Gatillo fácil

14° Marcha de la Gorra en Córdoba: una respuesta popular a la represión estatal

Las calles fueron escenario de una movilización que denunció la política represiva de los gobiernos tanto nacional como provincial.

Este viernes 20, las calles céntricas de la capital cordobesa se vieron copadas por los familiares y amigos de las víctimas de la represión junto a la izquierda y las organizaciones sociales. Marcharon bajo la consigna “ante la respuesta represiva, somos memoria presente y lucha colectiva”, que expresó la vigencia de la lucha independiente contra el Estado represor a lo largo de ya 14 años.

Miles marcharon desde Colón y Cañada, pasadas las 18 horas: las columnas se abrieron paso hasta Casa de Gobierno para denunciar la política criminal y asesina del gobierno peronista. Se apreciaron carteles que cruzaban la Av. Colón con las fotos de les pibes asesinados por la maldita policía; pancartas que reclamaban justicia y la bandera de la Coordinadora de familiares de gatillo fácil.

La marcha fue un pronunciamiento contra los desalojos las familias que ocupan tierras. En ese sentido, tomó la palabra Victoria en representación de las tomas; su intervención fue una denuncia inapelable de la represión del gobiernos contra quienes luchan por la vivienda, con la consigna “tierra para vivir”, cerró su sentida intervención.

 

La marcha se realizó un día después de que se lleve adelante una brutal e ilegal desalojo contra las familias de estación Ferreyra, en donde se detuvo a 11 compañeres entre ellos la legisladora del FIT y el dirigente del Partido Obrero Jorge Navarro. Dos compañeras todavía permanecen en presas.

Sobre el final de la marcha, se leyó un documento consensuado de quienes participan de la organización previa. En el mencionado texto se afirmó que “los gobiernos con la excusa de garantizar la cuarentena, lejos de dar soluciones a les millones de pobres, desplegaron al aparato represivo, posibilitando un mayor amparo para las prácticas vejatorias de derechos humanos”. También se denunciaron los brutales desalojos como el de Guernica, responsabilidad de Berni y Kicillof y en la distinta toma de tierra en todo el país. A su vez se señala que “en democracia y en dictadura en las cárceles se mata y se tortura” en referencia a la alarmante situación de las personas privadas de su libertad.

En el documento se denunció la persecución contra les estudiante que luchan y les trabajadores que se organizan por sus derechos como los municipales de Jesús María y se reforzó la lucha contra la violencia hacia las mujeres y disidencias y por el aborto legal ya. Por último, se hizo un llamado de atención sobre que “el gobierno sigue pagando la fraudulenta deuda externa y pactando con el FMI, lo que implica un ajuste permanente y la implementación de reformas estructurales achicando salarios, jubilaciones y derechos laborales como se refleja en el presupuesto 2021 y la nueva misión del FMI a nuestro país”.

El gobierno provincial y la carta represiva

En los últimos días, el gobierno de la provincia viene desplegando una orientación represiva. Sucede que necesita mostrar autoridad para continuar haciendo pasar el ajuste cuando está negociando la restructuración de la deuda y tiene que afrontar los pagos, lo cual requiere regimentar la protesta social.

La UJS y la juventud del Polo Obrero participamos de la convocatoria junto a las familias de Estación Ferreyra. Abordamos la marcha de la gorra como denuncia integral al Estado, su justicia adicta y sus gobiernos represores.

En este punto, vale decir que continúa por parte del ejecutivo provincial un intento desesperado de maquillar a la policía con protocolos, nuevas cúpulas, el último capítulo de esta orientación es que el Tribunal de Conducta de las Fuerzas de Seguridad será presidido por un representante del Ministerio Público Fiscal. Es un nuevo intento por encubrir las responsabilidades políticas del accionar de la policía cordobesa.

El aparato represor del Estado no se puede democratizar, además está descompuesto. Es necesario desarrollar la organización para desmantelar a la policía del gatillo fácil y reemplazarla por una fuerza de nuevo tipo, que no tenga fines represivos, sobre nuevas bases sociales. Para esto es indispensable continuar el camino de la lucha en las calles, independiente de todos los gobiernos.