El gobierno del Frente de Todos autorizó este jueves la importación de 60 pistolas Taser para que puedan ser utilizadas por la Policía de la Ciudad. La medida fue saludada por el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, que viene reclamando hace tiempo que sus fuerzas de seguridad cuenten con estos elementos de tortura.

Esta política forma parte de un plan más amplio, anunciado por el oficialismo a fines del mes pasado, que consiste en equipar a grupos tácticos y especiales de la Policía Federal, la Gendarmería y la Prefectura con pistolas Taser. Es un reforzamiento en toda la línea del carácter represivo del Estado.

Marcelo D’Alessandro, ministro de Seguridad de CABA en licencia, sostuvo: “Tuvimos que insistir y perder oficiales para que hoy el gobierno nacional autorice las Taser. Peleamos durante años para que el falso progresismo entendiera que hay que equipar a los que nos cuidan con lo mejor. Una gran noticia, que llega muy tarde”. Por su parte, Waldo Wolff, secretario de Asuntos Públicos de Larreta, se manifestó en los mismos términos.

El intento de forzar una grieta en este terreno entra en colisión con el lobby a favor de las Taser que existe al interior del Frente de Todos. Si el gobierno nacional no hubiera autorizado la compra de las pistolas, Larreta y D’Alessandro no podrían reforzar las atribuciones represivas de su fuerza. Alberto Fernández, Sergio Massa y Aníbal Fernández están a favor del uso de las Taser. Ni hablar Sergio Berni, el ministro de Seguridad del gobernador bonaerense Axel Kicillof. Cristina Kirchner tampoco es ajena a este lobby, su apoyo político a Aníbal Fernández y a Berni la coloca de manera directa en él.

Según la ONU, las pistolas Taser son elementos de tortura. Los capitalistas y sus gobiernos promueven su uso con el argumento de que ayudaría a disminuir las posibilidades de que un policía asesine a alguien en un operativo. La realidad ha demostrado que ocurre lo contrario. Las policías de Estados Unidos e Inglaterra han asesinado y torturado personas utilizando estas armas. Se trata de fuerzas que se ensañan particularmente con la población negra, latina y pobre.

La utilización de las Taser por parte de un grupo selecto de fuerzas de seguridad sentó un precedente en materia represiva. Su generalización podría concretizarse en un futuro. Esta política del Frente de Todos (y de Juntos por el Cambio) tiene lugar en medio de un crecimiento de la crisis económica y del descontento social, y tiene como objetivo reforzar el carácter policiaco del Estado. En esta línea debe entenderse el envío de fuerzas federales y efectivos del Ejército a Santa Fe dispuesto por el presidente Fernández, con el pretexto de un supuesto combate contra el narcotráfico.

Tanto el Frente de Todos como Juntos por el Cambio han utilizado a las distintas policías para reprimir a la clase obrera. El gobierno peronista lo hizo para desalojar a las familias de Guernica que luchaban por tierra y vivienda, y para reprimir a la comunidad mapuche en Villa Mascardi. Los cambiemitas lo hicieron para reprimir a los vecinos de Villa Lugano que realizaron protestas contra los cortes de luz, y para reprimir al movimiento piquetero en Jujuy, una campaña que incluyó allanamientos a locales de organizaciones y la judicialización de militantes. Estos, sin embargo, son tan solo algunos ejemplos.

Que las dos principales coaliciones capitalistas aparezcan promoviendo el uso de las Taser a dos semanas de un nuevo aniversario del golpe genocida en Argentina es una demostración de su desprecio por los derechos humanos y las libertades democráticas. No sorprende que esto provenga de frentes que albergan partidos (PJ, UCR) que apoyaron al gobierno de Videla, otorgándole cientos de intendentes.

Movilicemos con todo este 24 de marzo, contra la impunidad de ayer y hoy, la represión, la criminalización de la protesta, y contra el ajuste de los gobiernos y el FMI.

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