Sergio Massa finalmente logró cerrar el acuerdo con el Club de París. Así el gobierno reconoce una vez más la deuda usuraria y fraudulenta con el organismo de crédito, por lo que ahora el país ahora podrá endeudarse también con la Unión Europea. Esto condiciona la política exterior de la Argentina y se suma a la subordinación que ya implica para el país la tutela del FMI sobre la política económica y la rendición de cuentas periódicas a los organismos multilaterales de crédito, lo cual muestra que el país se configura como una colonia financiera de los Estados imperialistas y el capital financiero internacional.

El capital reconocido por las partes en el acuerdo es de u$s1.972 millones, un monto incomprensible para una hipoteca que ya se pagó con creces. Para abril de 2004, Néstor Kirchner había reconocido una deuda con el Club de París de U$S 4.500 millones. Desde que en 2014 Kicillof renegoció la deuda el país pagó U$S 7.987 millones hasta 2019, y luego otros 450 millones ya con Guzmán en el gobierno del Frente de Todos, y sin embargo aún hoy se adeuda un capital de casi 2.000 millones de dólares. Esta hipoteca es un fraude porque ya se pagó varias veces, pero se sigue renegociando sucesivamente con costos usurarios.

A su vez, ahora celebran haber bajado la tasa de interés porque empiezan pagando 3,9% pero va subiendo, cuando el esquema de Kicillof empezaba con 3% y termino con un 9% usurario, por eso habrá que esperar a ver la letra chica sobre todo porque se concentran los vencimientos mas importantes en los primeros años: U$S 350 millones en 2023 y casi U$S 500 millones en 2025. Todo el escenario ahora ofrece la posibilidad de que volvamos a defaultear las últimas cuotas y volvamos, como siempre, a empezar el ciclo.

El kirchnerismo, que tanto se quejaba de las sobretasas que impone el Fondo Monetario, reconoce un acuerdo que es una deuda igual de fraudulenta, porque los intereses de deuda con el FMI son del 4%, y no puede decir nada porque el acuerdo que negoció Kicillof en 2014 es aún peor.

Ahora el gobierno celebra que gracias a esto las compañías extranjeras, oriundas de los países que integran el directorio del Club de París, como Alemania, Japón, Francia, Italia, Canadá, España o Países Bajos, podrán acceder a líneas públicas de créditos subsidiados para invertir en el país, pero sobre Argentina sigue pesando la exclusión del mercado de crédito internacional y el alto riesgo país, con lo cual las empresas van a seguir evitando cualquier tipo de financiamiento en dólares.

Es urgente enarbolar una agenda propia de los trabajadores que saque a la Argentina de esta espiral descendente, poniendo los resortes de la economía argentina al servicio de las necesidades sociales y de un desarrollo nacional sobre nuevas bases. Esto es indisociable de la superación del peronismo y de la conformación de un nuevo movimiento popular que levante las banderas del socialismo.

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