Universidad
1/12/2025
Trabajo Social UBA: ¿actualización o reforma?
Nuevos cambios en el plan de estudio.
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FSoc.
Aprovechando los nuevos aires de reformas que se respiran en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, la Dirección de Carrera de Trabajo Social quiere avanzar en una reforma estructural del plan de estudios a espalda de lxs estudiantes, graduadxs y docentes. ¡No permitamos que callen nuestra voz! Abramos el debate.
En un contexto de desfinanciamiento universitario, donde, a pesar de que se conquistó la ley de financiamiento universitario, el gobierno de Milei ya anunció que no la reglamentará ni aplicará. Frente a la caída del 45% de los salarios docentes y no docentes, y un ataque especialmente dirigido contra las ciencias sociales y humanas, en el marco de un plan de destrucción de la ciencia, la salud y la cultura, es necesario concentrar los esfuerzos en nuevas instancias de movilización en las calles y acciones en la facultad. Incluir una reforma en medio de un gobierno que procura liquidar la universidad y, en particular, las ciencias sociales, nos parece, de mínima, un sinsentido.
La propuesta de la dirección de carrera: la motosierra de la gestión
El pasado 13/11, la dirección de la carrera realizó una reunión docente en la cual informó sobre la “Actualización del plan de estudio de la carrera de Trabajo Social”. Esta reunión convocada mediante mail solamente hacia docentes y la difusión de la misma no fue masiva, tratándose de un tema tan significativo como el cambio en el plan de estudios.
En esta reunión, la dirección presentó los resultados de una evaluación que justificaba los motivos para “actualizar” el plan. La evaluación se realizó a partir de entrevistas a docentes y estudiantes avanzados -que les faltaran 4 materias o menos para recibirse- sobre los programas de las materias. Por otro lado, realizaron un relevamiento del perfil estudiantil de la carrera.
Es importante señalar que la “Comisión Evaluadora” que realizó el estudio no fue votada ni presentada en la Junta de Carrera. Mientras, La Cullen (agrupación de TS), que tiene la hegemonía en la Junta de Carrera y responde a los mismos tintes políticos de la dirección, no convocó hasta último momento a lxs estudiantes a la Junta ni informó sobre este nuevo proyecto.
Volviendo a la evaluación, a partir de esta información determinaron que: el subtrayecto socio-histórico-político da pie a un conocimiento sobre el Estado, pero no es suficiente para analizar la actualidad; se consideran que hay superposición de contenidos; destacan la importancia de las materias enfocadas a la intervención por encima de las materias teóricas; y que las clases teórico-prácticas permiten una mayor integración de contenidos y presencia de estudiantes.
Con respecto al perfil de los estudiantes, relevaron que: el 44% es primera generación universitaria; solo el 35% vive en CABA; el 71% trabaja y el 22% busca trabajo; que del 71% que trabaja, el 57% que trabaja lo hace dentro o vinculado al campo del trabajo social; y el 25% realiza tareas de cuidado. Lo que la dirección de carrera “descubrió” es la realidad histórica de los estudiantes de trabajo social.
A su vez se planteó que uno de los problemas es el desgranamiento en el CBC y que el plan de correlatividades actual es muy exigente debido a que los estudiantes se toman un año entre Taller I y Taller II. Aunque ignoran que esto no es debido a las correlatividades, sino a que, según el Plan de Estudios, la carrera es de 4 años y deberíamos hacer 5 materias por cuatrimestre (8 cuatrimestrales y 1 anual por año), lo que es virtualmente imposible para una población que trabaja y estudia, sin apoyo económico de becas de estudio. Y, si se tiene en cuenta que Taller II y Taller III deben hacerse seguido ya que suceden en el mismo centro de prácticas, el año que inevitablemente se suma a la cursada sucede entre Taller I y Taller II.
La reforma con máscara de actualización
La propuesta de actualización presentada por la carrera, con el pretexto de facilitar la continuidad de la cursada, es en realidad una reforma estructural del plan de estudio. Subestima ampliamente a los estudiantes, por eso nos excluyen del debate, carece de fundamento pedagógico y ataca a fondo nuestra formación profesional.
