Juventud
28/11/2025
La juventud y la lucha contra la reforma laboral
Una batalla estratégica contra el gobierno de Milei.

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Foto: @federico.imas @ojoobrerofotografia
Como señalamos en reiteradas ocasiones, el gobierno de Milei busca asestar una derrota histórica a la clase obrera para cambiar la correlación de fuerzas histórica entre las clases en la Argentina. Bajo ese mandato, desde su asunción, con el aval del imperialismo y la clase capitalista argentina, avanza en una agenda rabiosamente antiobrera, pulverizando el salario, atacando el derecho a huelga y criminalizando la protesta social. En ese sentido, la reforma laboral busca coronar un nuevo cuerpo legal que barra con algunas de las conquistas históricas de la clase obrera, destruyendo convenios colectivos de trabajo, modificando la jornada laboral y, en resumidas cuentas, aumentando la tasa de explotación de la clase capitalista a la vez que se ponen trabas a la organización de la clase obrera.
La complicidad de la burocracia sindical y del peronismo en su conjunto frente a esta ofensiva hacen necesario que la juventud tenga un papel activo para reforzar las tendencias combativas del movimiento obrero en función de derrotar este nuevo ataque, que, de condensarse, condicionará muy negativamente el desarrollo laboral de nuestra generación.
La falsa disyuntiva de “emprendedores” o “funcionarios”
Atendiendo que la reforma laboral se aplicaría a quienes aún no están bajo convenio, esta toma particular relevancia en la juventud que aún no está inserta o hace sus primeros pasos en el mercado laboral. Es evidente que si esta discusión es posible no solo es a partir del triunfo electoral del gobierno en las elecciones legislativas -que, además de reforzar su contingente legislativo, da una idea ilusoria de apoyo a su agenda de gobierno- sino a partir de una agitación llevada adelante hace más de 20 años por todo el arco patronal.
En torno al impacto negativo de las reformas que impulsa Milei sobre los sectores de mayor inserción juvenil, hemos desarrollado en este portal un detallado artículo, rebatiendo los mitos acerca de los supuestos beneficios de la flexibilización: esta solo trajo un deterioro salarial en los rubros donde se concentra mayormente el empleo formal juvenil (Comercio 27%, Construcción 9%, Gastronómicos 8% y administración 8%), además de contar con numerosos despidos (en este año y medio 200.000 hubo más despidos, a los que ahora habrá que sumar los cierres de la avícola Tres Arroyos y Whirpool, entre otros). Actualmente, el empleo no registrado alcanzó su pico histórico, estando en un ¡43%! de la fuerza de trabajo en la Argentina. La informalidad llega al 63% en el caso de los jóvenes entre 16 y 24 años, quienes ganan un 44% menos que en el ámbito formal (Perfil, 7/10).
Yendo más a fondo, cabe reflexionar que el período abierto por la dictadura del 76, que inició una fuerte destrucción del aparato productivo, en especial el industrial, profundizada en los 90’ y mantenida por todos los gobiernos hasta este entonces, logró consolidar el desempleo, la informalidad y la pobreza estructurales; lo cual echa por tierra cualquier idea de que bajo reformas de estas características se abren nuevas oportunidades laborales. El acuerdo de libre comercio firmado con EEUU, cuya escala colonial caricaturiza la entrega del pacto Roca Runciman, profundizará la primarización de la estructura económica, reduciendo aún más los puestos de empleo formales.
En este plan, la juventud cada vez más se convierte en un ejército de reserva para bajar el valor del salario y extorsionar a trabajadores que, en condiciones de formalidad, son presentados cada vez más como “privilegiados”. El esquema Uber o Rappi, o la lógica del “joven emprendedor”, lejos de proporcionar más libertad a los jóvenes como pregona el oficialismo, los obliga a autoexplotarse a través de jornadas extenuantes. Algunos incluso se convierten en productores y vendedores de mercancías propias que deben colocar a precios irrisorios e incapaces de sostener cualquier costo, frente a precios de mercado para bienes de primera necesidad que determinan los grandes grupos.
A su vez, otro elemento de agitación de los libertarios tiene que ver con convertir a los jóvenes en corredores de bolsa o inversores. Además de demostrar el aumento del carácter parasitario del capital y su tendencia a la crisis por la explosión permanente de burbujas financieras, muchos jóvenes fueron víctimas de estafas de este tipo, siendo el caso Libra el más emblemático por el papel del propio Milei. Este fenómeno ha sido un factor histórico de aceleración de crisis capitalistas y bancarrotas familiares extendidas a partir del peso excesivo de la especulación. La descomposición del capital sobre la juventud lleva a que incluso crezca enormemente la adicción a las apuestas mediante las aplicaciones, un problema extendido en todas les escuelas del país, que genera graves problemas financieros a las familias.
La agitación libertaria, sin embargo, logra tener un éxito entre jóvenes a partir del agotamiento de la experiencia kirchnerista, acelerado enormemente luego del rotundo fracaso del gobierno de Alberto Fernández. La idea de un “Estado regulador” fue vivida para la juventud bajo la forma de la extensión de la tercerización laboral como forma universalizada por Néstor y Cristina Kirchner, a la vez que el Estado como patronal extendía el formato de contratación por tres meses, sin estabilidad, vacaciones o ingreso fijo. El deterioro salarial bajo el gobierno de Alberto Fernández o el papel de un Ministerio de Trabajo que, en complicidad con la burocracia sindical, actuó de manera permanente con las patronales contra los salarios, generó un fuerte rechazo de la juventud al Estado como así también a la burocracia sindical, explotado por derecha por las corrientes libertarias.
