La CGT resolvió realizar dos actos en apoyo a la candidatura presidencial de Sergio Massa. Uno tendrá lugar el 19 de julio en la sede de la central obrera, y el otro el 8 de agosto, en el estadio DirectTV Arena. “Con militancia, territorialidad y convencimiento”, como dice su documento, la CGT llama a hacer campaña por el ministro que con su política de ajuste produjo más de 3 millones nuevos de pobres.

Del encuentro que parió esta posición, que tuvo lugar en la sede de UPCN, participaron los tres líderes de la CGT, Héctor Daer (Sanidad), Carlos Acuña (Estaciones de Servicio) y Pablo Moyano (Camioneros); y burócratas como Armando Cavallieri (Comercio), Juan Pablo Brey (Aeronavegantes), Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), entre otros.

Daer dijo que lo que estará en juego en estas elecciones es si Argentina va a ir hacia un “proceso pastoril” o hacia un “desarrollo con trabajo, salud y educación”. Además, respaldó la gestión Massa, diciendo que cuando “hubo una corrida especulativa cambiaria, tuvo la decisión de no encerrarse en los preceptos que se habían acordado con el Fondo e intervino en el mercado cambiario provocando el freno de esa corrida”.

El dirigente de Sanidad dice que Massa “representa los intereses de los trabajadores”. En realidad, Sergio Massa, cuya candidatura cuenta con la banca de Cristina Kirchner, es el timonel de una ofensiva en regla contra los trabajadores. El 80% de los asalariados argentinos percibe salarios cuyos montos están por debajo de la línea de pobreza y el 50% se encuentra laborando en la informalidad. Entre 2021 y 2022, la clase obrera transfirió al capital unos 48.000 millones de dólares vía inflación (BAE Negocios, 16/3).

Por otra parte, mientras el gasto por mes en jubilaciones es de alrededor de $600.000 millones, el gasto para pagarle a la banca en concepto de intereses de Leliqs es de $700.000 millones. Mientras los acreedores de la deuda pública reciben bonos indexados a la inflación y al tipo de cambio, y las empresas del transporte y las prepagas aumentan sus tarifas todos los meses, a los trabajadores se les quiere imponer techos paritarios. En este marco, los obreros del neumático y su sindicato, el Sutna, conquistaron una paritaria con cláusula gatillo por inflación luchando contra las patronales y Massa, que intentó boicotear la pelea.

CFK y Massa gobiernan para los capitanes de la industria, los sojeros (el ministro les dio un dólar preferencial) y el capital financiero internacional.

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El ajuste de Massa y CFK, que profundizó la bancarrota social que impera en el país, es acompañado deliberadamente por la CGT. Los distintos dirigentes de la central vienen firmando paritarias a la baja (Comercio, UOM, Uocra, UTA, bancarios, etc). Además, le han estado dando la espalda a las luchas de trabajadores que tuvieron lugar este último tiempo, entre ellas la del Sutna, la del movimiento piquetero y la de la docencia en las provincias. El Sutna viene de realizar una asamblea en la que los trabajadores resolvieron defender el salario; este método clasista contrasta con la política burocrática de la CGT, que rechaza promover la deliberación entre las bases obreras.

La CGT tampoco hizo nada para apoyar la rebelión popular que están protagonizando los trabajadores jujeños contra el déspota Gerardo Morales, quien erigió en la provincia un régimen de terror al servicio de las mineras, los ingenios azucareros y las tabacaleras.

Por otro lado, que Daer reivindique la política cambiaria de Massa, incluso presentándola como contraria a lo que reclama el FMI, es un despropósito. Massa está dilapidando la riqueza que producen los trabajadores en financiar la corrida cambiaria y la fuga de divisas; incluso ha utilizado bonos en dólares de la Anses para sostener este esquema parasitario.

Además, cuando el FMI pidió reforzar el ajuste contra las jubilaciones y otras prestaciones sociales, el gobierno nacional tomó nota y rápidamente ejecutó la orden. En los primeros cinco meses del año, el gasto primario real en jubilaciones retrocedió un 5,4%, en asignaciones familiares un 30% y en el plan alimentar un 8,4%.

La CGT está dirigida por una casta de burócratas que defiende los intereses de la clase capitalista, los cuales no pueden conciliarse con los de la clase obrera. Su conducción también funciona como una correa de transmisión de los intereses del imperialismo, toda vez que apoya la aplicación del programa del FMI. Algunos de sus integrantes, incluso, se han reunido con el embajador norteamericano Marc Stanley. La pelea por echar a los burócratas agentes de los empresarios y los gobiernos de los sindicatos y por construir una dirección clasista e independiente es la clave de la etapa para los trabajadores.

En este contexto, este jueves 13, cuando se reúna otra vez el Consejo del Salario -del que participan el gobierno, las patronales y la burocracia sindical y que viene fijando aumentos de indigencia-, el Polo Obrero y otras organizaciones piqueteras movilizarán desde la sede de la CGT hacia el Ministerio de Trabajo para reclamar un salario mínimo igual a la canasta básica. Una denuncia de la entrega salarial por parte de la central.

Desde el Partido Obrero llamamos a los trabajadores a apoyar la lista “Unidad de Luchadores y la Izquierda” del Frente de Izquierda Unidad, que está encabezada por Gabriel Solano y Vilma Ripoll. Se trata de una lista que brega por la unión de ocupados y desocupados para derrotar el ajuste (y para preparar una respuesta a la ofensiva contra los trabajadores que se viene, la cual también encararía Massa si gana las elecciones) y que plantea como una de sus medidas de gobierno un aumento de salarios para equipararlos a la canasta básica familiar. Además, está compuesta por trabajadores del Sutna y de otros gremios como Foetra, gráficos, AGTSyP, portuarios, docentes, etcétera.

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