Sindicales

6/5/2021

Tres experiencias de lucha contra la prepotencia patronal

Se realizó la charla “Despidos en pandemia: género y precariedad”.

El miércoles 5 de mayo se realizó la charla “Despidos en pandemia: género y precariedad”, convocada por la Agrupación Naranja de docentes universitarios e investigadores con la participación de 3 compañeras docentes que fueron despedidas durante este año: Flavia Angelino, de la escuela San José de Quilmes; Marina Rieznik, despedida junto a sus 2 compañeras de cátedra de la Untref; y Mariana Sampaiño, despedida junto a otra compañera de la escuela ORT.

En los relatos de las compañeras sorprende e indigna la precariedad laboral y la discrecionalidad patronal, un elemento común en las 3 instituciones: a la hora de precarizar no importa si la gestión es estatal o privada, laica o confesional, media o universitaria. Marina señaló que nunca tuvo designación, que cobraba menos que sus colegas designados y que los despidos se precipitaron cuando comenzaron a reclamar la equiparación. A Mariana y a su compañera las echaron luego de adherir al paro docente del 14 de abril. A Flavia pretendieron cambiarle en forma inconsulta las materias que dictaba desde hacía 14 años…

Las compañeras señalaron cómo esta situación de precariedad genera temor y actúa como un elemento disciplinador en la docencia, permitiendo a su vez la proliferación de otras violencias: Marina consideró que la situación de precariedad fue la que dio lugar al acoso sexual por parte de Mariano Sardón (hoy separado de su cargo gracias a la lucha), de quien dependía su trabajo y el de sus dos colegas.

Abordamos luego la cuestión de género, que en un gremio feminizado como el docente cobra particular relevancia. Se señaló entonces que el 2020, con el dictado de clases virtuales puso de manifiesto la superposición del trabajo remunerado con las tareas de cuidado, que por nuestro ordenamiento social afecta mayormente a las mujeres. Se señaló entonces lo que implicó para las docentes dar clase, sin contar con las escuelas para mandar a sus hijxs, y sin poder recurrir a abuelxs u otrxs cuidadorxs.

Otro eje del encuentro giró en torno a la organización sindical, gracias a la cual en el caso de la ORT, Mariana está peleando la reinstalación y actualmente está dentro de la escuela en medio de una conciliación obligatoria. Un antecedente importantísimo para la docencia de las escuelas privadas, a las que concurre el 55% de la matrícula de la escuela media de CABA. En el caso de la Untref, por el contrario, el sindicato no juega ningún papel e incluso se destaca por su inmovilismo y en el caso de la San José, como en la mayoría de las escuelas privadas, no hay comisión interna ni un sindicato que enfrente los atropellos patronales. Flavia resaltó el intento de acallar las voces disonantes, sobre todo en las escuelas privadas, donde ante la falta de organización gremial, la discrecionalidad es más profunda y se impone a docentes y estudiantes una pedagogía del terror. De este modo existe una violencia institucional que no sólo nos niega las herramientas virtuales de trabajo, sino que pretende quitarnos otra herramienta fundamental: nuestra voz.

Mariana a su vez señaló que las escuelas privadas en CABA son más de la mitad, por lo que es fundamental que la docencia se organice en ellas.

Un elemento en común en los tres casos fue que lxs estudiantes reclamaron la reincorporación de las docentes e incluso las impulsaron a dar la pelea. Como señaló Marina, el impulso estudiantil les enseñó que la cosa “iba por ahí”;  Flavia contó que sus estudiantes, en el marco de una escuela católica plantearon que querían “mesa (de negociación), no misa” y Mariana comentó que un estudiante de 14 años le dijo que hacer paro era su derecho constitucional.

La charla, que se hizo por zoom y se transmitió también por los canales de la Agrupación Naranja y del Plenario de Trabajadoras, tuvo duras e interesantes intervenciones, como la de una compañera que contó que trabajando en una universidad privada, al no cobrar por medio de una cuenta sueldo, todos los meses tenía que retirar un cheque siendo acosada sexualmente por quien se lo entregaba; un compañero comentó también que fue despedido de una escuela confesional acusado, luego de dar ESI, de buscar influir en la orientación sexual de lxs estudiantes. En otras intervenciones se recordó el impacto de la gran huelga docente del 88 y la necesidad de militar los protocolos contra la violencia para que no sean papel mojado.

Quedó planteada entonces la necesidad de profundizar la organización gremial en todas las instituciones educativas, más allá de sus niveles y tipo de gestión para defender las condiciones de trabajo y la posibilidad de promover el pensamiento crítico junto a lxs estudiantes.