Sergio Massa, luego de perder en el balotaje con Milei, anunció un nuevo dólar para las exportaciones que regirá hasta el 10 de diciembre, día en que asumiría el nuevo presidente. Los exportadores podrán liquidar el 50% de sus divisas al Contado Con Liqui (CCL), un 20% más que con el beneficio que rigió hasta el viernes pasado. Si se mantuvieran las cotizaciones de ambos tipos de cambio como hasta el viernes, el dólar “efectivo” sería de $615, por encima de los $500 que arrojaba la cuenta anterior.

Así, el Ejecutivo busca que las patronales agrarias liquiden los dólares para afrontar los vencimientos de deuda externa y contener cualquier tipo de corrida cambiaria. Es el plan de contingencia para llegar al 10 de diciembre en el medio de una crisis enorme y en un contexto donde lo que reina es la incertidumbre, lo que vaticina una transición convulsiva y muestra que el oficialismo se retira dejando un país hipotecado.

Sin embargo, lo hace a costa de mayor inflación porque la medida implica una devaluación en cuotas que impacta en el precio de los alimentos al tiempo que requiere una emisión monumental que le echa leña al fuego inflacionario. Es lo que ha sucedido con los beneficios cambiarios anteriores, los cuales lograron que el rubro Alimentos y Bebidas no Alcohólicas lideraran los rankings inflacionarios durante varios meses consecutivos. Ajustan a la población trabajadora para recortar la emisión, pero emiten para darle beneficios a los sojeros que luego paga la población de su bolsillo.

A su vez, la eliminación de las retenciones a las llamadas “economías regionales” aplicada por Massa favorece el traslado de los precios internacionales con los precios del mercado interno por el que pugnan las patronales agrarias, por lo que los consumidores terminan pagando la comida a precio de exportación, en el país de los alimentos.

Este rumbo inviable de desdoblamiento cambiario a medida del capital agrario, que llevó la inflación a los niveles actuales, es lo que allanó el camino para que Milei impulse su propuesta de eliminación de retenciones (principalmente el maíz y la soja, productos centrales en el complejo cerealero-oleaginoso) y de dolarización. Esta tendría el presunto objetivo de terminar con la inflación pero, para llevarse adelante, requiere una megadevaluación que, lejos de terminar con el alza de precios, barrería con los ingresos de la población y encarecería fuertemente los precios de los productos porque quedarían automáticamente empalmados con los internacionales.

La incertidumbre que genera el programa económico del “libertario” hizo que se disparara el dólar blue, lo cual impacta sobre la inflación, y que, solo durante este martes, los precios de los alimentos se encarecieran entre un 20% y un 50% producto de las especulaciones.

Como Massa, Milei también busca beneficiar a las patronales agrarias a costa del bolsillo del pueblo trabajador, defienden los intereses de la misma clase social. La única manera de prepararse para los nuevos golpes que se vienen es organizarnos para defender los salarios y las jubilaciones, que serán uno de los principales blancos del nuevo gobierno.

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