El gobierno nacional dispuso este jueves la ampliación del cepo cambiario. Quienes ingresen a la moratoria previsional no podrán acceder al dólar oficial, ni tampoco al MEP o al contado con liqui.

Con esta medida, el universo de trabajadores que no pueden refugiarse en la divisa norteamericana para no ser afectados por la devaluación del peso se expandirá. Es que los beneficiarios de los planes sociales, o aquellos trabajadores cuyos salarios hayan sido pagados en parte a través del Repro o cuyas boletas de agua, luz y gas estén subsidiadas, tampoco pueden acceder al dólar oficial.

Los trabajadores que sí pueden hacerlo solo están habilitados para comprar 200 dólares. Según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) de Indec, el ingreso promedio de la población en el tercer trimestre de 2022 fue de $80.435 (equivale a 374 dólares a precio oficial), mientras que la canasta de pobreza se ubicó en $102.247. Como se ve, ni el asalariado promedio puede dolarizarse.

La política del gobierno estableció, en los hechos, una diferencia en el acceso a las monedas para las distintas clases sociales. La mayoría de los trabajadores solo puede acceder al peso, una moneda que se deprecia cada vez más al calor de la inflación y la devaluación.

En cambio, los importadores pueden adquirir la divisa a precio oficial. Se trata de los sectores capitalistas que han fugado 1.650 millones de dólares en nueve meses. A su vez, las empresas que ingresaron al programa Precios Justos también tienen la posibilidad de conseguir el dólar oficial.

Mediante este nuevo cepo, el gobierno busca recaudar divisas extra para el pago de la deuda externa, en el marco de una bancarrota económica. Estamos ante una nueva confiscación contra los trabajadores, especialmente contra los que sufren la precarización laboral y los jubilados. Estos últimos ya fueron atacados recientemente por los Fernández y Massa, que decretaron que el Anses venda sus tenencias en dólares (a cambio de pesos) en beneficio de la burguesía argentina y del capital imperialista, que son acreedores del país.

Hay que terminar con este robo contra los trabajadores y los jubilados, y con la expoliación de Argentina por parte de los capitalistas. Los ingresos de los jubilados deben recomponerse mediante un aumento sustancial de los aportes patronales, y es necesario defender la moneda nacional, algo que solo puede realizarse nacionalizando la banca, el comercio exterior, y avanzando en una industrialización del país. La izquierda debe ponerse a la cabeza de la pelea por esta perspectiva.

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