Sindicales

27/5/2021

La lucha de las y los municipales de Jesús María frente a la pandemia

En medio de una situación sanitaria en rojo para la provincia de Córdoba y con ocupaciones de camas al límite de capacidad, el intendente Luis Picat de la localidad de Jesús María ha incumplido con las medidas básicas de seguridad e higiene que los trabajadores municipales reclamaban.

Por ese motivo, el Sitram (Sindicato de Trabajadores municipales de Jesús María) reclamó el cumplimiento de todas las obligaciones que el ejecutivo municipal debió y debe garantizar para enfrentar la situación sanitaria y defender la salud y la vida de los y las municipales. Entre los reclamos más importantes, se exigió la vacunación para los y las trabajadores esenciales. A su vez, se rechazó el planteo de convocar al trabajo presencial a los trabajadores de riesgo por ser mayores de 60 años y con comorbilidades cuando tuvieran aplicada una sola dosis de vacunación. Esa disposición es absolutamente criminal porque expone a la muerte a cualquiera de los integrantes de grupos de riego, sabiendo fundamentalmente que las primeras dosis de las vacunas tienen menor eficacia a la hora de disminuir los contagios. Sin ir más lejos, en una semana fallecieron en Córdoba un médico y una docente con dos dosis de vacunación. El Sitram también reclamó la inoculación de la vacuna contra la gripe y la neumonía, fundamental para ampliar la protección a las y los trabajadores esenciales municipales, en medio de la pandemia Covid-19.

Además, exigió la provisión permanente de alcohol en gel y/o spray, jabón, barbijos, máscaras, etc. y rechazó el pedido de informes o sanciones por parte de los jerárquicos hacia las y los trabajadores que solicitan estos insumos o no cumplen tareas hasta tanto se les provea, porque se trata simplemente de una persecución. Otro punto fundamental fue el pedido de entrega inmediata de las prendas de trabajo de acuerdo a lo dispuesto por el artículo 105 del Estatuto del Personal Municipal, que dice que se entregarán anualmente en los periodos de marzo/abril y setiembre/octubre de cada año. Asimismo, y en relación a la falta de entrega de la ropa por períodos anteriores, que en algunos casos llega a 3 o 4 faltas, se exigió que se compensen con dinero.

Por último, en relación al horario de ingreso al trabajo de las áreas operativas, se solicitó se reponga el horario que se tenía de 6.30 horas, puesto que de esa forma se facilita la lucha contra la pandemia Covid-19, debido a la circulación, y además es más beneficioso para las y los trabajadores en cuanto a las necesidades de alimentación. Junto con todo este pliego de reclamos, el Sitram también realizó una presentación al ejecutivo por el pase a planta de los y los precarizado y precarizadas.

Para defender las demandas, lo-as municipales realizaron asambleas el miércoles y el jueves que paralizaron el obrador. De este modo, se estableció una negociación con el gobierno donde se logró que se atienda todo el pliego. Como prioritario, se conquistó la vacunación antigripal a los y las esenciales; la inmediata gestión del municipio ante las autoridades provinciales del cronograma de vacunación contra el Covid-19; y la negociación de pase a planta de un listado de compañeros.

La lucha siempre rinde

El Sitram se enmarca junto al Sutna, entre los sindicatos combativos que obtuvieron paritarias que superaron la inflación. En el caso del Sutna, 5 puntos por encima de la inflación interanual. Los elefantes neuquinos, con semanas de huelga y piquetes, transformaron el miserable 12% de ATE-UPCN en un 53%. Ahora, la huelga de los residentes cordobeses por traslados compulsivos y maltratos patronales marca el mismo rumbo y, en menos de 12 horas, hizo retroceder al gobierno.

En el otro extremo está la CGT cordobesa y el conjunto de la burocracia sindical cuya política es derrotista y antisanitaria; su ligazón con los gobiernos provincial y nacional la convierte en antiobrera, porque no defiende ni los más elementales reclamos frente a la pandemia, en defensa de la vida y la salud de la clase obrera. Los y las trabajadoras necesitamos sindicatos independientes de los gobiernos y las patronales. Vivan los sindicatos recuperados y la lucha de la clase obrera.