Políticas

17/8/2023

Milei confirma que la dolarización implicaría megaendeudamiento, pero esconde que hundiría los salarios

La medida agravaría las condiciones de vida de la población y reforzaría el sometimiento del país al imperialismo.

Javier Milei.

Ayer en una entrevista Javier Milei volvió a intentar venderle a los argentinos que con la dolarización de la economía vamos a estar mejor. En Prensa Obrera venimos analizando el tema desde hace tiempo, alertando que la medida, contrariamente a lo que dice Milei, agravaría profundamente las condiciones de vida de la población y reforzaría el sometimiento del país frente al imperialismo.

En primer lugar, sería inevitable una megadevaluación. Según Milei la dolarización se haría al valor del mercado, es decir del dólar paralelo, el cual viene de devaluarse casi 200 pesos en una semana, y lo hará aún más a medida que se afirme una posibilidad cierta de remate del Banco Central. Por eso, a quienes le suena bien la dolarización porque tienen la expectativa de pasar a cobrar en dólares deben saber que en realidad la medida, lejos de bajar los precios, hundiría los salarios -cuando ya los sueldos argentinos medidos en dólares están en los niveles más bajos de América Latina. Además, el libertario sostiene que la medida iría acompañada de una eliminación de las retenciones, lo cual automáticamente empalmaría los precios locales de alimentos y naftas con los del mercado mundial.

Para avanzar en el cierre del Banco Central, Milei propone “rescatar” todo el pasivo de 30 mil millones de dólares de Leliq en base a convertir en deuda externa los bonos que hoy están en pesos y bajo ley local, y pasarían a estar nominados en dólares con jurisdicción Nueva York (donde siempre la Justicia falla contra la Argentina en favor de los especuladores). De un saque, implicaría subir el endeudamiento externo en 120 mil millones de dólares.

Por eso, cuando Milei propone desarmar la deuda en pesos y eliminar el Banco Central plantea hacerlo rescatando a los bancos y perjudicando a los ahorristas. Son estos últimos los que pagarían las consecuencias, ya que los encajes bancarios que deberían servirles de garantías son los que están invertidos en los títulos del BCRA, lo que prefigura que, en lugar de devolverles el dinero de los depósitos, recibirán bonos. Es lo que ocurrió con el Plan Bonex previo a la convertibilidad menemista, con el cual se estafó a los ahorristas y se benefició a los especuladores.

Otra opción que pregona Milei está basada en financiar la dolarización con endeudamiento con fondos de inversión de alto riesgo, que se verían atraídos por el alto rendimiento que ofrecería la recuperación en la cotización de los bonos. Traducido, nos quiere dejar en manos de fondos buitre. En este punto, es la misma receta que nos trajo hasta esta debacle, desde el endeudamiento de los ’90 a los canjes de los Kirchner y el pacto buitre de Macri. Un mayor endeudamiento solo reforzaría el saqueo de los recursos nacionales y redoblaría las penurias sobre el pueblo trabajador.

En paralelo, la eliminación del Banco Central haría que Argentina pierda el control monetario sobre sus fronteras y dejaría al país a la intemperie de los vientos internacionales y de las fluctuaciones económicas y decisiones de la Reserva Federal de Estados Unidos y reforzando el carácter colonial. Sin ir más lejos, la potencia hoy lidia con altos niveles inflacionarios mientras el dólar se devalúa, lo que impactaría directamente sobre la economía nacional. Además el gobierno yanqui, que debería dar el visto bueno para la dolarización, manifestó que no está de acuerdo.

En tanto, el libertario habla de Ecuador y de otros países de América Latina que dolarizaron, pero la experiencia no es para nada prometedora. La dolarización ecuatoriana trajo consigo un retroceso de la industria y puso al país bajo dependencia de la exportación del petróleo y del endeudamiento para financiarse. La contracara es el plan de ajuste antiobrero que lleva adelante el gobierno para cumplir con el acuerdo con el FMI, el principal prestamista, el cual incluye gasolinazos, impuestazos, despidos, rebajas salariales y la aplicación de “reformas estructurales”.

Otro caso es el de El Salvador, donde la industria quedó destruida, las remesas que envían los salvadoreños ubicados en el extranjero se han convertido en el principal ingreso del país y la deuda pública abarca el 96% del PBI. El FMI reclamó que se implementen despidos, tarifazos y un aumento del impuesto al consumo, lo que ya golpea las condiciones de vida de los salvadoreños. A Panamá no le va mucho mejor, su deuda se ha incrementado, su economía depende del sector agroexportador y cada vez más de los préstamos internacionales.

Milei se monta sobre el fracaso de todos los gobiernos que nos trajeron a esta debacle para proponer falsas salidas mediante la venta de espejitos de colores que solo agravarán las condiciones de vida de la población. La dolarización de la economía no sacaría a Argentina de sus sucesivas crisis de deuda y de la tutela del Fondo Monetario, aspectos que se encuentran en la base del proceso inflacionario en curso. Al contrario, sería una guillotina contra el poder adquisitivo, los salarios y las jubilaciones,

No te dejes vender gato por liebre. Para recomponer los ingresos y elevar el nivel de vida de los trabajadores hay que aumentar salarios y jubilaciones a costa de las ganancias empresarias, desconocer la deuda externa y utilizar sus recursos para industrializar el país, algo que solo propone el Frente de Izquierda.

https://prensaobrera.com/politicas/a-donde-va-la-argentina-luego-del-triunfo-de-milei-y-la-devaluacion-de-massa-y-el-fmi