Ambiente

28/2/2023

3/3: vamos a la Huelga Mundial por el Clima 

Concentración y corte del Amba 17:30 en el Obelisco.

Salgamos a las calles en defensa del ambiente.

Desde que comenzó el 2023, asistimos a catástrofes ambientales y episodios climáticos que expresan la crisis sin precedentes que estamos viviendo en nuestro país y el mundo.

En el Estado de Ohio, Estados Unidos, el derrame químico que ocurrió al descarrilar un tren con materiales tóxicos, causó un gran daño socioambiental. Según organismos oficiales, cerca de 45.000 animales murieron y lxs habitantes están sufriendo fuertes dolores de cabeza e irritaciones subcutáneas. Más de 11 kilómetros de arroyos fueron afectados. Distintos portales de noticias calificaron el hecho como el “Chernóbil” de Estados Unidos, ya que el tren transportaba cloruro de vinilo, un químico muy tóxico y peligroso que puede ser letal.

Unos días después, en el mismo Estado, hubo una explosión en una planta de fundición que dejó un muerto y al menos trece heridxs. Fue en una metalúrgica especializada en cobre, latón y bronce, lo cual afecta la salud de lxs trabajadores y de toda la localidad.

Sin ir más lejos, en Argentina tuvimos, en el transcurso de una semana, el día más caluroso y más frío en febrero de la historia. En los últimos tres meses se contabilizaron ocho olas de calor, cuando históricamente en los periodos de noviembre a febrero de cada año se daban como mucho unas 4 o 5 olas de calor.

Lejos de ser eventos aislados, los cambios climáticos extremos (olas de calor, bajas temperaturas en verano, sequías, inundaciones, bajantes de ríos) son la consecuencia de la crisis climática y ambiental que afecta a todos los rincones de nuestro planeta. Esta situación refuta de manera contundente los discursos negacionistas, como es el caso de Javier Milei que dice que “el cambio climático es un invento de los comunistas”. También es una clara demostración del fracaso de los compromisos adoptados por los Estados capitalistas en las cumbres internacionales, que lejos de reducir la emisión de gases de efecto invernadero, la incrementaron de forma acelerada.

Apaguen el fuego

Empezamos el año con 14 provincias bajo fuego. Actualmente, la situación en Corrientes y el Parque Nacional de Los Alerces en Chubut sigue siendo crítica. En la primera, desde diciembre a la fecha, se quemaron 31.000 hectáreas, afectando en particular a los humedales que se están secando. Solo en 2022 se quemó el 12% de la superficie provincial. Mientras que en Los Alerces se incendiaron 1.390 hectáreas de bosque nativo. La respuesta del gobierno del Frente de Todos y del Ministerio de Ambiente de Juan Cabandié es seguir recortando el presupuesto del Plan Nacional de Manejo del Fuego y precarizar a brigadistas y bomberos voluntarios que arriesgan su vida para apagar los focos activos.

Lo que está detrás de los incendios, de los desequilibrios entre la forma de producir y la naturaleza que nos lleva al “default ambiental”, son los distintos negocios capitalistas entre empresas multinacionales y nacionales (por ejemplo Techint) con todos los que nos vienen gobernando desde hace décadas.

¡Basta de envenenarnos, fuera Aracre!

En Ituzaingó, hubo un derrame de agrotóxicos de toxicidad grado 3 (en una escala de 1 a 4), que afectó a más de 50 vecinxs, dejando incluso menores de tres años internadxs.

En los últimos 25 años, en nuestro país se incrementó un 1.200% el uso de agrotóxicos. Actualmente se utilizan más de 500 millones de litros por año, liderando el ranking del país que más glifosato usa. Un estudio publicado por el Instituto de Salud Socioambiental (ISS) de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) corrobora que vivir en pueblos y ciudades cercanas a las aplicaciones de agrotóxicos aumenta el riesgo de padecer cáncer, y el caso de la población joven, la mortalidad es 2,5 veces mayor que en el resto del país.

