Sindicales

2/1/2019

PedidosYa: laboratorio de la reforma laboral

La precarización en la plataforma pega un nuevo salto con despidos crecientes y contrataciones bajo monotributo.

Atizada por la competencia de otras plataformas de envíos, la patronal de PedidosYa ha profundizado en los últimos meses la explotación de sus trabajadores.


A la implementación de horarios y francos rotativos, zonas arbitrarias de trabajo, pagos irregulares y descuento de horas se han sumado en el período reciente las contrataciones bajo monotributo (hasta esto, todos los repartidores se encontraban en blanco) y una avanzada de despidos, que se procesa en formas irregulares y confusas –según un “puntaje” controlado arbitrariamente por la empresa-, con idas y vueltas y desconociendo la antigüedad para no pagar la indemnización.


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Es evidente que el plan de la empresa consiste en reducir los “costos laborales”, haciendo sangrar al convenio colectivo y al conjunto de conquistas de los trabajadores de reparto. El recambio de quienes están encuadrados en el convenio por personal bajo condiciones laborales precarias, con el aval del Estado y las burocracias sindicales, es el método que las patronales vienen aplicando en un sinfín de sectores, o intentando aplicar (como en la gráfica Interpack, ocupada desde hace más de un mes contra once despidos que apuntan en esa dirección).


Como volvimos a denunciar en ocasión de la movilización de repartidores de apps del 6 de diciembre, la precarización brutal en plataformas como Rappi y Glovo va estableciéndose como norma en el resto del gremio, arrastrando a las empresas de logística a la degradación del salario y las condiciones de salud e higiene de sus trabajadores. Los despidos e incumplimientos del convenio se vuelven la norma entre el conjunto de los trabajadores de reparto, sobre todo entre quienes son contratados bajo plataformas.


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La Asociación Sindical De Motociclistas Mensajeros Y Servicios (ASiMM), lejos de convocar a asambleas y elecciones de delegados para enfrentar a la patronal, se mantiene empantanando la lucha en reclamos individuales –tras haber participado de la persecución y los despidos de activistas.


En contraste, se va planteando la organización consciente de los repartidores, que viven en carne propia los ensayos de la reforma laboral que quiere imponer el gobierno y la clase social que representa. No es ya un reclamo concreto o individual: se pone en juego la defensa de los derechos laborales de forma más general, generando las condiciones de una lucha más profunda que urge encarar con organización en asambleas, elección de delegados de base y un plan de lucha y movilización del conjunto del gremio.


  • Elección de delegados

  • Reincorporación de los compañeros despedidos

  • Aumento salarial

  • Basta de descuentos encubiertos en las liquidaciones

  • Blanqueo de monotributistas