Milei engrosa las filas de desocupados y quiere evitar que se organicen

Por eso lanza una ofensiva contra el movimiento piquetero, que siempre defendió la unidad con los trabajadores ocupados.

Foto: @federico.imas @ojoobrerofotografia

Las patronales vienen descargando sobre sus trabajadores la recesión económica promovida por el gobierno. Comienzan a extenderse los despidos y las suspensiones al interior del sector privado, mientras que el oficialismo se empeña en perseguir al movimiento piquetero. Quiere evitar que el creciente número de desocupados encuentre un canal a través del cual organizarse.

La política recesiva del gobierno ha provocado un desplome en la actividad económica. El índice de producción industrial manufacturera de marzo presenta una caída interanual del 21,2%. Por otro lado, la utilización de la capacidad instalada de la industria disminuyó del 67,3% al 53,4% en el transcurso de un año.

Los capitalistas no dudan en endosarle la factura de esta crisis a los trabajadores, dando lugar a despidos, suspensiones y retiros voluntarios. Por mencionar algunos ejemplos, la automotriz Toyota está proyectando eliminar un turno entero debido a la caída de las ventas, lo cual implicaría la pérdida de 1.400 puestos de trabajo. Esto, a pesar de haber batido récords de producción los años anteriores gracias a la flexibilización del convenio colectivo y contar con la espalda suficiente para garantizar la continuidad de todo el personal. Lo mismo podemos decir de la fábrica Fate, que se vale de la quita de aranceles a la importación de neumáticos para despedir a 97 trabajadores, a pesar de tratarse de un enorme conglomerado (al cual pertenece también Aluar) que viene amasando fortunas hace décadas.

Y la lista sigue, con despidos en supermercados como Diarco y Chango Más. Aquí de nuevo, si bien el consumo masivo se derrumbó 20,4% interanual en abril, según la consultora Focus Market, se trata de grandes cadenas de supermercados que han lucrado de sobra a través de la remarcación de precios constante. Ni qué decir del grupo Mirgor en Tierra del Fuego -perteneciente a la familia Caputo-, que, pese a beneficiarse de todo tipo de exenciones impositivas contempladas en el régimen de promoción de la provincia, deja en la calle a decenas de trabajadores. Lo mismo ocurre en el sector textil, donde proliferan los despidos, sin importar cuánto se enriquecieron las empresas con las medidas proteccionistas sobre el rubro.

Así las cosas, la desocupación irá en aumento, y más aún si se aprueba la Ley Bases que abarata las indemnizaciones. En este cuadro el gobierno lanza un ataque furibundo contra el movimiento piquetero, con la intención de que los trabajadores desocupados dejen de organizarse y luchar por trabajo genuino. Golpeando al movimiento piquetero, además, busca quebrar a un aliado fundamental que tiene la clase trabajadora ocupada para pelear por sus reivindicaciones y que la ha acompañado en cada huelga de los último treinta años en Argentina.

Por eso, todo el movimiento obrero debe rechazar de plano la campaña de difamación y persecución política que lleva adelante el gobierno contra las organizaciones de desocupados. Finalmente, la unidad entre ambos sectores es estratégica para derrotar los planes reaccionarios de Milei.

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