No es casualidad entonces el nombramiento de Antonio Aracre como nuevo jefe de asesores de Alberto Fernández. Un exCEO de Syngenta, empresa multinacional que produce agroquímicos que envenenan a la población y nuestros alimentos.

No a la megaminería

En Catamarca volcó un camión de la minera Livent con ácido en el Salar del Hombre Muerto. Se derramaron aproximadamente 20.000 litros de ácido en un humedal. Recientemente en Chubut otorgaron el permiso para la exploración y cateo de uranio. El riesgo de contaminación radiactiva en suelo producto de la presencia de piletas de evaporación, diques de cola y desechos industriales, más la volatilidad de elementos como el radón y el polvo de uranio en el aire de la zona, representan una gran amenaza tanto para las poblaciones de la meseta central como para las costeras.

En todo el país avanzan los emprendimientos mineros, mientras dejan un pasivo ambiental enorme. En la Comisión de Minería de Diputados, la diputada nacional Romina Del Plá, del Partido Obrero en el Frente de Izquierda Unidad, denunció que las mineras tienen ganancias exorbitantes en detrimento del país y el ambiente. Algo similar ocurre con las petroleras, como es el caso de la entrega del Mar Argentino a Equinor para realizar exploraciones off shore.

Abajo la represión por defender el ambiente

Esta orientación de entrega y saqueo de nuestros recursos naturales va acompañada con un reforzamiento represivo por parte del Estado y la persecución judicial a activistas ambientales, como es el caso de Chubut, Andalgalá, Exaltación de la Cruz y Córdoba. O incluso la represión en Alemania que terminó con la detención de Greta Thunberg, que se movilizaba contra la ampliación de una mina carbonífera a cielo abierto.

Si el capitalismo destruye el ambiente, destruyamos el capitalismo

El agravamiento de la crisis climática y ambiental nos permite ver con mayor claridad la orientación social de este régimen, que tiene como fin único la ganancia de unos pocos en detrimento de las condiciones de vida de millones. La idea de un “capitalismo verde” es incompatible con los intereses económicos que hay en juego.

En nuestro país lo vemos reflejado a partir del cumplimiento de las metas con el FMI. El propio ministro de Ambiente reconoció que es imposible pagar la deuda externa sin contaminar. En el mismo sentido, el ministro de Economía, Sergio Massa, dijo en el G20 que “nuestro país es deudor financiero pero es acreedor ambiental. El patrimonio natural y la biodiversidad de nuestros países sirve a la humanidad”, lisa y llanamente, un reconocimiento de que las principales potencias extranjeras saquean nuestros recursos para luego fugar ganancias millonarias. Lejos de servir a la “humanidad”, solo sirve como reforzamiento del sometimiento nacional al cual nos condenan los sucesivos gobiernos con el imperialismo.

Es necesario que lxs jóvenes y trabajadorxs enfrentemos el intento de cooptación por parte del Estado del movimiento ambiental, e intervengamos de manera independiente para luchar contra el hambre y la pobreza, contra los incendios intencionales, los desmontes, por la Ley de Humedales, contra el envenenamiento de nuestra agua y comida, contra la megaminería, por un mar libre de petroleras y por el acceso al agua potable en todos los barrios.

La lucha ambiental está totalmente ligada a la pelea para defender nuestras condiciones de vida. En definitiva, la clase obrera ocupada y en particular desocupada, son quienes más sufrimos las consecuencias de la depredación capitalista del ambiente.

Para unificar todos nuestros reclamos y avanzar en una reorganización económica y social de fondo, que rompa con el FMI y tenga como eje principal la defensa de la vida y la naturaleza, te invitamos a movilizar este viernes junto a Tribuna Ambiental y el Partido Obrero para que se vayan los políticos capitalistas que destruyen nuestro planeta.