Luego de seis formidables jornadas piqueteras, que incluyeron el escrache a los carneros y gerentes y una caravana de más de 100 vehículos, concluyó la lucha de los trabajadores de Dupont para evitar el cierre. Así, el 31/3 comenzaron a apagarse las máquinas luego de acordar la patronal y la AOT el monto de las indemnizaciones y de algunas otras reivindicaciones que están por encima del marco legal y de la propuesta original de la empresa.

El impacto social que provoca el cierre es de dos millones de pesos mensuales en pago a proveedores y salarios, y los despedidos –sumando a los talleres contratistas– representan aproximadamente 1.000 familias.

El daño ecológico hecho por esta empresa a lo largo de 30 años no ha sido aún cuantificado.

Ante este cuadro, desde el PO decimos que respetamos la decisión de los trabajadores, pero que aún le reclamamos al Estado municipal, provincial y nacional la expropiación de este pulpo sin indemnización, basándonos tanto en el daño social como ecológico que ha producido.