A principios de febrero, la Cámara Argentina de la Industria del Plástico (Caip) y la Unión de Obreros y Empleados Plásticos (Uoyep) cerraron una nueva escala salarial para febrero. Aunque los aumentos de enero y febrero, del 24,35 y del 25%, respectivamente, cubren la disparada inflacionaria que se desató luego de la megadevaluación de Caputo y Milei, lo cierto es que la situación de los obreros del plástico es calamitosa. Hagamos un sucinto repaso.

En febrero, el valor hora del operario, la categoría más baja del sector producción, se ubicó en los 2.183 pesos. Esto significa que, trabajando en el mes dos semanas en turno día, una en turno tarde y otra en turno noche, el salario neto (de bolsillo) ronda los 323.600 pesos al mes. Hay que tener en cuenta que el trabajador cobra esa suma en dos cuotas, una en cada quincena. A eso es necesario sumarle la suma fija no remunerativa de 85 mil pesos, que las patronales también pueden pagar en dos partes o, en su defecto, en una única vez a fin de mes. Es decir que entre la segunda quincena de febrero y la primera de marzo, un operario plástico sin antigüedad cobrará unos 408 mil pesos. Sin embargo, según la Dirección de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires, una familia tipo necesitó en enero 590 mil pesos para no ser pobre.

Pero ¿cuánto gana un obrero plástico con 15 años de antigüedad con la anteúltima categoría de la escala? Corresponde hacer el cálculo con la anteúltima categoría (operador especializado) porque, en todo el gremio, son muy pocos los trabajadores que acceden a la máxima categoría (oficial especializado). El valor hora del operador especializado en febrero es de 2.757 pesos. Siguiendo el mismo esquema de trabajo que el ejemplo anterior (dos semanas en turno mañana, una en turno tarde y una en turno noche), el operador especializado con 15 años de antigüedad alcanza un ingreso mensual de 572 mil pesos (¡incluido el bono de 85 mil pesos!). Es decir, también se encuentra por debajo de la línea de pobreza.

Como se puede apreciar, la situación de los obreros del plástico, en sintonía con la situación de los trabajadores de la mayoría de los gremios, es absolutamente dramática. Sin embargo, la dirección de la Uoyep, bajo el comando de Alberto Murúa, hace más de cinco años que no convoca a un plenario de delegados de base para discutir un pliego paritario y mucho menos para impulsar un plan de lucha. La dirección de Uoyep y sus cuerpos orgánicos no participaron de la marcha convocada por la CGT a Tribunales el 27 de diciembre ni tampoco hicieron nada para garantizar el paro y la movilización del 24 de enero. Por el contrario, lo boicotearon.

Urge organizar la lucha por una verdadera recomposición salarial -para que el salario del operario inicial equivalga al costo de la canasta familiar (772 mil pesos en enero, según la Junta Interna de ATE-Indec)- y sacarse de encima a las direcciones sindicales entreguistas.

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