Políticas

8/8/2022

¿Para qué se reunió Massa con el embajador norteamericano?

La tutela de Estados Unidos sobre Argentina.

Sergio Massa y Marc Stanley.

Sergio Massa compartió este domingo un almuerzo con el embajador de Estados Unidos en Argentina, Marc Stanley. El evento estuvo en sintonía con la tentativa del gobierno nacional de reforzar sus relaciones con el imperialismo norteamericano, en el marco de las negociaciones con el FMI y en momentos en los que recrudece la crisis económica en nuestro país.

Esta reunión ha sido, asimismo, el preludio del tour internacional en el que Massa se embarcará a fines de agosto, con una primera parada en Estados Unidos.

En Washington, Massa tendrá un encuentro con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva; con el presidente del Banco Mundial, David Malpass; e incluso podría tener una reunión con la secretaria del Tesoro yanqui, Janet Yellen, y el subsecretario David Lipton.

Allí, Massa ratificará la disposición del gobierno del Frente de Todos en cumplir con las metas fijadas por el FMI, lo que implica reducir el déficit fiscal al 2,5% del PBI hacia fin de año. Los anuncios que ha realizado el novel ministro de Economía en su primera conferencia de prensa fueron todo un pantallazo del ajuste que se viene contra los trabajadores de Argentina, el cual incluye, entre otras cosas, tarifazos, reducción de salarios y de jubilaciones, y el recorte de presupuestos como los de salud o educación.

El superministro concretaría también un encuentro con el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver-Carone, en el que buscaría destrabar préstamos ya aprobados por 500 millones de dólares, así como lograr la aprobación para el otorgamiento de otros 700 millones. Por otro lado, hará una visita a Wall Street, en aras de tejer más relaciones con los tenedores de deuda argentina y con distintos inversores.

“Con los bancos de inversión se prevé comenzar una agenda de trabajo para estructurar productos de la Argentina, en donde figurarán los proyectos de Vaca Muerta II, proyectos de Litio en el Norte argentino, y de seguridad alimentaria, entre otros” (Télam, 7/8). Esto supone un intento de profundizar la entrega de los recursos nacionales, lo que vendría de la mano de todo tipo de beneficios para las patronales saqueadoras.

A pesar de la política proimperialista de Massa, grandes jugadores de las finanzas internacionales como el banco estadounidense JP Morgan o el banco de inversión Goldman Sachs han dicho que las medidas anunciadas por él son insuficientes para “estabilizar la economía”, o sea, se hicieron eco del reclamo del capital financiero internacional por avanzar en un ofensiva mucho mayor contra la clase obrera argentina.

Todo esto muestra que construir una buena relación con el gobierno norteamericano trae consigo más pobreza, atraso y sometimiento colonial. Un alineamiento mayor con el imperialismo significa, a su vez, un espaldarazo a la política guerrerista de la Otan en Europa y una reproducción más violenta en Argentina de los choques comerciales que tienen lugar en la arena política internacional, principalmente entre Estados Unidos y China.

La política de aceitar (más) los vínculos con la principal potencia capitalista del mundo tiene defensores en todo el personal del elenco oficialista. Cristina Kirchner ya había dado cátedra de proimperialismo al reunirse con Stanley en abril de este año. Las jugadas de Massa demuestran de paso que el carácter “nacional y popular” del kirchnerismo es una impostura.

La única salida a la crisis pasa por romper con el imperialismo y por desarrollar una alternativa política de los trabajadores.