Políticas

21/10/2021

Debate de diputados bonaerenses: el pantano de la política patronal y el contrapunto del FIT-U

En lo esencial, Nicolás Del Caño representó un punto de vista de clase y contrastó con la competencia por derecha que dominó el evento.

La realización del debate entre las cabezas de lista a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires del miércoles a la noche, en el programa “A dos voces” de TN, puso en un escenario a todo el pantano que ha caracterizado la campaña electoral de este año.

Victoria Tolosa Paz, del Frente de Todos (FdT), y Diego Santilli, de Juntos por el Cambio, protagonizaron confusos episodios de acusaciones cruzadas, donde lo único que quedaba fuera de toda duda era la responsabilidad de los gobiernos de ambos en el desastre en curso en la Argentina y su empeño en disputarse el poder mediante ofensivas judiciales cruzadas que se enrostraban.

Quienes pretendieron monopolizar el debate parecían asistir a una realidad virtual donde no tenían que dar respuesta sobre las acciones de sus fuerzas políticas al frente del Estado. Tolosa Paz aseguraba que la pandemia ha quedado atrás y que no hay que “quedarse en el pasado”, sin dar elemento alguno de análisis de la enorme crisis social y recesión que precede al coronavirus y que se ha agravado con este. Santilli quiso presentarse como un opositor sin historia, al punto de que no quedaba registro en su discurso de las gestiones de Macri en el país y Vidal en la provincia, que convenientemente ha sido cambiada de distrito.

Con José Luis Espert, Cynthia Hotton y Florencio Randazzo configuraron una competencia por derecha en cada uno de los puntos en debate, con Tolosa Paz sumándose a ver quién prometía más patrulleros, cárceles y beneficios para las patronales. Todos se deshicieron en elogios a la maldita policía bonaerense, ligada estructuralmente al narcotráfico y los delitos de la provincia y responsable de incontables casos de gatillo fácil y crímenes contra el pueblo, como la desaparición de Facundo Castro y la masacre de Monte o la parálisis total para buscar y encontrar con vida a Tehuel. Los candidatos patronales siguen amparando al gran delito y el lavado de dinero, y van por una mayor militarización contra los trabajadores y la juventud.

Nicolás del Caño, del FIT-U, contrastó con todo ese pantano patronal, llevando un punto de vista de clase y preocupaciones de los trabajadores al debate, desde su primera intervención. Estuvo acompañado por una delegación de todas las fuerzas del frente, entre ellos Romina Del Plá, Néstor Pitrola, Myriam Bregman, Juan Carlos Giordano y Alejandro Bodart.

El ajuste

Ya en el minuto de presentación, Del Caño tuvo el acierto de denunciar que detrás de la pirotecnia de enfrentamientos verbales, Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados y miembro de la plana mayor del Frente de Todos, está explorando un acuerdo con Juntos y otras fuerzas patronales para que pase el ajuste que demanda el FMI con “consenso de unidad nacional”. Mostró que el ajuste de Alberto Fernández contra los jubilados fue antes de la pandemia, lejos del relato de Tolosa Paz de que la crisis social se genera por consecuencias inevitables del Covid-19. Destacó cómo la derrota del gobierno no dio lugar a atender los reclamos del pueblo hambreado, como amagó Alberto Fernández con su libretita, sino que parió un giro a la derecha, encumbrando como jefe de gabinete a Juan Manzur, que encabezó la colaboración de los gobernadores del PJ con el gobierno de Macri en su momento, en función del endeudamiento, las reformas antiobreras y el ajuste.

Del Caño también destacó la coincidencia estratégica entre las listas patronales en una reforma laboral contra los derechos obreros, evidenciada en el apoyo del gobierno nacional y los peronistas de la burocracia del Smata al convenio flexibilizador de Toyota. Colocó por otro lado la necesidad de una “movilización popular” para controlar los precios, aunque omitió la apertura de cuentas de la cadena de comercialización, de lo contrario, se transforma en el control en los supermercados que realizan organizaciones ligadas al gobierno, sin ningún resultado.

Frente a la acusación de estar desarrollando un ajuste, cosa que reconoció incluso un sector importante del gobierno, Tolosa Paz se escudó en la pandemia, diciendo que la asistencia social no podía compensar las pérdidas producto del Covid, pero no logró responder por qué eliminaron el IFE en 2021 o por qué recortaron las jubilaciones. En varios momentos optó por “darle la razón” al Frente de Izquierda como si no entendiera las denuncias que se llevaban adelante. Una burda maniobra demagógica.

Cuando del Caño denunció que ni los gobiernos del FdT ni Juntos habían invertido en educación para garantizar la conectividad de estudiantes y docentes, como había denunciado la docencia combativa de la que es representante Romina Del Plá, Tolosa Paz dijo estar “de acuerdo”. Otra impostura.

