El miércoles 27 de diciembre, estatales municipales de Villa Regina comenzaron un plan de lucha ante los más de 100 despidos que ejecutó de un plumazo ni bien asumió Luis Albrieu, un peronista de vieja cepa. Es que el actual intendente, que hizo campaña con un sello vecinal pero que se alineó a un gran acuerdo propuesto por Alberto Weretilneck, ya fue por dos periodos intendente y legislador provincial, algo que hasta le reprocharon propios.

Durante la protesta, que se dio sobre plena Avenida Rivadavia, de la que participaron Unter Villa Regina, el Concejo de la Mujer, el Partido Obrero y el Polo Obrero, se escucharon a varios actuales funcionarios del Concejo y el Tribunal de cuentas autoreprocharse el apoyo político brindado a Albrieu para que llegue donde está. “No puedo creer que un compañero esté haciendo esto” y “durante ocho años en la Legislatura no hizo nada” sonaron fuerte y debería servir de mensaje. Las bases peronistas, conmocionadas por la victoria de Milei, sobre todo se conmocionan por las medidas y posturas que comenzaron a aplicar y tomar peronistas en sus provincias y municipios.

Que se abran los libros contables del municipio

“No hay plata” es el argumento con el que Milei justifica su plan. En realidad, esconde que su gobierno está produciendo una gran transferencia de recursos desde la clase trabajadora y los sectores populares hacia los pulpos capitalistas nacionales e internacionales. Albrieu también se sube a ese discurso, afirmando que no puede pagar los salarios y apuntando a los trabajadores como los responsables del quiebre de las arcas del Estado municipal. Sin embargo, se sabe que para un municipio que administra mas de $1.500 millones de pesos por año un puñado de sueldos precarizados no hacen la diferencia.

Quienes sí hacen las son las exorbitantes dietas de los funcionarios y los negociados que realizan las patronales amigas del poder con el Estado, con subsidios, préstamos y hasta planes de pagos de deudas de impuestos municipales. Por eso, la cuestión de la apertura de los libros del municipio, algo que ningún peronista ha hecho, es central. La crisis que venía a pagar la casta política la está pagando el pueblo.

Plan de lucha y paro general

El primer día de protesta se vivenció que cuando se organiza la unidad es posible y mucho más. Sin embargo, muchos de los dirigentes sindicales no están promoviendo un debate asambleario de las bases para llamar a un paro. En la asamblea del jueves se definió movilizar este viernes 29 a las 10 hs a la Secretaría de Trabajo, donde debería hacerse presente el Ejecutivo en el marco de una paritaria que se viene dilatando.

Para una clase trabajadora que ya está empobrecida, pasar fin de año sin trabajo y sin paritarias es brutal. Por eso, el paro del 24 convocado por la CGT se ve lejos para los despedidos. El camino del paro de estatales es una posibilidad a nivel de las provincias, donde tienen autonomía. “No tiene sentido un paro ahora”, se escuchó decir a un dirigente de uno de los gremios estatales durante una asamblea. Días atrás, una de las máximas dirigentes estatales de la actualidad decía en vivo al salir de la Secretaria: “Queremos la paz social y vamos a garantizar la gobernabilidad”. Hay que hacer lo contrario.

Paro general hasta lograr las reincorporaciones. No hay paz social con despidos. Garantizar la gobernabilidad es un postura proajuste. Que la crisis no la pague la clase trabajadora.

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