Libertades democráticas
15/1/2025
Más de mil heridos por las balas de Bullrich
Para la ministra represora, los informes de Amnistía Internacional solo valen cuando son sobre Venezuela.
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Bullrich.
Patricia Bullrich dio la nota un vez más tras criticar a Amnistía Internacional por publicar un informe sobre la represión de la protesta social en Argentina y pedir la derogación del protocolo antipiquetes. “Mientras se violan sistemáticamente los derechos humanos en Venezuela, decide criticar a una democracia liberal como lo es la Argentina”, señaló. Las estadísticas que muestra Amnistía dan cuenta de que Milei y Bullrich han instaurado, a lo Maduro, una verdadera democracia de infantería.
El informe constituye un análisis de la política del gobierno frente a algunas de las manifestaciones que hubo a lo largo del año 2024. Desde que los libertarios en el poder implementaran el protocolo antiprotestas, la fuerza con la que el régimen ataca las acciones de lucha de los trabajadores se ha potenciado. En las 15 manifestaciones que relevó Amnistía, al menos 1.155 personas resultaron heridas de distinta gravedad tras ser golpeadas, baleadas o gaseadas.
En varias de ellas el gobierno ha ordenado el despliegue de diversas fuerzas, como Prefectura o Gendarmería. Amnistía señala que el accionar policial durante las jornadas de protesta contra la Ley Bases dejó como resultado 285 personas heridas, incluyendo periodistas y trabajadores de prensa. También denuncia que las movidas de lucha que tuvieron lugar el 10 de abril en reclamo de asistencia a los comedores populares dejó un saldo de 36 personas heridas; una de ellas, Claudio Astorga, perdió la visión de un ojo tras recibir un balazo de goma por parte de la Policía de la Ciudad.
Otro ejemplo de la violencia que el gobierno libertario ejerce contra la clase trabajadora puede encontrarse en las manifestaciones que se realizaron el 12 de junio, también contra la Ley Bases. La policía hirió a 638 personas y 33 fueron detenidas y acusadas de terroristas. Algunas, como Daniela Calarco y Roberto de la Cruz, estuvieron apresadas durante meses. Las detenciones arbitrarias son otro rasgo de la política represiva del régimen libertario; en las movilizaciones relevadas por Amnistía, al menos 73 personas fueron criminalizadas. El organismo, por otro lado, destaca en su trabajo la brutalidad con la que las fuerzas represivas actuaron en el marco de las movilizaciones.
Siguiendo el ejemplo de regímenes ultrarrepresivos como el israelí, el francés o el libanés, en varias oportunidades Milei y Bullrich ordenaron a sus esbirros disparar a los ojos, a la cabeza o al mentón de los manifestantes. Los policías estrenaron en febrero un gas lacrimógeno proveniente de Estados Unidos, más nocivo y hasta letal –en América Latina, entre 2017 y 2022, 33 personas fueron asesinadas por fuerzas policiales con estas armas.
Amnistía, asimismo, resalta la saña con la que el gobierno ha reprimido trabajadores de prensa. En las manifestaciones relevadas, al menos 50 periodistas y trabajadores de prensa “sufrieron serias limitaciones para ejercer su labor, recibieron golpes, gases lacrimógenos y hasta impactos de balas de goma, mientras estaban transmitiendo en vivo”. El gobierno claramente no quiere que quede documentado que es enemigo acérrimo de los trabajadores y que gusta ordenar a sus policías que golpeen jubilados hasta dejarlos inconscientes. La represión contra los periodistas refleja, además, un intento del gobierno por acallar la crítica y cercenar la libertad de expresión.
El organismo, por otro lado, señala que el gobierno desenvuelve un discurso criminalizante contra el derecho a la protesta y para ejemplificar menciona entre otras cosas las diatribas que lanza contra el movimiento piquetero. “Los únicos que no van a cobrar el plan son los que vayan a la marcha y corten la calle, como dijo el presidente el que corta no cobra” fue una de las primeras frases que se lanzaron desde la Rosada bajo el mileísmo. La política de ataque contra las organizaciones de desocupados ha tomado grandes dimensiones; el gobierno busca encarcelar a una parte de sus dirigentes e incluso ilegalizarlas.
Milei pretende instaurar un régimen totalitario para defender mejor los intereses de los capitalistas, que la están levantando en pala sobre la base de una confiscación histórica contra la clase obrera. El gobierno se apresta a redoblar su ofensiva antiobrera implementando una nueva reforma laboral que elimine conquistas históricas de los trabajadores y destruya el salario. Como sabe que los trabajadores tarde o temprano se levantarán contra este ultraje, desarrolla una política de fortificación de la represión estatal. A la par, los gobernadores (de todos los colores políticos) han reforzado las atribuciones represivas de sus respectivos regímenes. La colaboración en todos los planos de los partidos capitalistas opositores es total.
Milei y los suyos vienen por todo. Los trabajadores tenemos que ir por ellos.