En ese sentido, el asesinato de nuestro compañero Mariano Ferreyra es ilustrativo: los trabajadores del ferrocarril eran tercerizados por una empresa fantasma del propio secretario general del gremio de ese entonces, José Pedraza, en complicidad con el Ministerio de Planificación Federal, Inversión pública y Servicios, a cargo de Julio De Vido, y el ministro de Trabajo, Carlos Tomada. La brutalidad del caso, en el que nuestro compañero fue asesinado por una patota de la burocracia sindical de la Unión Ferroviaria, con la Policía Federal bajo el mando de Aníbal Fernández liberando la zona, logró exponer al pueblo argentino este entramado de corrupción y el verdadero modelo laboral kirchnerista, que lejos estaba de “garantizar derechos” bajo tutela estatal, sino que demuestra el carácter de clase del Estado y la burguesía contratista ,corrupta y precarizadora.
Bajo el gobierno de Alberto Fernández fue conocido el papel abiertamente propatronal del “superministro” Massa en distintos conflictos: el más resonante fue el de los trabajadores del neumático, en el que lograron derrotar el techo paritario de la patronal luego de una heroica huelga y con ocupación del Ministerio de Trabajo mediante. En el mismo, Massa no solo acusó al secretario general del Sutna, Alejandro Crespo, de “mentiroso”, que, en el marco de la agitación fascistizante de Espert de “cárcel o bala”, abonó a un clima de persecución, sino que amenazó con abrir las importaciones del sector, demostrando claramente su defensa estratégica de las patronales contra los trabajadores.
El "Estado presente", y la idea de que mediante la integración de jóvenes a cargos en el Estado se resolverían nuestros problemas particulares, solo trajo más miseria y precarización, generando un verdadero caldo de cultivo para la agitación libertaria.
¿Qué papel podemos tener les jóvenes en la lucha contra la reforma laboral?
Sin lugar a dudas, les jóvenes fuimos un gran actor de la lucha contra Milei en varios frentes. La lucha en defensa de la Universidad, con su pico más alto en el segundo cuatrimestre de 2024, muestra hasta qué punto les jóvenes están dispuestos a poner el cuerpo para enfrentar a Milei. Con movilizaciones masivas, y un proceso de tomas históricas en todo el país (algunas universidades tomadas por primera vez), les estudiantes, junto con los gremios docentes, no docentes y un apoyo popular inmenso, lograron no solo quebrar el “aumento 0”, sino que los mayores aumentos salariales coincidieron con los momentos de mayor movilización. Como señalamos en numerosos balances, si esto no fue más a fondo fue por la estrategia de contención de las autoridades universitarias, que, en común con sus agrupaciones estudiantiles (Franja Morada/Cámpora/Mella), desmovilizaron al movimiento tanto el año pasado como este. En ese sentido, la recuperación de las herramientas gremiales estudiantiles son una tarea de primer orden, sobre todo considerando que a la par de la reforma laboral, vendrá una reforma educativa profundamente reaccionaria.
Siendo grandes partícipes de las puebladas contra los discursos de odio el 1° de febrero, o en defensa de las jubilaciones, la juventud es un punto de apoyo fundamental a cualquier movimiento de lucha. A su vez, les jóvenes, aunque mayormente precarizades, somos una parte fundamental de fuerza de trabajo en la Argentina. En salud, les residentes y concurrentes vienen luchando contra el vaciamiento a hospitales y sus niveles de precarización de manera permanente, denunciando a su vez la parálisis de la burocracia sindical frente a esa situación. En rubros como las aplicaciones de reparto, donde Milei quiere avanzar en el fraude de categorizarlos como autónomos (ocultando la relación laboral con las aplicaciones); en los call centers o gastronómicos, con fuerte concentración de jóvenes, hay numerosas experiencias de organización que debemos profundizar para derrotar la “Rappización” del régimen laboral que busca imponer esta reforma. Sin sindicato en el primer caso, y bajo la conducción de Cavallieri (Comercio) y el mileísta Barrionuevo (Gastronómicos), la informalidad, la tercerización y la pulverización del salario son la regla.
Como hemos señalado previamente, la reforma laboral se aplicará a quienes aún no estén dentro de convenio, la agitación sobre estos lugares de trabajo toma particular relevancia: nuestra generación no debe incorporarse al mundo del trabajo luego de semejante derrota, ni tampoco convertirse en la mano de obra barata y descalificada que baje los niveles salariales existentes.
Las experiencias del Garrahan o el SUTNA, con conquistas de aumentos salariales por encima de la inflación, nos marcan el camino: derrotar a Milei no solo es necesario, sino que también es posible. Para hacerlo, tanto la Junta Interna de ATE, como la conducción del neumático recurrieron a la movilización de sus trabajadores, con fuertes medidas de fuerza (paros, movilizaciones). Sus conducciones clasistas son verdaderos ejemplos a seguir. En ese sentido, les jóvenes debemos tener un papel activo en la recuperación de los sindicatos que, si estuvieran en mano de sus trabajadores, serían grandes herramientas de movilización y defensa de nuestras condiciones materiales. En un cuadro en donde una parte muy importante de les jóvenes se vuelcan al ‘mileísmo’, en parte por su rechazo a los manejos burocráticos y corruptos de la burocracia sindical, reforzar este elemento y hacer conocer esta experiencia toma mayor importancia que nunca.
Como en todos los grandes procesos de movilización de este país -Cordobazo, la huelga del 75, el 2001 o el 2017- les jóvenes solo podemos convertirnos en un actor político clave si nos organizamos junto con les trabajadores.




