En un vuelco no tan inesperado el hasta ahora embajador argentino en Brasil, ex candidato del Frente de Todos y uno de los funcionarios más reciclados del peronismo, Daniel Osvaldo Scioli, formalizó su ingreso al gobierno de Javier Milei a cargo de la Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes, dependiente del Ministerio del Interior. En resumen, Scioli tendrá a cargo el seguimiento de la depredación ambiental, los negocios turísticos a costa del ambiente y la privatización del fútbol con el impulso de las Sociedades Anónimas Deportivas.

Con esta incorporación, Scioli se anota en la carrera de los políticos y/o funcionarios con más “pases” dentro del mercado político: integró los gobiernos de Menem, Rodríguez Saá, Duhalde, Kirchner, Cristina, Alberto Fernández y Milei. Un referente de la casta política, si los hay.

Scioli accede a una secretaría cuyo propósito es concatenar los negocios entre el turismo y la depredación ambiental, combinando la asfixia presupuestaria y promoviendo los negocios privados en la explotación de los recursos naturales, la venta y loteo de tierras al sector privado y los especuladores del sector turístico -algo facilitado por el DNU presidencial en cuanto deroga la Ley de Tierras, aunque actualmente suspendido por un amparo-, y las presiones para profundizar en la privatización de los clubes de fútbol y las instituciones deportivas.

En este orden de cosas, Scioli viene con antecedentes de la promoción de la comercialización de harina de trigo transgénico HB4 en el vecino país de Brasil, colaborando con sus gestiones como embajador y promoviendo una actividad altamente contaminante en nuestro país, debido a que esta variedad genética es tolerante al glufosinato de amonio, un agroquímico 15 veces más dañino que el glifosato.

La designación de Scioli se da en medio de los incendios en el Parque Nacional Los Alerces, que superan las 2.000 hectáreas de tierras arrasadas, con una política nacional que tiene como eje el criterio de recortes presupuestarios, lo que supone agravar aún más esta crisis, restringiendo las dotaciones de bomberos y los cuidados preventivos de los bosques y reservas naturales, y facilitando los negocios privados. Milei ya adelantó su política ambiental regresiva dentro de la Ley Ómnibus donde plantea la modificación de la Ley de Bosques Nativos, la Ley de Protección Ambiental contra la Actividad de Quema y la Ley de Glaciares. A esto se suman otros ataques como la modificación de la Ley de Glaciares.

En materia turística no solo impacta la caída del turismo debido al ajuste en marcha, con la caída del poder adquisitivo vía devolución e inflación, sino que el DNU de Javier Milei prevé una desregulación del sector que amenaza con todo tipo de estafas y negocios contra los trabajadores y sus familias. Algo que cuenta con amparos presentados por las entidades del sector.

Para el caso de Deportes, el gobierno está empecinado en imponer el ingreso de las SAD al fútbol argentino, algo que fue calificado por el propio presidente como un “negocio fácil”. Esta intentona también cuenta ya con su primer revés judicial, con la aprobación de una medida cautelar que suspende los artículos que habilitan el ingreso de las SAD hasta que exista sentencia firme.

El ingreso de Scioli al gobierno de Milei también pinta de cuerpo entero a la oposición pejotista y la velocidad y facilidad con la que cambian de camiseta para defender los mismos intereses de clase.

Milei incorpora, a su vez, a un hombre de la casta, que lejos de “traer aires nuevos” es un reflejo de toda la “política heredada” que condujo a la población trabajadora a la pobreza y la miseria social.

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