La Escuela Agraria de Pehuajó hace más de una semana que no tiene clases.

El gobierno de Ruckauf no ha pagado los micros que los alumnos utilizan para llegar hasta el colegio. Esta situación es consecuencia de la aplicación de la Ley de Emergencia Económica. La misma que establece la emisión de los patacones, el pago de los sueldos en ese papel pintado y el recorte de los salarios y de los presupuestos de educación y salud.

Que los chicos de la Escuela Agraria no cuenten con el servicio de transporte y que como consecuencia pierdan estos días de clase no parecen preocupar al gobernador y tampoco a los sindicatos.

Tanto la FEB como Suteba se hallan apresurados por obtener el acuerdo con el gobierno para concretar leves modificaciones (descuento de 72 pesos en vez de 92 pesos en los sueldos que van de 1.200 a 1.400, por ejemplo). De este modo, se hallan habilitados para suscribir un acuerdo que implica una traición y una entrega de características históricas. Pasan a aceptar la aplicación de la Ley de Emergencia Económica, que es la que trae como consecuencia la imposibilidad de asistir a clases en la Escuela Agraria, entre otras atrocidades.

Los padres, los docentes y los alumnos han vuelto a entrar en acción. Se han reunido en asamblea y resolvieron dar clases públicas frente a la intendencia y continuar con un plan que implica cortes de ruta la semana que viene.

Como se planteó desde estas páginas, la tregua no va a caminar porque las razones del paro por tiempo indeterminado de la docencia no sólo siguen vigentes sino que han comenzado a agravarse.

Los nuevos recortes salariales y presupuestarios, la inutilidad de los patacones como moneda, los cierres de los comedores, la municipalización de las escuelas; todo ello reabrirá el conflicto.