Claudio Belocopitt, dueño de la empresa de medicina privada Swiss Medical y titular de la Unión Argentina de Salud, compró el 30% de las acciones de Medicus y tendría por plan adquirir el 100% de las mismas. De esta forma, la empresa buscaría ampliar su participación en el mercado, eliminando a la competencia y quedándose con la red de sanatorios y clínicas que opera Medicus. Esto conforma un paso más en la concentración de capitales por parte de las empresas de medicina privada, lo que atenta contra el derecho a la salud de los usuarios.

Sucede que al fagocitar a otras empresas de la competencia, las empresas líderes de medicina prepaga se hacen de un control cada vez mayor del mercado, lo que les otorga vía libre para incrementar los precios, al tiempo que limita las opciones de servicio para los usuarios. Esto se ve favorecido sobre todo por el contexto de ajuste en la salud pública que está llevando adelante el gobierno y por el vaciamiento de las obras sociales, por lo que cualquier trabajador preferiría pagar una prepaga en caso de poder hacerlo. Por esto, las entidades de medicina prepaga vienen ganando lugar en el mercado de la salud, algo que se expresa en un salto en los números de las entidades registra de, que pasó de unas 568 en 2013 a más de 700 en la actualidad.

Esta compra refuta las pérdidas que alegan las empresas a la hora de recortar la atención que reciben los usuarios, como vimos sobre todo durante la pandemia, donde luego además se demostró que amasaron ganancias millonarias. El gobierno en lugar de exigirle a empresas como Swiss Medical, que no presentan balance desde 2019, que abran los libros, tomó este argumento para mantenerle el 75% de exenciones en las contribuciones a la seguridad social, otorgarle beneficios como el ATP, un programa donde el Estado pagaba parte de los sueldos, y habilitarle aumentos en los precios. Sin ir más lejos, estos ya suman un 114% en lo que va del año, un número que supera incluso a los índices de inflación proyectada.

Belocopitt es el mismo que estuvo en el Coloquio de Idea pidiendo más recorte en el gasto público para cumplir el acuerdo con el FMI, pero hizo énfasis en que ese recorte tiene que ser sobre las partidas sociales, no sea cosa de tocar este enorme negoción que tiene armado con el Estado. Además, el empresario pide más ajuste en el afán por seguir golpeando la salud pública, lo que le representa enormes beneficios. Ahora, después de las lágrimas de cocodrilo por las supuestas pérdidas, el magnate, avanza sobre la compra de firmas líderes del mercado para acaparar una parte mayor del mismo, pero evitando cualquier tipo de inversión en servicio. Continuarán lucrando a costa de la salud de los trabajadores.

Es necesario abrir los libros de las empresas de salud para verificar sus ganancias y sus costos, avanzar en la creación de un sistema único estatal, que unifique a los centros públicos, a las prepagas, a los prestadores de salud, a las obras sociales y a los laboratorios e ir por la triplicación del presupuesto de salud abastecer de infraestructura e insumos suficientes a todos los centros de atención. Este plan debe ser financiado por medio de la ruptura con el FMI y el repudio de la deuda usuraria.