Políticas

28/7/2022

Manzur y los dólares que no se invierten “en producción y trabajo”

Se profundiza la tendencia recesiva y los choques con las importadoras.

Reunión entre Scioli y Manzur

El jefe de Gabinete, Juan Manzur, y el ministro de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli, se reunieron este martes para hablar del problema de la recesión y de la escasez de divisas. Al respecto, ambos funcionarios alegaron que buscan establecer políticas con el presunto objetivo de fortalecer el crecimiento industrial, la creación de empleo, las inversiones y la generación de divisas para Argentina. Asimismo, Juan Manzur enfatizó en sus redes sociales que “cada dólar que tenga Argentina será invertido en producción y trabajo”, pero veamos realmente adónde van las divisas.

Sin embargo, la producción industrial de junio cayó por segundo mes consecutivo, registrando un retroceso de un 1% con respecto al mes de mayo, según el último informe del Indec. El recrudecimiento del cepo a las importaciones, las restricciones cambiarias y el aumento indiscriminado de altas tasas de interés, para mantener la bola de deuda, profundizan la recesión de una industria que ya se encuentra en terapia intensiva.

La cadena autopartista, beneficiada con algunas flexibilizaciones de acceso al mercado de cambios, amenazó con avanzar en suspensiones de trabajadores si permanece la restricción cambiaria y el cepo a las importaciones. Es el caso también de las empresas de servicios petroleros, particularmente de Vaca Muerta, quienes sostuvieron que “sin herramientas de trabajo, no hay trabajo”. El gobierno, lejos de revertir el problema, mantiene intacto todo un andamiaje que permite que proliferen esos mecanismos de triangulación para evadir impuestos y fugar divisas, en el caso de las petroleras con prebendas para girar sus dividendos al exterior, o las hidrocarburíferas que exportan el gas aprovechando los altos precios internacionales en lugar de abastecer al mercado local.

Entonces, ¿adónde se van los dólares?

Los dólares que el Banco Central no logra preservar en sus arcas, los dispone para financiar la corrida de los especuladores, en función de contener los dólares paralelos, para importar gas y en el pago de la deuda externa. A su vez, las altas tasas de interés y el cepo a las importaciones asestan un golpe mortal al desarrollo industrial, lo cual se traduce en un cuadro de recesión feroz.

Para contener la disparada de las cotizaciones paralelas del dólar, el BCRA ya vendió en lo que va de julio 1.000 millones de dólares. Además, ayer utilizó 130 millones de dólares para pagar las importaciones de energía, lo que hizo que las reservas quedaran en 39.352 millones, configurando una caída en dos días de 407 millones de dólares (Infobae 28/7). Los datos oficiales también dan cuenta de la composición actual de la deuda externa usuraria (un 80% del PBI), donde la deuda en dólares representa un 55%. Solo durante julio el gobierno cumplió con el pago de vencimiento de capital con el Fondo Monetario Internacional, por un importe de 1.285,9 millones de dólares y transfirió los fondos correspondientes al pago de intereses para los tenedores de bonos globales (legislación extranjera) por un importe de 425,6 millones de dólares (Argentina.gob.ar, 8/7).

A su vez, son conocidas las maniobras de subfacturación y sobrefacturación que protagonizan las patronales exportadoras e importadoras, inclusive el acopio de granos que vienen impulsando los productores sojeros a la espera de una devaluación. La fuga de divisas protagonizada por estas patronales, a través de distintas maniobras, constituye una de las causas que están detrás de la quiebra del Banco Central y está cimentada en que el comercio exterior de Argentina se encuentra en manos de un puñado de grupos económicos, como es el caso del sector agroexportador al que, lejos de aumentarle la carga impositiva, le ofrecen prebendas frente a las extorsiones. La devaluación encubierta que implica el “dólar turista” y el “dólar soja”, ahora es reclamada por diversos sectores de la industria, como es el caso de las vitivinícolas y de las Pymes.

El crecimiento industrial, la creación de empleo, las inversiones y la generación de divisas para Argentina son netamente una expresión de deseo de un gobierno que está acorralado por el capital financiero y paralizado frente a su propia política económica. La contracara de las declaraciones de Scioli es el crecimiento del empleo informal con salarios por debajo de la línea de indigencia, la huelga total de inversiones por parte de los capitalistas, la fuga de capitales y el acrecentamiento de la deuda externa y usuraria que barre con cualquier tipo de riqueza producida en el país.

Salir de este laberinto solo es posible mediante el repudio de la deuda usuraria y la ruptura con el FMI, la creación de una banca única en manos de los trabajadores y la nacionalización de la cadena energética y del comercio exterior. En función de terminar con la fuga de capitales incesante y destinar los recursos y el ahorro nacional en un ciclo de inversiones productivas inspiradas en el interés mayoritario.