¿Qué proponen? Una primera modificación es reducir la carga total de la carrera recortando las horas de cursada concentrada en el trayecto de formación general y en el subtrayecto socio-histórico (pasar de 900 a 720 hs). Se trata de 15 materias en total que dejarían de ser de cursada obligatoria, para que los estudiantes puedan elegir 12 materias entre las 15. Se trata de: Epistemología, Filosofía, Sociología, Antropología I y II, Historia, Economía, Problemas Sociales Argentinos, Pensamiento Social Latinoamericano, Estado y Políticas Públicas, Políticas Sociales, Estudios Sociodemográficos, Psicología Institucional, Psicología del desarrollo.
Estas materias son fundamentales para el fortalecimiento de la mirada crítica, conlleva el análisis del contexto actual (algo que ellos mismos admitieron les preocupa a los estudiantes hoy en día), permiten conocer las instituciones y en especial el Estado donde nosotros como futuros trabajadores sociales vamos a estar ejerciendo nuestra profesión, y abarcan la Historia del país que es parte necesaria para poder, más adelante, intervenir en la sociedad. ¿O ahora nos van a decir que cualquier intervención funciona en cualquier ámbito? La comprensión de los temas que abarcan las materias de formación general y del subtrayecto socio-histórico-político son también esenciales para poder entender las materias del subtrayecto de Fundamentos Teóricos, Metodológicos y Operativos, ya que la dificultad del material va aumentando. A menos que, por supuesto, pretendan bajar la calidad de nuestra educación en esas materias también y que seamos meros tecnócratas sin capacidad de análisis ni crítica.
Una segunda modificación es el cambio del régimen de correlativas para hacerlo más flexible. Con el pretexto de las condiciones materiales de los estudiantes, quieren recortar correlatividades para hacer la carrera “más fácil”. El problema es que esta modificación de correlatividades no tiene un fundamento pedagógico real, permitiendo que, a falta de ciertas correlatividades, las materias repiten autores y contenido porque no hay un trayecto pedagógico que garantice el aprendizaje de conceptos aprendidos o sino, dar por sentado el aprendizaje de los mismos transformándose en una cuestión de “suerte” de si viste los contenidos necesarios para las futuras materias de la carrera.
Una flexibilización de correlatividades con criterios pedagógicos pocos claros, repite la reproducción de situaciones ya existentes en la carrera como por ejemplo: la materia Psicología Institucional, donde en la primera clase sus profesores te aconsejan utilizar conceptos y metodologías aprendidas en Método I (no correlativa a Psicología Institucional), porque la aprobación de la materia requiere un trabajo que su estructura te lo enseñan en dicha materia.
Otras modificaciones propuestas son reducir la cantidad de materias electivas y modificar las materias del CBC transformándolo en 4 obligatorias y 2 electivas a seleccionar dentro de un pool de materias de Ciencias Sociales.
Tiempos de reformas: título intermedio y precarización de las condiciones laborales
No es una novedad que estamos enfrentando uno de los contextos más difíciles y reaccionarios para la universidad y la salud públicas. El gobierno de Javier Milei se encamina de lleno hacia una nueva reforma estructural laboral, tributaria, del código penal, educativa, etc. Esta reforma laboral, implicaría aumento del piso de horas de trabajo (más de 8 horas), la eliminación de los convenios colectivos de trabajo, la administración de la indemnización en varios pagos y la flexibilización de las vacaciones en cuotas, etc.
Asimismo, dentro del campo de la Salud pudimos presenciar como Milei, mediante su recorte presupuestario, ha puesto en peligro nuestra salida laboral. Se anunció el recorte de nuevos cupos para residencia de trabajadoras sociales en el Hospital Garrahan, así como también hubo un recorte de cupos y despidos de los que ya estaban siendo efectuados en el Hospital Bonaparte. El gobierno de Milei no solo quiere eliminar un enfoque interdisciplinario de la salud, sino además apunta a usar la motosierra en todos los organismos públicos esenciales para la atención de la clase trabajadora y los sectores populares.
