la inflación. La burocracia acompaña la política de Massa y coloca el acento en votarlo en octubre, cuando lo que corresponde es el paro nacional contra las amenazas de Milei y en defensa de las condiciones de vida que están siendo golpeadas por el ajuste de Massa, el FMI y los gobernadores. La pasividad que imponen la CGT, la CTA y las organizaciones sociales oficialistas es criminal. Los derechos se defienden luchando.

Impulsemos asambleas en los lugares de trabajo y un congreso de delegados electos por la base de todas las organizaciones obreras de ocupados y desocupados para votar un plan de lucha. El favor más grande que se le puede hacer a esta derecha antiobrera es caer en la pasividad y dejar pasar el ajuste que impulsa Massa y el gobierno nacional. Con esta perspectiva impulsamos el voto en octubre a las listas del Frente de Izquierda, encabezadas por Myriam Bregman a nivel nacional y por Vanina Biasi en la Capital Federal, por la de ruptura con el Fondo Monetario, en defensa de los salarios y las jubilaciones y para preparar todas las luchas que se vienen.

https://prensaobrera.com/politicas/la-ley-de-alquileres-y-la-crisis-habitacional