La reciente paritaria bancaria ratifica el rumbo declinante de nuestros salarios, en consonancia con la política ajustadora del gobierno. Este derrumbe, que no es una novedad, se acentuó durante la gestión económica de Sergio Massa.

Una vez más las bases no han tenido ninguna incidencia en la negociación, ya que no existieron asambleas ni otros mecanismos de discusión y mucho menos de resolución.

¡Qué inventiva para los números!

El esfuerzo que el sindicato no hace para organizar la defensa del salario lo derrocha para “explicar” los “excelentes” acuerdos salariales, que solo existen en su relato.

El dibujo repetido, paritaria tras paritaria, consiste en acumular valores nominales y sumas no remunerativas, que solo se cobran de manera esporádica, como si fueran permanentes (por lo general esos valores se absorben en la negociación siguiente; o sea se presentan dos veces).

Con este procedimiento, La Bancaria dice haber conseguido un 75% frente a la última inflación medida en julio, que totaliza un 66% anual. Sin embargo, basta tomar el salario básico de convenio de diciembre, que es el que se utiliza de base para la aplicación de los aumentos, y descontárselo al salario básico de la reciente actualización para que la realidad emerja clarita: la diferencia entre lo que se cobra hoy y lo que se cobraba en diciembre representa un 31% más. O sea, el salario bancario lleva solo un 31% de incremento real en lo que va del año, que es menos de la mitad de la inflación acumulada.

Los “dibujos” salariales buscan encubrir, además de la pérdida sistemática de nuestro poder adquisitivo, la avanzada patronal que en la pospandemia ya se ha cobrado cerca de 2.600 puestos de trabajo en todo el sistema financiero; y muchos más que no están registrados producto de las tercerizaciones fraudulentas que llevan a miles de trabajadores a ser contratados de manera precaria sin un encuadre de convenio oportuno.

¡En los últimos tres años son casi 200 las sucursales bancarias que han cerrado sus puertas!

Organicemos desde abajo la lucha por el salario

Las patronales bancarias la siguen levantando con pala como consecuencia de sus negociados especulativos con el Estado y la timba financiera (además de ser puntales de la avanzada precarizadora). Se apoyan tanto en el arbitraje del Ministerio de Trabajo como en la conducta de la burocracia de Palazzo, jugada a la defensa de un gobierno acabado y un candidato –el mismo Massa, que tiene el comando del gobierno– en “default” político.

Desde Tribuna Bancaria impulsamos la más amplia deliberación –mediante asambleas en todas las sucursales con mandatos de lucha– para enfrentar el ajuste que Massa está descargando sobre los trabajadores a cuenta del FMI; y para posicionar al gremio contra la amenaza de más ajuste y represión que encarnan el facho Milei o la derechista Patricia Bullrich.

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