Y en Sociales, estas presiones regresivas también resuenan. Por esto, dentro del paquete de “actualizaciones”, la dirección de carrera propone otorgar un título intermedio de “Bachiller en Intervención y Ciencias Sociales”, un título no habilitante y sin incumbencia profesional. También se busca reconocer (bajo el previo recorte de materias teóricas y generales) 60 horas extras de trabajo de tesis.
Nosotres, desde la UJS, ya hemos alertado sobre la profundización de la mercantilización de la Universidad y el peligro que conlleva las nuevas reformas del sistema universitario en el marco de la SACAU. En el caso puntual de Trabajo Social, el título intermedio no responde a las necesidades reales de los estudiantes, que ya desde un temprano recorrido en la carrera se encuentran sumergidos en trabajos relacionados con lo que estudian. Si bien el título intermedio funciona como un “reconocimiento” académico a un tramo realizado de la carrera, es una impostura porque no es habilitante: no resuelve el problema de ser garantía de una mejor calificación o salario. Al contrario, habilita a la devaluación de la fuerza de trabajo y de nuestros títulos de grado.
Que nadie se quede sin cursar, ¿Qué proponemos?
El plan presentado es un ataque a nuestra carrera y no soluciona ninguno de los problemas que identificaron.
La propuesta de la carrera supone que los estudiantes por ser trabajadores, no vivir en CABA y realizar tareas de cuidado no pueden acceder, entender y cursar las materias obligatorias de la carrera. Lo que dificulta la cursada no es la cantidad de materias teóricas, sino la franja horaria de dictado de materias y la limitada oferta académica. Turnos tarde que empiezan a las 17hs, cuando la experiencia misma en la cursada demuestra cómo la franja de las 17hs y las respectivas materias que se cursan en ese horario, asisten menos estudiantes por ser un horario habitual de fin de la jornada laboral. La regularidad podría solucionarse si la oferta de materias se amplía y la franja de cursada se extiende desde 8am a 12/13hs y, en el turno tarde, de 18pm a 22pm.
Y aún más importante, la dificultad de la cursada también se expresa en el presupuesto universitario, donde lxs estudiantes no tenemos becas ni presupuesto apto para cursar, en el cual somos los estudiantes quienes nos movilizamos al Centro de Prácticas con la plata de nuestro propio bolsillo.
Por otro lado, teniendo en cuenta que el 25% realiza tareas de cuidado y que la facultad supera los 100 trabajadores por escándalo, debería haber, por ley, un jardín maternoparental en la universidad. Con respecto al CBC, no creemos que sea una propuesta regresiva, pero tampoco que solucione el problema del desgranamiento que ellos reconocen. Una salida posible es la creación de una materia de Introducción al Trabajo Social (sostenemos que una materia introductoria a la carrera elegida debería existir transversalmente en el CBC de todas las carreras).
Llamamos a todxs lxs estudiantes de TS a organizarse, empezar a tejer redes de intercambio y movilizarnos el conjunto de la comunidad educativa de TS a la próxima Junta de Carrera, para que esta reforma no salga a espaldas de quienes somos parte de TS.
¿Qué Trabajo Social queremos?
Para nosotres, nuestra formación y profesión no existe ni tiene sentido si no lleva al cuestionamiento del asistencialismo que no transforma la situación material de las poblaciones vulnerables; del Estado que busca apaciguar el descontento del pueblo y reprime violentamente a aquellos que no aceptan la realidad dada; de la opresión y explotación sistemática del capital; de todas y cada una de las razones por las cuales nuestra profesión es necesaria en el día de hoy.
Por esto rechazamos la propuesta de reforma del plan de estudios por parte de la dirección de carrera, que propone un trabajo social meramente instrumental, desvalorizando la formación general y teórica, eliminando el espacio donde desarrollar el carácter crítico de nuestra carrera. En este sentido somos claros, desde la UJS creemos que nuestra carrera debe tener una mirada crítica y transformadora de la realidad en la que vivimos y debemos intervenir. Queremos una carrera que esté ligada a la organización popular de los barrios, cuya mejor expresión es el movimiento piquetero, y no un trabajo social siervo de los gobiernos de turno y las autoridades.




