El aumento de casos de bronquiolitis en el país sacó a relucir otros aspectos de la crisis del sistema de salud, a saber, los problemas de infraestructura en los hospitales de niños y la falta de pediatras. Esta situación es un producto del ajuste que los gobiernos están aplicando en salud para satisfacer las exigencias de las patronales y el FMI. En varios puntos del país, los trabajadores del sector llevaron adelante medidas de lucha para denunciar el ajuste.

La bronquiolitis es una enfermedad causada por el virus sincicial respiratorio que afecta a los niños menores de dos años, provocándoles moco, tos y en muchos casos dificultades para respirar. “Entre el 60% y el 70% de las infecciones respiratorias pediátricas que se consultan en todos los centros de salud del país son por bronquiolitis” (El Popular, 28/5), lo que representa un aumento con respecto a las cifras del año anterior.

Nicolás Kreplak, el ministro de Salud bonaerense, sostuvo que “estamos ante la peor epidemia de bronquiolitis de la que tengamos registro”. En la provincia gobernada por Axel Kicillof, los casos aumentaron un 20% en la última semana. En la Ciudad de Buenos Aires, según fuentes del Ministerio de Salud porteño, un 70% de las camas de internación pediátrica están ocupadas por infecciones respiratorias. La Junta Interna de ATE ha denunciado la crisis que reina en el Hospital Garrahan (que depende mayormente de Nación), el cual se encuentra colapsado. Las recientes imágenes de niños internados en los pasillos del edificio son una expresión brutal de ello. En otras provincias como Tierra del Fuego o San Juan, las autoridades gubernamentales están en alerta.

Cada día que pasa está más colapsado el Garrahan, precarizando la atención y las condiciones de trabajo en pasillos. Ni el Consejo ni Vizzotti abren la boca: ¡basta de ajuste! Que se centralicen los recursos de todo el sistema de salud para enfrentar la emergencia pic.twitter.com/TF4myaTKpR

— Ale Lipco (@Aleplipco) May 19, 2023

Este incremento de los casos de bronquiolitis tiene lugar en el marco de una crisis del sistema de salud y de una degradación de las condiciones laborales de sus trabajadores. Muchísimos hospitales carecen de las camas necesarias para hacer frente a internaciones y también de insumos. Además, desde el punto de vista edilicio, están en condiciones calamitosas. El personal de salud no solo percibe salarios bajos sino que también se encuentra sometido al pluriempleo, a situaciones de violencia y a la inestabilidad laboral. En la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, un médico pediatra con 11 años de formación cobra $210.000, un monto que apenas cubre la canasta básica (la cual no tiene en cuenta el precio de la vivienda).

A esto se le suma la falta de pediatras, un fenómeno cuya magnitud está creciendo. Según la Sociedad Argentina de Pediatría, este año se postularon 394 especialistas en pediatría para 525 vacantes, y, en 2022, se postularon 400 médicos para 540 vacantes (Clarín, 31/5). Angela Nakab, jefa de servicio en el Hospital de Niños Pedro de Elizalde, informó que en los últimos años hubo una reducción de entre un 20% y un 30% de los postulantes a formarse en pediatría. Los médicos jóvenes prefieren concentrar su búsqueda laboral en rubros cuyos salarios son más altos (por ejemplo, anestesia, cirugía y cardiología), o directamente migran a países en los que no hay profesionales.

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Frente a esta situación, trabajadores de algunos hospitales han emprendido luchas. En el Hospital de Niños de San Justo, que está ubicado en La Matanza, los trabajadores realizaron asambleas y resolvieron desenvolver medidas de acción contra el vaciamiento del nosocomio. Juan Romero, concejal del Partido Obrero-FITU, presentó un proyecto en el Concejo Deliberante matancero, elaborado con aportes de los trabajadores de la salud y la comunidad del hospital, para reforzar los reclamos.

Los profesionales del Hospital de Niños convocaron un cacerolazo contra el ajuste a la salud pública. El establecimiento viene de sufrir una filtración de agua que afectó una parte de sus insumos, entre ellos el equipo informático del tercer piso. Además, no tiene camas suficientes (se redujeron exponencialmente) para afrontar las internaciones y su capacidad de atención cayó un 40%.

Por otro lado, los trabajadores del Hospital Penna, el cual se encuentra situado en Bahía Blanca, también han realizado una movilización en defensa de sus condiciones de trabajo y de la salud pública. La realidad del hospital es aciaga, solo tiene nueve camas y faltan insumos y aparatos. Hace poco, un bebé de 45 días que padecía convulsiones no pudo ser atendido debido a la falta de pediatras.

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Situaciones de este tipo se replican en el Hospital Santojanni, donde los trabajadores denuncian que se está pergeñando el cierre del sector de pediatría.

Estos son los resultados de la política de ajuste que todos los gobiernos están aplicando para beneficiar a los empresarios y al FMI. A la par del vaciamiento de los hospitales se profundizan las tendencias a la privatización de la salud. Los Fernández, Massa, Kicillof, Larreta y todos los políticos capitalistas han llevado al sistema de salud a una situación terminal. El “libertario” Milei propone su privatización completa, lo que dejaría desprotegidos a muchísimos más trabajadores en el marco de un crecimiento de la pobreza y la indigencia.

Solo la izquierda propone nacionalizar el sistema de salud, triplicar su presupuesto, aumentar el salario de sus trabajadores y garantizar su gratuidad para toda la población laboriosa. Apoyemos las luchas de los trabajadores de la salud.

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