Cruces

Espert quiso destacarse como la extrema derecha en cada punto y llamar la atención con insultos y una conducta violenta. Lejos de cualquier defensa de “la libertad”, el derechista atacó insistentemente a las manifestaciones de desocupados, pidiendo que Fernández y el jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta asuman el compromiso de reprimir sus manifestaciones. Dio una oportunidad a Del Caño para defender el rol del movimiento piquetero, que es el sector más movilizado contra el ajuste, algo que Del Caño no señaló. Esta falencia no es una mera omisión del compañero candidato que reivindicó de todas las formas posibles la movilización popular en general, es una falencia de fondo de la política del PTS que desconoce el papel del movimiento piquetero independiente del gobierno como factor de organización de masas de los desocupados, de la juventud de los barrios, en la lucha de la tierra y la vivienda y con íntimos vínculos con vastos sectores de la clase obrera más precarizada como las trabajadoras de casas particulares, la construcción y otros, por un lado. Por otro, en su rol activo en apoyo de grandes luchas obreras y en particular el papel del Polo Obrero, organizando a los desocupados en términos opuestos a las organizaciones sociales oficialistas y sus métodos punteriles.

Este aspecto común a todas las intervenciones de los candidatos del PTS se suma a otra cuestión no menor en torno al movimiento obrero: la ausencia de un planteo de recuperación de los sindicatos y la formulación, en su lugar, de la reivindicación de las “autoconvocatorias”, que son bienvenidas pero carecen de futuro si no maduran en agrupaciones y frentes únicos de clase como los que han llevado a la recuperación del Sutna, de todos los sindicatos combativos del Plenario del Sindicalismo Combativo, de comisión internas y delegados y más recientemente de varias seccionales de ATEN Neuquén. No resulta casual que en el reciente acto de apoyo a la lista Bordó de Sanidad, toda la izquierda reivindicó el PSC, menos el PTS.

Espert pidió que sean imputables los niños desde los 12 años. Pide mano dura para chicos víctimas del gran delito, mientras es investigado por el financiamiento de su campaña presidencial por parte de un narcotraficante denunciado, y es compañero de fórmula de Carolina Píparo, la exdiputada macrista que pisó motociclistas, alcoholizada, y usó su poder para intentar zafar de la causa. La pose de críticos del “sistema” y la “casta política” es muy superficial. Se nota que se trata de un lobby que pide represión y ajustes antiobreros al servicio de los dueños del poder. Esto quedó evidenciado cuando, apretado por Del Caño, Espert defendió el derecho de las patronales de contratar en la condición que sea a los repartidores de apps, sin importar si tienen vacaciones o convenio laboral.

Espert atacó también la educación sexual integral y coincidió con Hotton en que la enseñanza esté en manos de las familias, lo cual significa abandonar a las víctimas de abuso intrafamiliar, el tipo más común de abuso infantil. Del Caño defendió contra aquellos la aplicación de la ESI y los reclamos de la marea verde.

En el cruce final, Espert atacó a la izquierda preguntando en qué país se lleva adelante “con éxito” su programa. Del caño respondió reivindicando la Revolución de Octubre, delimitando posiciones del stalinismo y denunciando al capitalismo como régimen social. En cambio, en la parte que se refirió al “capitalismo salvaje” se plegó a una expresión clásica del progresismo y hasta del kirchnerismo que reivindican la posibilidad de otro capitalismo más humano. En los límites de los tiempos planteados, corresponde sin embargo caracterizar la crisis capitalista global y nacional que la burguesía descarga sobre los trabajadores en todas las variantes políticas que debatían allí y que nos vienen gobernando desde hace décadas. En un sentido general, Del Caño sí reivindicó el carácter anticapitalista del programa del FIT Unidad y planteó claramente el gobierno de los trabajadores, lo que no suplanta la caracterización de la crisis que llevó a las rebeliones populares que él mismo reivindicó en Chile, Colombia o los EEUU.

Randazzo y Hotton deambularon por el debate sin un propósito claro. Coincidieron en ofrecerse como parte de un consenso alrededor de los planteos de las patronales, pero éstas los ignoran en función de las variantes más taquilleras. Sus planteos patronales y derechistas no lograron llamar la atención, entre el anticuarentenismo delirante de Santilli y la reivindicación de Tolosa Paz de haber mandado a construir más cárceles que Vidal. Del Caño denunció la gestión de la pandemia por parte de un régimen no solo de privilegios del poder, sino rehén de los negocios de los laboratorios.

La gran campaña del FIT-U

Este debate, seguido por miles en vivo y luego desmenuzado en las redes y los medios, acompaña la enorme campaña que está haciendo el Frente de Izquierda-Unidad hacia las elecciones del 14 de noviembre. La provincia de Buenos Aires es el escenario central de esa campaña, donde el trabajo político del FIT-U, y en particular el Partido Obrero, es más masivo en fábricas, sindicatos y barrios. Un salto electoral y de representación parlamentaria de la izquierda clasista será la novedad política de la elección y contribuirá a preparar a los trabajadores para derrotar el consenso de ajuste y reformas antiobreras en las calles. El Frente de Izquierda y los Trabajadores dejó en claro que habrá una sola voz de los trabajadores y contra la salida del FMI, que votarán todos los participantes y donde los parlamentarios de la izquierda serán tribunos de la lucha de clases del próximo período.