Políticas
3/9/2022
El “clima de odio” es alimentado desde el poder político
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El agresor de la vice (izq) había hecho apariciones televisivas
El intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, en las inmediaciones de su hogar en Recoleta, ha acaparado la atención política de todo el país. Fue una manifestación agravada de la descomposición del régimen social y político y de las tendencias fascistizantes que anidan en la vida política del país. Los grupos fascistas que existen en Argentina operan abiertamente bajo la mirada cómplice del Estado y sus fuerzas de seguridad, y cuya actividad a menudo es promovida por personeros políticos de los distintos partidos. Fernando Andrés Sabag Montiel, quien perpetró el atentado, es un elemento racista, xenófobo y profundamente antiobrero.
El episodio en sí fue antecedido en lo inmediato por una intensísima campaña de demonización y de ataque de contenido fascistoide contra el movimiento piquetero. Montiel apareció dos veces en Crónica TV y sus intervenciones se distinguieron por las críticas que lanzó hacia quienes perciben planes sociales. Se trata de un discurso que es alimentado y construido desde el propio poder político, lo que envuelve a oficialistas y a opositores, y que es reproducido a gran escala por los medios de comunicación patronales. Clarín ha sido por ahora el grupo que más lejos fue en esa dirección, con una repugnante campaña contra el Polo Obrero.
Los ataques de este carácter contra quienes se organizan políticamente no se han restringido, sin embargo, a ese tipo de acciones. En distintos lugares del país, diversas organizaciones políticas han sufrido ataques a sus locales o a sus militantes, amenazas, etcétera. En este artículo reproduciremos algunos ejemplos de este proceso que tuvieron lugar en el último periodo.
A principios de 2021, el local del Partido Obrero de Caleta Olivia fue encontrado con sus vidrios rotos y con una piedra de grandes dimensiones en su interior. Esto sucedió en momentos en los que funcionarios santacruceños fueron denunciados penalmente por el Partido por la falta de agua y malversación de fondos y en un cuadro donde se desenvolvieron puebladas por el problema del agua.
En mayo de ese mismo año, un local de La Cámpora en Bahía Blanca fue destrozado con el uso de una bomba que incluso provocó daños en comercios y viviendas que se encontraban cerca. En el local, los agresores dejaron panfletos con amenazas y mensajes contra el aborto legal y la ESI.
A su vez, una patota armada agredió a un compañero de la Juventud del Polo Obrero, en septiembre de 2021, mientras regresaba a su hogar luego de realizar una actividad de campaña electoral. El grupo se pasó esa noche merodeando cerca de un merendero del Polo de forma intimidante.
En ese mismo mes, el local de Izquierda Socialista en el barrio de Chacarita fue vandalizado brutalmente.
Por otro lado, agrupaciones sociales y políticas de Almagro y Boedo se han movilizado en diciembre de 2021 contra una serie de ataques de tipo fascistas, en los cuales se incluyeron actos de vandalismo hacia pintadas relacionadas a las Madres de Plaza de Mayo o sobre murales de estudiantes y docentes desaparecidos en la Noche de los Lápices o en reivindicación del docente Carlos Fuentealba; y el incendio de la puerta de entrada del local del Partido Obrero de Almagro.
En Córdoba, a principios de 2022 y en el marco de una movilización contra el pacto colonial con el FMI, dos grupos atacaron, incluso mostrando armas, las columnas del Polo Obrero, Libres del Sur y FOL, lo que terminó con decenas de compañeros lastimados.
En Jujuy, hace relativamente poco tiempo, el gobernador Gerardo Morales ha llegado a desplegar “grupos de trabajo” que realizaban trabajos de inteligencia e infiltración para atacar la lucha del movimiento piquetero. El mandatario jujeño reprimió fuertemente la lucha de los desocupados, realizó allanamientos a locales de organizaciones sociales y piqueteras e incluso encarceló a dirigentes piqueteros, como ocurrió con Sebastián Copello y Juan Chorolque.
Los ataques y la judicialización de activistas y luchadores es una verdadera política de Estado. Pasan los gobiernos, pero la persecución y la represión continúan. La saña con la que el poder político ataca al movimiento piquetero por ser el principal contrincante del ajuste es de una envergadura gigante. En algunos casos adquiere un carácter más radicalizado, como ocurre con el “Movimiento Antipiquetero Argentino” de Milei, un intento de grupo de choque contra los más pobres.
Este es el caldo de cultivo sobre el cual se gestan las acciones como la que encabezó Montiel.
Criminalización de la protesta en Neuquén
Agresión a militantes del PO en A. Brown
Agresión policial a dos militantes ambientalistas en Exaltación de la Cruz
Patota nazi ataca militantes del PO
Patota de Ferraresi contra militantes del Polo
Capitanich y sus patotas contra los docentes
https://prensaobrera.com/politicas/frente-al-atentado-contra-cristina-fernandez